Jóvenes de Alcalá 2
Wednesday, 12 de December de 2012 por Ramón
Llegan comentarios, algunos insultantes a este blog. Debe ser que la cosa está peor de lo que parece. Todos tenemos libertad de expresión: el joven “bien vestido” (expresión innecesaria y desafortunada por mi parte), los que aplaudieron su intervención, los que me acusan de politizar el discurso (quizá no sepan quién es Aristóteles: todo es política), los que guasapeaban en medio de la charla, los que se reían…
Supongo que ninguno de los que atendieron y se mostraron respetuosos con los ponentes se ha sentido ofendido; el exabrupto no iba con ellos.
He ido a muchas universidades a dar charlas y lo ocurrido el otro día en Alcalá de Henares fue extraordinario por infrecuente. Siempre hay distraídos, atolondrados, personas que están en otro rollo. Pero nunca tantos.
Saber escuchar y argumentar es una de las bases del Derecho y de la democracia. Supongo que todo se aprende, todo mejora con la experiencia, cuando el individuo empieza a salir de sí mismo, de su pequeño universo egoísta de persona que se cree inmortal, triunfador, y se topa con los demás, con los Otros, con una vida que se enriquece cuando se ralentiza, se detiene en los detalles del camino.
Si alguien se sintió ofendido, pido disculpas. Espero reciprocidad. Otra base del Derecho.
es algo tan inherente…
no hay más que leer los comentarios en las noticias de los periódicos, donde los comentarios acaban en discusiones, insultos y descalificaciones entre gente que comenta, o en ¡vídeos musicales de Youtube! Si hay un vídeo de Bisbal, la gente acaba peleandose diciendo si es una mierda o si es el mejor, insultos mediante.
Es triste. “Solo habrá paz cuando cunda el amor propio”, que decía alguno. Y aquí la peña no se soporto y lo expulso por donde puede.
Abrazos
A sus pies SEÑOR, nadie, NADIE, más GRANDE que VOS.
Yo también pido disculpas a Jimena siento haberte ofendido con un comentario que tampoco venía al caso… aunque te diré: uehiehghahruiar….. jajajajaja, nada es una broma….
Yo creo estamos inmersos en una deriva autoritaria (hablemos claro: fascista) en todos los ámbitos de la sociedad. Estamos aceptando que la derecha (o la ultraderecha, más deshinibida y parlamentaria que nunca) marque las dimensiones del terreno de juego, en lo económico, en lo social, en lo lingüístico, en lo educativo… No podemos aceptar jugar en ese cesped. Habría que volver a echarlos del estadio, como en el 75.
Pero ahí estamos, con la izquierda compitiendo con ellos per eso que llaman el espacio del centro. Sin darnos cuenta que nunca los adelantaremos por la derecha. Cada movimiento de la izquierda hacia el centro, lo compensan ellos escorándose un poco más a la derecha, donde el terreno es taaaaaaaan vasto, casi infinito.
Amigo Lobo.
Preguntaste. Sin es que te gusta ir provocando. 🙂 .Ahora que ya no se pregunta ni en las ruedas de prensa. Y encima, sobre lecturas de libros y periódicos; cuando lo único que se lee, de un tiempo a esta parte, son los mensajes de 170 caracteres. ¡Y les pides, encima, que piensen y que entiendan la palabra reciprocidad. Ay, iluso lobo; amigo Ramón.
Lobísimo!
Más allá de que algún comentario pueda molestar, realmente si tomamos distancia es muy interesante observar las reacciones, las de cada uno y las de todos. Esto es como una foto de palabras, de argumentos y de posturas. Son palabras de gente que no se conoce entre sí. Y una vez que te van insultando más y más, mira, realmente… después de tus guerras, la miseria que tú, yo y unos cuántos más hemos visto de primera mano y demás… hasta es “gracioso” (tomado con pinzas).
También vivimos en el país de programas de Sálvame que se basa en la descalificación sin más y en escasa argumentación. Yo muchas veces creo que la tv refleja una parte mayoritaria de un país. Aunque también eso es relativo. Nos encontramos en un mundo donde se puede opinar desde una pantalla. Estamos en un país que nunca ha escuchado a Marilyn 😉 ¿Algún otro post tuyo ha tenido tanto flujo de comentarios? No lo sé, lo pregunto. Puede que me equivoque pero imagino que no. Sí, sin tener en cuenta que cantidad y calidad no suelen ir juntas. Con lo que cuesta que la gente comente y se implique, bueno, algo hay por ahí, aquí, ¿verdad?
Y sigo pensando en voz alta. En España hay temas tabú y también hay maneras tabú. Todo eso se agita en la comunicación abierta. Y mejor abierta con lodo que cerrada y con florecillas y demasiado ambientador 😉 Bueno, esa es mi personal postura; no espero que sea ni compartida ni apoyada.
