Nuevayorkendo como se puede
Friday, 2 de December de 2016 por Ramón
Quería escribir notas de viaje, postales de Nueva York 4, pero no me salen. La culpa se reparte entre los pavos -el de Acción de Gracias y el del día siguiente-, las hormonas ingeridas y la muerte de Fidel Castro, que me situó en una excepcionalidad inesperada. Tuve que escribir y hablar a destajo. Es lo que tiene mi situación de freelance: trabajo cuando vacaciono y vacaciono cuando trabajo.
Hasta el lunes no me sentí en Nueva York. Ese día paseé por Central Park. Apenas quedaban colores. Me gustan los parques en los que puedo desaparecer, dejar de escuchar el tráfico, el vocerío. Son respiraderos de soledad y naturaleza.
Después fui al Planetario del Museo de Ciencia Natural. La proyección versaba sobre la materia oscura. No era espectacular. Los españoles tenemos la tendencia a degradarnos, a situar a los demás en una superioridad tecnológica que no siempre se expresa. Un planetario en EEUU debería ser como pasear en calzoncillos por la estación espacial. Estamos preñados de estereotipos.
A mediodía entré en el MoMa. Quería ver la exposición de Francis Picabia, uno de los grandes dadá. Me presentó hace años Enrique Vila Matas, cuando leí Historia abreviada de la Literatura portátil. Ver los cuadros resultó un viaje apasionante. Lo hice sin audio, a solas con mi silencio y mi incultura. Emocionan, inquietan. Volveré antes del regreso.
Ayer vendí mi cámara, una Canon 5D Mark II que usaba muy poco. Invertiré lo recibido en un ordenador que necesito porque este se queja de exceso de uso . Fue un despedida difícil. Frente a los sentimientos están los hechos: no sé hacer fotos, no sé encuadrar, no sé pensar con una cámara en las manos. Todo me llega tarde, cuando la foto se marchó. Para un uso aficionado, el iPhone y la pequeña Lumix que consevo hacen la función. Venderla fue un reconocimiento.
Por la noche asistí con unos amigos a un concierto privado en un sótano en Alphabet District. Un tipo con un pandeiro y otro con un violín estuvieron más de una hora transitando por varios estados musicales, desde lo armónico al ruido. Fue interesante, no más. Hoy tendré que subirme a algo muy alto para que me den los vientos y me limpien la cabeza pues esta noche voy a ver y escuchar Aida en el Metropolitan Opera House. Es lo bueno de esta ciudad, puedo rozar dos extremos vestido con los mismos pantalones vaqueros.
Tenias que haber llevado unas guindas. Te veo con energia para llegar a los 80 sin problemas, los ecologistas ya pueden comprar un Tesla en España, un buen español debería eludir los combustibles fósiles.
Que mala es la gente, ahora llaman a Trump ” el zanahorio ” ( como el pelirrojo que mató al mata viejas en la cárcel de Topas)
¿ nos habremos vuelto locos o somos victimas de algún complot?
que bonitos tus sentimientos tan cerquita del corazon,on, on.
en invierno y en verano.
cogiditos de la mano, oo,oo.
lobo,sigo enamorada de ti.
transmites tanto bello.
pasa la vida
quedas en la memoria.
y dan ganas de vivir cerca de tu gato,
aunque sea en madrid.
cuanto te amo hermano.
namasté