20N, cita en el INEM
Tuesday, 20 de November de 2012 por Ramón
La cita era las 09.48 del 20N. Una fecha con memoria histórica. Seguro que trae suerte, libertad. Las dos funcionarias del INEM fueron diligentes, amables; incluso cálidas, mejores que cualquier notario Up in the Air. La eficacia y puntualidad de la cita previa debería trasladarse al Gobierno; a este y al anterior, a Zapajoy. También a muchas empresas.
Ya soy un parado más, una estadística.
Me he sentido acompañado por los 128 compañeros de El País y por muchos de los que se quedaron dentro. Me he sentido acompañado por los 8.400 periodistas masacrados por la crisis, una palabra cansada de tanto uso y que ahorra párrafos, conferencias enteras que deberían describir la rapiña de miles de ejecutivos globales que primaron sus intereses al bien común. Pienso en Lehman Brothers, en sus imitadores y siento asco.
Me he sentido acompañado por los seis millones de parados, muchos españoles, otros inmigrantes que llegaron a estas tierras persiguiendo un sueño, o un sueldo sin red para sostener a las familias que dejaron atrás atrapadas en una pobreza constante.
No me puedo quejar. Soy un privilegiado.
Acabo de publicar mi primera colaboración en Jot Down y se avecinan otras. De momento quiero centrarme en finalizar el papeleo necesario, mudarme a mi casa bien acompañado y asentar objetos y sentimientos.
Unos buenos amigos preparan una web que nacerá pronto, quizá esta semana, o la otra; no hay prisa. No voy a dejar de escribir. No voy a dejar el Periodismo. Necesito organizarme, permitirme un espacio para la novela atrancada, para aprender. Preparo proyectos para 2013 y 1014. Son ambiciosos. No me he rendido. No me rendiré.
No tengo deudas, no tengo hijos. No aspiro a nada, no temo a nada; soy libre como escribió Nikos Kazantzakis. Siempre me pusieron la etiqueta de incómodo, de ácrata, de tocahuevos. Pensé y pienso que mi trabajo es ése: tocar los huevos, no callar. Tengo un enorme aprecio a la etapa que se acaba de cerrar. No puedo atacar esa parte de mi vida. Sería injusto, ruin. Tampoco puedo hacerlo por todos los amigos y compañeros que siguen allí. Les deseo lo mejor. La vida es larga; los reencuentros, seguros.
Buena semana.
Qué bien que seguirás!! Te seguiremos en cada espacio, en cada lugar
¡Suerte! Sé que la tendrás, como la tendrán otros compañeros en la misma situación, porque la suerte no es algo aleatorio, sino que, en gran medida, depende de nosotros, de nuestra disposición a hacer cosas, de nuestras habilidades y de nuestra profesionalidad. Tiempos oscuros vivimos…
No tento la menor duda de que eres un privilegiado. Mucha suerte, seguro que ya la tienes. Si yo te contara…
Ánimo!! seguís siendo necesarios periodistas como tú, aunque Cebrián piense lo contrario – si piensa-…
un canto al optimismo, a lo humano.
gracias Ramón!
De profesión tocahuevos. Nunca lo suficientemente valorados estos profesionales. Aprovecha el momento porque cuando se pase la crisis ya no te harán mucho caso, no 😉 ¡Un tocahuevos con amor es alguien tan necesario! Unos cuantos nos habrían hecho falta en el mundo para contarnos lo que estaba pasando, que los que estaban mal acabarían peor y que muchos que estaban bien ya no tendrían ese escudo. Un tocahuevos permite que te mantengas alerta en el sentido zen del término. Basta fijarse en Pepito Grillo y su importancia en la humanización de Pinocho. Hadas y tocahuevos unidos jamás serán vencidos, sólo acallados y escuchados por minorías. Pero son fundamentales. En el artículo de JotDown ya mencionas algo fundamental: hacer autocrítica. Porque, aunque toque los congojos, todos, unos más y otros menos, hacemos parte del momento actual. Sí, ya sé que el deporte universal es tirarle el muerto a los demás… el victimismo de la cultura católica es proverbial, pero ahí están los tocahuevos del mundo para recordarnos que la carga es también nuestra, aunque nos jorobe, que no es cuestión de culpas fáciles sino de responsabilidad. ¿Y por qué esta crisis afecta más a unas culturas que a otras más allá de las condiciones econímicas? ¿Qué tenemos algunas culturas para maltratarnos tanto o dejarnos secuestrar por un sueño de loterías milagrosas? ¿Cuándo vamos a romper el maldito círculo enlazado por Torquemada o la ingenua Lechera?
