Más de mil muertos sobre mi conciencia
Friday, 10 de May de 2013 por Ramón
Sé que si abro el armario y reviso las etiquetas de las camisas y las camisetas quedaré contaminado. No creo que tenga nada ‘made in Bangladesh’, pero escribo sobre un ordenador ‘made in China’. Nadie me garantiza que lo fabricado en España se haya realizado bajo unas condiciones laborales dignas, y más en estos tiempos. Pienso en las mujeres que cosen en sus casas para marcas de postín a precios de vergüenza, solo para engordarles los paraísos fiscales. Pienso en los talleres clandestinos, chinos y no chinos. Nadie grita en los sótanos, que el silencio y la sordera son parte del negocio.
Si dejas de comprar, condenas a millones de trabajadores del Tercer Mundo; si compras, ayudas a mejorar posiciones en el ránking de la revista Forbes.
Es urgente una acción dentro de la UE para demandar un Etiqueta Ética, una garantía de que esos productos fueron fabricados en unas condiciones mínimas de seguridad laboral, con un sueldo justo y un horario humano. Es urgente exigir a las empresas del Primer Mundo una responsabilidad en el proceso de fabricación y el pago de compensaciones a las familias de los muertos.
Debería ser posible la denuncia ante tribunales occidentales, la misma que se presenta cuando un producto es defectuoso, porque no hay mayor defecto que la mancha de la esclavitud, de la sangre inocente.
Me alegra tu forma de entender lo que nos está pasando, para si es posible llevarlo a buen puerto. Tu “X” es responsable y “Los Periodistas” también es lo mismo que: “Cambiemos nuestro mundo, para poder cambiar el mundo”. !Pongámonos manos a la obra!.
Vicente
Gracias, Ramón
Estimado Ramón,
pienso desde hace insuficiente tiempo que el comportamiento y la elección en el consumo puede tener más impacto en el mundo que el acto de votar en las urnas. La idea de una etiqueta ética es una buena propuesta, no obstante las imposiciones públicas en materia de comercio siempre son un arma de doble filo. Si se imponen restricciones desde arriba a la sacrosanta libertad (o libertinaje) comercial, siempre se podrá argumentar con la presunta necesidad de la creación de empleo y de crecimiento económico, sea en las condiciones que sean y con los efectos que sean, a pesar de que la deslocalización de la industria no lleve obligatoriamente a ello (aunque esa es otra discusión). Y, obviamente, si no se imponen, estaremos ante una falta de moral desde el poder público.
Ya que ambas ideas, por muy contradictorias que sean, están asentadas no obstante en la mente de la gran mayoría de los ciudadanos/consumidores y repercuten en todo caso directamente en el enjuiciamiento social de los que toman las decisiones políticas, tan dependientes de la popularidad, el único camino que considero verdaderamente firme es el de la convicción individual gracias a la información y la consciencia.
Las etiquetas agrícolas ecológicas de la UE han servido para identificar productos, pero no para crear consciencia de los procesos productivos y conciencia a la hora de elegir. Creo que la educación (no exclusivamente escolar, por supuesto) es la esfera idónea para crear consciencia sobre los procesos productivos.
Una gran mayoría sabemos o podemos suponer en frío que el petróleo financia a gobiernos autoritarios o totalitarios, pero no muchas personas/consumidores son conscientes del proceso productivo a la hora de comprar miles de objetos de plástico. Falta la costumbre de cultivar la consciencia para llegar a la conciencia. Sin imposiciones. Actuar de forma realmente libre y deliberada. Acabar con la comodidad e inmovilidad que implica el “qué más de si lo hacen todos”. Conocer y reconocer abiertamente qué finalidad y qué consecuencias conlleva una determinada compra, sin imponer un tipo u otro. Después de eso, cada cual con su conciencia.
En cualquier caso, muchas gracias por tu artículo.
Estamos ante el chantaje de las multinacionales basado en : Mejor un plato de arroz que no comer. Es cierto que desde occidente no se hace nada para evitar la esclavitud que nos financia. Es fácil quitarse responsabilidades pasándoselas a las contratas y subcontratas que se realizan en esos países. Es algo demasiado indecente porque es tan visible y fácil de controlar que sólo haría falta un supervisor. Porque la parte técnica de la calidad del producto si se supervisa y controla. Claro, no olvidemos que en nuestra cultura occidental pesa menos una persona (de otra “raza”) que un zapato deportivo Nike.
Ramón en mi próxima visita a walmart es muy probable que compre productos made in bangldesh pero me acordaré de lo sucedido también del salvador de Mexico y salvando las distancias del ejemplo que daré imaginemos que un periódico norteamericano necesita un reportaje sobre la crisis española y puestos en ahorros que le sale mas económico encargarlo a un fotógrafo de plantilla o freelance entiéndase esto como el gasto que genera el desplazamiento y a la vuelta pagar el reportaje o pagarle a un fotógrafo que viva en españa?
Buenas tardes: no creo que estén por esa labor, Ramón. Quedan pocos empresarios con responsabilidad y compromiso. Mira el panorama que tenemos aquí y cómo se llevan las industrias a Marruecos y otros lugares para tener mano de obra barata. O la economía sumergida que existe aquí, como la que hubo en el franquismo donde contrataban en centros católicos, que tenían bolsa de trabajo, niñas de apenas 14 años, para trabajos de oficina, en empresas semiclandestinas donde niños de 11 u 12 años trabajaban en el taller y que se llevaban algún que otro pescozón por las ganas de jugar que tenían. Niños de emigrantes andaluces y extremeños. Asco de vida.