Una confesión inconfesable
Monday, 29 de December de 2014 por Ramón
Hace mucho que no escribo sobre el gimnasio porque no tengo mucho de qué escribir. Lo dejé a mediados de octubre, antes de expirar los tres meses de prueba. Aproveché un viaje a Barcelona para desintoxicarme de la berza que me había dado con las tabletillas. Es un decir, claro. Luego fui a Panamá y la excusa perfecta estaba preparada: la culpa era de ZP.
Al tiempo que abandoné el gimnasio escondí el peso y compré dos pantalones sin preocuparme por los vaivenes de la cintura. La vida pintaba bien. Mariano tenía razón: llegan las vacas gordas.
No lo echo de menos, pero debo admitir que ese ejercicio me iba bien dada mi tendencia sedentaria, al sillón-ball: cinco días por semana y dos horas por jornada de machaque. Me impuse rutinas que incrementaba en dificultad y tiempo hasta que el führer-monitor quiso cambiar de método. “Mira como estás, así no vas a perder la tripa”. El tipo sabrá mucho de músculos y estiramientos, pero de psicología poco. Cuando pagas te jode la sinceridad. Ese “mira como estás” sonó a patada en la entrepierna, sí, ahí: en los huevos. Duele.
Como trato de evitar que se hunda la percha acepté el envite. Estuve embutido en los nuevos ejercicios un par de semanas y la única novedad visible era que andaba como el Pato Donald, lo que complicaba bastante el alivio de ciertas necesidades fisiológicas. Tenía agujetas hasta el los sueños. Empecé a ver el führer-monitor con uniforme de la SS empeñado en acompañarme en cada ejercicio por si me saltaba una coma. En las sentadillas las rodillas chasqueban como cuando uno se saca novi@s de los nudillos de la mano. Parecía una maraca de Machín, pero sin ritmo.
Un día le pregunté si tenían un servicio de urgencias contratado y si cabría una camilla por las escaleras para rescatarme de un pasmo. Nunca supo si hablaba en serio. Por supuesto que hablaba en serio.
Tras el viaje a Barcelona y una inmersión inevitable en el soberanismo, lo vi todo claro: el monitor era España empeñada en fustigarme con una disciplina alemana. ¿Quién paga parar que le torturen? Yo no, desde luego. Estos días tan navideños hago ejercicio en la calle. Hay dos variantes disponibles: el salto de carrito con o sin niño, o el eslalon gigante entre personas que no saben caminar en grupo. No adelgazas ni liberas malaleche. Solo acumulas toxinas verbales.
Me voy a regalar una bici plegable y eléctrica (no hay que pasarse) para mi cumple y bajaré a Madrid Río a hacer kilómetros, aunque sean de paseo. Eso sí: con sillín. Feliz año, amig@s.
¡Tantas explicaciones hombre !Lo que pasa es que eres cómodo… ¡Baja ése abdomen !Los chistes no ayudan en este caso, y recuerda que Dios es matemática excelsa y no otra cosa … FELIZ AÑO NUEVO !!!
Patricio.
La natación y la sauna son dos pasatiempos imprescindibles para el cuerpo y el alma. (la sauna no más de dos veces por semana). La natación , (cuando se pueda) , como mínimo una hora cada día .
Te lo aconsejo.
Cuando sales de la piscina , la barriga no desaparece pero la sensación de bienestar , tranquilidad así como que parece que tienes 10 años menos , es lo que le pasa a este menda.
Feliz año entrante al titular y a todos los que participáis en este estupendo blog.
Para sufrir no vale la pena someterse a tanta disciplina, mejor simplemente caminar y cuidar un poco la dieta, eso sí constancia. En lugar de pesadillas te producirá bienestar y relax y no necesitas un entrenador personal. Creo que ya comenté aquí mi opinión de que eso de bajar de peso y más si está acumulado en una zona determinada no es algo que se consigue a corto plazo, sino a largo plazo, simplemente es cuestión de paciencia. Pero de todas formas es mejor sentirse bien y en forma que pesar unos kilos menos.
Con lo que usted sea feliz, Ramón. Qué es feliz comiendo y paseando con su bici eléctrica para calmar remordimientos, pues eso será lo más saludable.No someterse a “torturas” produce bienestar físico y psíquico.
Gracias por su blog, su sentido del humor y su música.
Feliz año a todos.