Gracias por la Gran Joplin 😉 Una delicia para este café aquí contigo de media tarde otoñal
Mucho ánimo, Sr. Lobo. Es usted un grandísimo periodista, casi un personaje para una novela. Me pregunto qué le habrán dicho las funcionarias del Inem, si saben quién es, si le leían. Muchísima suerte emprenda los proyectos que emprenda.
Que sepas que si cobras unas colaboraciones periodísticas tienes que pasarte por el INEM a presentar las facturas antes del día 22 más o menos de cada mes. Se te descontara un día de paro (que acumularás) por cada 102 euros que factures. Igual la señorita del INEM no sabes de que va el tema pero puedes hacerlo. Has tenido suerte, desgraciadamente para ti por quedarte en paro, de pillar la época de la cita previa para ir al INEM y no chuparte la hora de espera en la que ves lo mal que funciones ese servicio público. No esperes una llamada ofreciéndote trabajo porque no te la harán nunca. El trabajo en el periodismo se consigue llamando a contacto o que alguien se acuerde de ti.
Fdo. Uno de tus 8400 colegas de profesión en paro (que ya no cree en esta profesión)
Me gusta, Lobo, que nos cuentes tu vida cotidiana, las miserias que comparten casi seis millones de ciudadanos, las pequeñas cosas que ahora descubres, tus proyectos de futuro. Toda la suerte del mundo.
¡Ánimo Ramón! No me cabe duda de que aún te falta mucho, mucho por hacer. Con tu marcha y la de los otros 128 periodistas, El País no será lo mismo.
Suscribo lo que dice Isabel ¡Si yo te contara…! Este es el mundo real y duro de muchos de nosotros durante muchos años.
Mucha suerte. Seguro que te irá bien.
Mucho ánimo. Ojalá esta situación tan precaria para tantos sirva para sembrar un poco más la pluralidad y desinterés informativo que tanta falta hace en este país para sacar los colores a los verdaderos culpables.
Bien Ramón, no por el paro, pero por tus futuros proyectos, por ser un tocahuevos,etc
Antes os leía a Enric Gonzalez y a ti en El País, ahora os leo en Jot.
Estos de El País, no se enteran de nada….
Por favor Ramón Llévame contigo a 1014! Jajajaja
Una cosa buena he sacado de tu despido: que yo conozca que existes y que escribes así de bien, me gusta. No me alegro por ello pero casi. Suerte en tu nuevo camino
Grande Ramón, muchas lecciones nos sigues dando. Un abrazo, suerte y ánimo
Una amiga no dice tocahuevos, dice rompepelotas. En cualquiera de los dos casos, es una gran tarea. Muy buena suerte Lobo. Felicidades por seguir insistiendo en tan noble trabajo. 🙂
Ánimo. Como dices, no hay Prisa.
Tocahuevos y privilegiado… Yo sí tengo deudas, yo sí tengo hijo, yo no soy una privilegiada en cuanto a cargas económicas que se cuelan en mi sueño y trae el desvelo. No poseo los contactos que me brinden un nuevo comienzo, los busco, los anhelo, pero yo no soy Lobo. Eso sí, tocahuevos un rato, incansable también, autocrítica? mucho! y regando mi pequeña plantita de esperanza, a la que se le van cayendo hojas, pobre plantita la mía, tan raquítica,… sigo y seguiré cuidándola con esmero. Y de vez en cuando me asomaré a leer a otro tocahuevos. Tocahuevos y privilegiado.
Ramón me gusta leerte (antes y ahora), te deseo lo mejor en tus nuevos proyectos y continúa en el camino de la “desobediencia creativa”, ¿difícil? seguramente, ¿incierto? también, pero sin duda satisfactorio. Un saludo y gracias también por la buena música.
Eres millonario, Ramón, aunque parezca lo contrario. Yo también lo soy. Te admiro. Mucho.
[…] El 23 de noviembre Ramón Lobo pisaba las aulas de Atzavares. Una sala abarrotada de jóvenes que esperaban su llegada rompió en un aplauso al ver entrar a ese hombre de apariencia sencilla y sonrisa cordial. Las palabras sobraban. Tres días antes, el periodista relataba en su blog (En la boca del lobo) la visita al INEM. […]