Personalmente prefiero que se muestren los que insultan, porque se ven más. Hya que dejarlos al descubierto, identificarlos bien. Además, es desagradable, pero pasará. Luego esa rabia adolescente tiene algo de incadescente como una llamita de cerilla.
Quien dice lo que piensa sobre una cuestión que le importa, creo que siempre acabará ofendiendo a alguien. Hasta Forges o Fraguas con esa gracia única que tienen (y tantas veces compasiva) ofenden a alguien. Quien muestra las cicatrices, lo que duele, suele ser vilipendiado. Esto es como el dedo que señala la luna en el zen, lo importante es la luna y no el dedo. Pero la gran mayoría querrá morder ese dedo. Luego aparece la censura y la autocensura (temas largos de comentar).
El peludo pelirrojo: mi preferido :-DDDDDDDD
https://www.youtube.com/watch?v=ei1DvIgW_PU
Gracias por todo 🙂
Opino que en general, hoy día hay poco nivel para debatir porque parece haber una necesidad compulsiva de “tener razón”, no hay suficiente respeto, se perciben las ideas contrarias como ataques personales a los que se responde de forma emocional y demasiadas veces los debates se alejan del tema inicial (aunque en el caso de los políticos, ésto ultimo puede ser deliberado). No hay nada peor que intentar debatir con alguien que no acepta que la opinión de otro vale tanto como la suya.
Soy alumno de la Universidad de Alcalá, y estuve en la conferencia a la cual se refiere con este post, así como en el post anterior y en varios tweets. Es todo ello lo que he leído por su parte en referencia a dicha conferencia. Por otro lado, he leído con atención algunas de las respuestas a sus tweets y todos los comentarios a sus entradas en este blog.
Le puedo asegurar que atendí a su oratoria, así como al discurso de sus compañeras de mesa y a los comentarios y preguntas de los oyentes que tomaron la palabra. Le puedo asegurar que conozco a Aristóteles, a pesar de que estudie Farmacia y no Periodismo ni Derecho, a pesar de que ni compre ni lea periódicos habitualmente, a pesar de que no lea libros con frecuencia y no levante por ello la mano cuando se me pregunta si lo hago, y a pesar de que, como la gran mayoría de jóvenes de mi edad y habituados a los medios de comunicación actuales, hubiera atendido un par de veces a mi “guasap”, lo cual no implica que haya desatendido al debate en cuestión.
Estuve sentado justo al lado del “chico bien vestido”, del cual menciona que, y cito literalmente, “defiende la tortura como medio contra el terrorismo”.
A su ya citado tweet le contesté que le afirmaba que tal compañero no había defendido la tortura, sino que había defendido el código civil. Cuál fue mi sorpresa al contestarme; “defendió lo que defendió, puso la seguridad por delante de los DDHH”.
No puedo quedarme sin recordar las palabras de mi compañero… En primer lugar puso énfasis en afirmar, con bastante claridad, que defendía el discurso del señor y las señoras ponentes con respecto a la defensa de los DDHH. En segundo lugar, informó sobre la actual legislación sobre la defensa de las personas acusadas por presuntos delitos de vinculación con ETA y apoyo al terrorismo.
Defendió, y no me queda la menor duda de ello, el código civil y su aplicación, en el sentido más juicioso de mi afirmación; no defendió, sino todo lo contrario, la tortura como medio de lucha contra el terrorismo. Insisto en esto último.
Más allá de lo que dijera mi compañero y de lo que se entendiera en la mesa (no creo que hubiera tanta distancia entre ambos, a menos que alguna ráfaga de aire hubiera distorsionado las palabras y les llegara a la mesa con otro significado; esto es un sarcasmo), quisiera hacer referencia en este comentario a los artículos tercero y vigésimo noveno de la Declaración de los Derechos Humanos:
Art. 3: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Art. 29, apartado 2: En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.
Deduzco. Si la acción de un individuo conlleva consecuencias que perjudican a la vida, la libertad y la seguridad del resto de individuos de la sociedad civil y democrática, es decir, perjudica el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, dicho individuo estará sujeto a las limitaciones establecidas por la ley, con el fin de que el Estado satisfaga el orden público y el bienestar general de dicha sociedad.
Estoy seguro de que aquellos sabedores de la ley y el orden jurídico conocen todo esto mucho mejor que yo, pero desde mi humilde razonamiento en lo que a procesos jurisdiccionales se refiere, entiendo que la seguridad de toda la sociedad está por encima de los derechos de un testaferro de asesinos.
Aún así, entiendo que muchos no compartan esto último. Pero por esto es rica la democracia, porque existe la libertad de debate, de pensamiento y de expresión.
Agradezco sus disculpas, y le aseguro que los alumnos de la Universidad de Alcalá no somos esos a los que algunos comentadores hacen referencia en su blog. Los alumnos de la Universidad de Alcalá somos como cualquier otro grupo de personas: plurales, variopintos y de todo tipo, como cualquier sociedad democrática.
