Unos ojos llamados Liz
Thursday, 24 de March de 2011 por Ramón
Cuando coloco las palabras que pienso sobre la mesa del café y trato de meterlas en del ordenador, las palabras se mezclan alborotadas formando frases ingobernables. Muchas son fugaces que se encienden y apagan como las estrellas de agosto. Recuerdo dos: “Liz no se va, regresa”; y otra menos filosófica: “Qué ojos tenía”. No sé si era tan guapa, como parece que era, pues a la belleza hay que olerla y abrazarla para medirla. Nunca me crucé con ella más allá de algún saludo furtivo en la gran pantalla o en la televisión.
La recuerdo en blanco y negro. La mujer en color no actuaba, solo asistía a galas, siempre de blanco y acompañada de Michael Jackson o de Elton John. Debió ser una mujer compleja, difícil, actriz permanente, dentro y fuera de sus papeles de ser otra. Lo debió de ser por sus amores límite, amores-abismo como el de Burton. En la expresión de su rostro solo había espacio para la timidez, la dulzura y la inocencia. Era su disfraz, su muralla. Detrás de la máscara de Mujercitas se escondía una mujer-volcán. Me encantan las mujeres complejas, las que te dan vuelta como te descuides. Por eso me gustan Marilyn Monroe y Mónica Vitti. No es que las prefiera las rubias es que me gustan ellas.
La hoja de luz de mi casa baila y despide reflejos morados, malva. Parece un faro que advierte de un peligro celeste, un recuedo que me sobrevuela. Es tarde, es mañana. Los dedos se han cansado de cazar palabras danzarinas sobre la mesa del café. No quiero escribir sobre Liz Taylor, ni de cine, ni de nada, no quiero ni sé ni puedo con estas palabras que me han tocado en el Gran Sorteo de la Inspiración. Rastreo música para terminar. Que cada uno encuentre un trozo de su vida en ella, una razón para sentir y no olvidar. Somos memorias que crecen de tanta memoria arrastrada.
Precioso.
Los mitos del cine no se van, siempre nos acompañan.
http://www.youtube.com/watch?v=eB-uFoEPbVY
Una gran actriz, una gran belleza, unos ojos inolvidables y una persona que vivió apasionadamente, comprometida y leal con su familia y amigos.
Si hay algo de lo que me alegro es de pertenecer a una generación que tuvimos la oportunidad de ver cantidad de películas americanas y conocer a estos grandes actores que eran referente para algunos de los nuestros, como solía decir el gran Fernán Gómez, mi ídolo. Recuerdo lo que disfrutábamos los 7 hermanos los sábados por la tarde, tirados en el gran sofá y con las piernas encima de la mesa disfrutando del cine de la TV1 mientras mis padres dormían la siesta y cómo enderezábamos la postura y colocabamos los pies en el suelo al primer aviso de que se levantaban para no llevarnos una bronca.
Saludos…