Lunes negro negrero
Monday, 23 de July de 2012 por Ramón
Amanece un lunes que se teme negro, negrísimo, que los pesimistas se han quedado sin munición de adjetivos y superlativos. Más que un lunes oscuro será una semana de sobresaltos, primas locas, bolsas por los suelos y un euro en baja. Tenemos un Gobierno rendido, mudo, desorientado, que resucita a González Pons para que pronuncie sus sandeces domingueras, mitad contra Zapatero, mitad contra el BCE, para salir en las televisiones, para distraer. El otro anzuelo es Gallardón con sus gallardonadas de viejo carca, de meapilas sin disfraz.
Más fotos de la tormenta en Nueva York
Los mercados no castigan al anterior presidente ni a su incapacidad, que son prehistóricas, él y sus malamañas, sino al actual, a su incapacidad manifiesta y reiterada. Rajoy ha quemado todo su crédito en seis meses, un récord, y nos ha dejado sin alternativa, sin naves. No solo es una mala política de comunicación; les pasa como a Zetapeta: no tienen nada que comunicar; no hay estrategia, ni plan, ni mapas, ni un TomTom que guíe entre la balacera de los especuladores.
Tienen razón los que descargan culpas en el anterior Gobierno, que no supo ver o manejar la crisis financiera que se cocinaba. No será por falta de advertencias de personas sabias como Joaquín Estefanía.
Pero son militantes del PP, y amigos del alma, los que gobernaron durante años Bankia, el Banco de Valencia, la Comunidad Valenciana, Murcia… La memoria de los Pons-ñecos olvidan la herencia del hombrecillo insufrible (Manolo Saco dixit: Aznar) en la creación e hinchamiento de la burbuja financiera, de los Poceros y demás santones de la magia potagia. Los de la lealísima oposición rubalcabiana también olvidan; se olvidan de Solchaga y su beautiful people que tanto daño hicieron. Todos son culpables. Y aunque no sean lo mismo, a menudo se parecen.
Sobre todos ellos, nosotros que les votamos, que les dejamos el corralito (¡uy!, se escapó) para su ensanche y disfrute, que nos ausentamos irresponsablemente de la cosa pública, la de todos, por rabia, desencanto o comodidad. Hoy pagamos tanta desidia, tanta mansedumbre.
Me da la sensación de que algo ha empezado a cambiar. Algo que no miden las encuestas ni la prima ¿de peligro?, obcecada en la ganancia. Lo que cambia es la actitud de muchos, aún no de la mayoría. Quizá solo sea una suma de agravios, pero este país exhibe una pérdida colectiva del miedo que traspasa ideologías. No lo estropeemos.
Abdicamos de nuestra soberanía como pueblo y ahora lo pagamos. Ojala tengas razón y se haya perdido el miedo, es necesario que la sociedad tome ya de una sus propias riendas y dejemos de delegar el gobierno a ineptos como los que tenemos desde hace siglos.
Lo único que le queda a la sociedad española es no fallecer en el intento de reclamar justicia, de seguir demostrando solidaridad con los más afectados por la crisis y exigir con ahinco y perseverancia un cambio de rumbo o lo que viene será peor.
Cuando los gestores nacionales de los mercados han comenzado a llamarles por su auténtico nombre: Especuladores, a los ciudadanos solo les queda nada.
Sin PAN. Nos comeremos a los chorizos.
[…] “Nosotros que les votamos, que les dejamos el corralito (¡uy!, se escapó) para su ensanche y disfrute, que nos ausentamos irresponsablemente de la cosa pública”, escribe Lobo. […]
Yo creo que si Zapatero hubiera hecho lo que tenía que hacer ( y que debió tener miedo de hacer porque lo hubieran llamado comunista), es decir, poner restricciones en las actuaciones de las entidades financieras, aumentar el control, perseguir con más empeño el fraude etc. ahora los Pons dirían que por llevar a cabo políticas de izquierdas ya anticuadas, como estrangular a los ricos o únicos creadores de riqueza estamos como estamos. Me juego lo que queraís. Qué vacuidad el discurso de Pons, habla como Rajoy le da vueltas y vueltas a una frase y su contraria y al final nos damos cuenta que detrás no había ningún concepto.