Además, lamento los comentarios acusatorios e insultantes que hagan referencia a su persona, pues confío plenamente en una sociedad civilizada y con capacidad de debate.
Ya lo explicaban los grandes pensadores griegos, entre ellos Aristóteles. Cuando un demócrata se preocupa de buscar su propio provecho, despreocupándose de la areté de los ciudadanos, degenera en gobernante vicioso: el demócrata se convierte en demagogo.
Un saludo.
Siento que te hayas encontrado con algo así… en Alcalá es frecuente que pasen cosas “raras”, pero no todas somos así.
Aun queda esperanza.
En estos tiempos está muy legitimada la pasividad, la aceptación de las imposiciones del poder. Lo conservador está de moda. Entonces no interesa pensar ni debatir. Y lo poco que se argumenta es para seguir aceptando lo que debería ser inaceptable por anti-humano. Un poco más de rebeldía de parte de todos no vendría mal.
Abrazos.
Hola Ramón. Te dejo una entrevista que hicimos a un compañero tuyo reportero de guerra freelance,Antonio Pampliega. Nos contó muchas cosas interesantes sobre su vivencia como reportero, Siria y también hablamos sobre el Periodismo en España.
Hay frases mágicas como estas: “¿Por qué echas a Ramón Lobo? ¿Por qué es mayor? En las universidades dan clase los maestros, a los maestros no se les echa.”
Espero que la disfrutes, maestro o como siempre te llamo yo: “El héroe inexistente”. Gracias.
http://www.ivoox.com/entrevista-al-reportero-guerra-antonio-pampliega-audios-mp3_rf_1627488_1.html
Muy bueno el blog. Me encanto este post y el template del blog.
Hola Ramón, sigo tu blog, me gusta lo que cuentas, pero el post de Alcalá me parece que es una rabieta, no me gusta la música, ni la letra, no estuve allí, pero puede que los ponentes aburriesen a las piedras, que se yo.
Bueno, tras leer las entradas y todos los comentarios que han surgido a raíz de ellas me gustaría aportar mi opinión y mi visión del asunto. No sabía que hubiera surgido tanto revuelo por el tema, aunque a decir verdad, no me extraña. Yo estuve en la charla de Ramón y Elena, llegué cuando ya había comenzado, y al entrar me sorprendió bastante que encontré la sala completamente llena, algo poco habitual en las charlas a las que he ido hasta ahora sobre estos temas. Me senté en la primera fila, y escuché hasta que llegaron los turnos de palabras. Digo escuché porque, como he dicho, estaba en la primera fila; a Ramón le insistían constantemente que se acercara el micrófono porque no se le oía; los rumores eran constantes e iban en aumento en toda la sala; la gente hablaba, reía y se distraía con diversos aparatos electrónicos; yo también lo vi. Me quedé sorprendida porque, como he dicho, llegué ya empezada la conferencia, y me pareció bastante interesante como para que la gente prestase tan poca atención. Llegó el turno de palabras e hice mi pregunta; dudo que muchos y muchas de quienes estaban en la sala oyeran lo que pregunté, ya que el tono era ya un murmullo considerable. Yo también, soy estudiante de la universidad de Alcalá, facultad de biología, tengo 19 años y estoy acostumbrada (porque por suerte o por desgracia te terminas acostumbrando) a ver diariamente lo que dice Ramón; la gente sigue impasible ante tantas y tantas injusticias que se siguen cometiendo día a día; pero es muy fácil mirar hacia otro lado…
No considero que Ramón tenga que pedir disculpas, aunque el haberlo hecho dice mucho de él; sintió lo que sintió al dar la conferencia en Alcalá y tiene completa libertad para hablar sobre ello. Hay quien se siente ofendido/a… obviamente, una persona que ha venido a dar una conferencia y ha soportado un aula magna abarrotada de gente ablando, no se siente ofendido. Como bien se vio, esta charla sirvió como metáfora de la sociedad en la que vivimos. Mientras una/os poco/as se preocupan y luchan por los derechos que diariamente se violan en todo el mundo; la gente se preocupa de otras cosas, habla, ríe, y hace oídos sordo. Y encima, cuando esto se expone, nos sentimos ofendido/as e intentamos defender nuestra indiferencia atacando…No hay más qué decir.
Solo añadir que, al terminar la conferencia, me encontré con varios compañeros que iban a la charla porque tenían que realizar un trabajo.
Personalmente me gustaría elogiar la labor de alguien como Ramón que, con una admirable carrera, se preocupa de llegar a la juventud porque sabe que seremos los que algún día podamos cambiar todo esto. Y me quedo con una frase que dijo “no confío en la sociedad en su conjunto, soy pesimista; pero confío en las personas, individuales, porque hay personas buenas”. Gracias Ramón.
Un saludo