Midnight sobre Madrid
Monday, 6 de June de 2011 por Ramón
Llueve sobre el tejado de mi casa. Toda la lluvia vomitándose sobre las tejas árabes, buscando resquicios, quebraduras para filtrarse y entrar. La lluvia es cómoda: le gusta secarse a cubierto. Llueve en Madrid; es una lluvia que me persigue, que me moja individualmente, que me crece como si fuese una planta. Me noto árbol, raíz andante, ramas, un ciervo de cortezas y savia que crece al andar. Los que no entienden de estas cosas, de magia, me ven como una drag queen errante o un nota que se hace notar. Cerca de Bordadores, un perro color canela se acercó, carraspeó en un idioma canino extranjero, y me orinó en los pies. Llueve doble: orín y lluvia sobre un orín que se licua.
Viajo árbol con la cabeza hinchada. En ella traslado dos casas que se disputan el espacio y una película recién aprendida que me hace sonreír. Vi Midnight in Paris y me pareció maravillosa. “¿Vives en dos realidades a la vez? Es fascinante”, dice Man Ray a Gil, el personaje principal. Éste responde: “Te parece fascinante porque sois surrealistas, pero yo soy normal”. Me apoyo en una columna de la calle Hileras en espera de que llegue el pasado, la Guerra Civil, Hemingway, Capa. Pero en vez del pasado se aparece el futuro con los cristales tintados. Llamo y pregunto. Nadie responde. El futuro está ocupado. Subo la música, escucho Adele. No hay pasado ni futuro ni lluvia. Estoy vivo. Feliz noche.
Esta noche de lluvia hay mucha gente durmiendo en la calle, acampadas múltiples con parecidas indignaciones. Esta noche llego un hombre mayor a la cuesta moyano, pidió sentarse bajo nuestros toldos inseguros, se sentó, pidió una pera de las tres o cuatro que había en la mesa, la comió, y pidió tumbarse unos minutos entre nuestros improvisados plásticos para pasar la noche… Esta primavera es la más lluviosa que recuerdo en Madrid.
hola
a vos te cae agua delluvia,
acá, en Buenos Aires, nos dijeron que dentro de un rato lloverán las cenizas del volcán Peyuhue, que recorrieron un largo camino y llegaron ….
Qué bonito ser un árbol andante y empaparse de lluvia, y qué estupendo esperar el pasado y que aparezca el porvenir. ¡Toda una esperanza de vida!