Hombre, renunciar al subidón de las endorfinas producidas por la práctica de deporte…. ¡usted se lo pierde!. Supongo renegar tanto se debe a eso de ir al gimnasio a “trabajar” en solitario, y con un monitor pelma. Eso lo entiendo. Yo iba a agua-gym tres veces por semana. El agua no da agujetas, en mi opinión. Otras compañeras no compartían mi experiencia. Contaba con un “núcleo duro” en el grupo, y nos imponíamos mutuamente disciplina, pues no valía eso de despertarse, mirar por la ventana, ver que nieva, llueve, hace viento, y preferir dar una vuelta en la cama y arrebujarse en el edredón. Quién faltaba sin causa justificada pagaba a las demás las cañas. El problema no era el dinero de las cañas, sino que las queridas compis te despellejaban en tu presencia, llamándote de todo, mientras te tocaba pedir y pagar una ronda de cañas tras otra. Asi que solo faltábamos por causas realmente justificadísimas. Ya no puedo ir. Lo hecho de menos, incluso a las compis despellejadoras.
Quizás deba usted buscar compis para hacer ejercicio, inclinarse por la práctica de deportes para hacer en grupo ó al menos con compañer@.
Lo de la bici plegable eléctrica es una ………. (rellene con un término despectivo a su antojo). Cómprese primero un culotte de ciclista para montar en bici. Lo va a necesitar. Y cómprese mejor una bici con marchas. Madrid-Rio es plano. Si a su casa hay una cuestecita, pues para eso están las marchas, hombre. Y si los paseos por Madrid -Rio es a lo único que aspira, ahórrese la pasta de la bici eléctrica. Cómprese una cuerda, que es más económica, y salte a la comba. Bastan 15-45 min para quemar un puñao de calorías, puede escuchar música y tener agujetas (al principio al menos).
Resumiendo: conócete a ti mismo. Yo no valgo para la práctica individual y solitaria de deporte durante tiempo prolongado y con la requerida disciplina y dedicación. Que le voy a hasé. Me parece que usted tampoco. Así que céntrese en la parte lúdica y social de la práctica del deporte, y busque opciones adecuadas.
¡¡FELLIZ CUMPLE!! Y ¡¡FELIZ AÑO 2015 A TOD@S!!
Pues ese tiempo ha sido un logro. Mi pareja abandonó al cuarto día de maltrato y dejó al entrenador preguntándole qué a dónde iba, que no se “podía”marchar en mitad del ejercicio 🙂 . Controlar las grasas y las cuantías de los alimento, y el sano ejercicio de caminar y pedalear te irán muy bien. Cambiar hábitos de picotear entre horas. En definitiva, cuidarse.Y de vez en cuando permitirse algún capricho
Desearte lo mejor para el nuevo anho Ramon.
Un abrazo.
Feliz año a Ramón y a toda la entrañable gente que participa en este blog.
Mi pareja abandonó el cuarto dIa en pleno ejercicio. Su maltratador le gritó queo no “podía” marcharse a lo que le contestó que como pagaba hacía lo que le da ba la gana. Además si se cambian hábitos como eliminar grasas, el volúmen de ingesta, el picoteo entre comidas, no hace falta que te impogan ninguna disciplina
Bun Año amigos 😀
Siempre pensé que la barriga que fue saliendo con los años era un incordio para “la línea”, pero nunca dejé de pensar que las únicas líneas que me preocupan son las del encefalograma… especialmente por su relación con esas otras líneas que forman las palabras…
jajaja!! los duendecillos hacen de las suyas. Perdón por el doble comentario.
Al final ha sido la bici 🙂
He visto una serie de televisión que trata sobre la vida política en Dinamarca. Una de las protagonistas es una joven periodista que trabaja en una cadena de televisión; su firme ética profesional se ve puesta en cuestión diariamente por la difícil relación entre la información, el poder y los vínculos personales. Después de varias complicadas relaciones se amanceba con el entrenador de su gimnasio. Llegado el día de la Gala de la Prensa, ella se siente insegura de que el atlético amante pueda ser una adecuada compañía; discuten a la hora del desayuno, ella le reprocha su ignorancia sobre la política, él se vanagloria, ella dice que su profesión es mucho más importante para la sociedad que la de él. Rompen, de momento.
Yo voy todos los días a la piscina y nado 50 minutos, y el día que no voy (ojo, nunca por pereza. La mayoría de las veces por trabajo o por viajes) me siento fatal. Tengo remordimientos. Me he impuesto una obligación que, física y psicológicamente, me viene muy bien, pero a veces me siento en una cárcel de la que no sé cómo salir sin evitar el come come interior. Es como si cometiera un delito. Por cierto, yo ni adelgazo porque cuando salgo del agua me comería una ballena y, de hecho, a veces así ocurre.
Un besazo y feliz año