Al final de cada revolución
Thursday, 7 de July de 2011 por Ramón
Es mi primera colaboración con Gatopardo, una revista que me gusta:
El “número uno” salió al tras el triunfo de la guerrilla y dijo: “A partir de hoy el idioma nacional de San Marcos será el sueco; los hombres se cambiarán de calzoncillos cada media hora y para comprobarlo los llevarán por fuera, y los niños menores de dieciséis años tendrán dieciséis años”. El “número 2” miró al “número 3” y musitó: “Se le ha subido el poder a la cabeza”. La célebre escena del balcón de la película Bananas de Woody Allen es una sátira de la Revolución cubana. Las revoluciones son hermosas. En los primeros días están preñadas de ilusión y deseos de cambiar el mundo, después tienden a languidecer y copiar los defectos de lo desplazado. El movimiento del 15 de mayo (15M), que tomó la Puerta del Sol de Madrid para protestar contra la clase política española, que tilda de ineficaz y alejada de sus problemas, lucha ahora por evitar la misma ceguera que critica.
El Che Guevara dió la vida en Bolivia por la Revolución, él pensaba de que toda América Latina iba a cambiar, y no fue así.
Pero, no todas las revoluciones son fracasos. Hay que tener muy claro el objetivo, y buscar la mejor estrategia.
La Revolución empieza por uno mismo, tener todo en claro.
Sino se termina como la frase del Gatopardo: “si queremos que todo cambie, todo debe seguir igual”
Lobo, con ese nombre, la revista como mínimo llama mi atención. La reflexión siempre es necesaria para los que forman parte del movimiento, sobre dónde quieren llegar ahora, y para los que lo contemplan con interés y esperanza. Salud.
Enhorabuena Ramón. Me gusta mucho tu blog: selecto y bien redactado.