Llamadas inquietantes
Wednesday, 24 de November de 2010 por Ramón
Esta noche tuve una llamada inquietante. Eran los mercados que me amenazaban con hundir la valoración de mi deuda. Me dijeron que lanzarían primer una campaña global de desprestigio: “Iremos a la yugular, tenemos los medios y carecemos de sentimientos”. La voz sonaba metálica, casi a calderilla, pero no me dejé engañar por el artificio. Supe enseguida que se trataba de una burda distracción porque todo el mundo sabe que a los mercados lo que les suena es el papel moneda, los cheques, los futuros y las hipotecas sub-prime. También les suena mucho la desvergüeza.
“La confianza global está por los suelos, sabemos que no podrás hacer frente a tus pagos”. Puse el manos libres y me fui un rato a baño donde con la calma del justo deposité con gran tino una larga y sonora meada. Al regreso, los mercados me advertían que no me iba a salvar ni la UE ni Papa Noël, que me forzarían a renunciar a la televisión, a uno de los ordenadores, a la aspiradora (“quédate con la fregona”), a la comida japonesa del Mercado de San Miguel, a la lectura de novelas (“solo best sellers”), a la calefacción individual, a la ducha caliente y al kit-kat. Esto último me pareció intolerable. Inercambiamos exabruptos. Ellos me llamaron griego. Después, irlandés. Cuando los mercados cogieron aire, tal vez para asfixiar a otro país, dije como José Antonio Labordeta: “A la mierda” y colgué. Los mercados, enfebrecidos por mi desprecio, llamaron una y otra vez.
Como no tengo deudas y me da igual lo que opinen de mi las bolsas internacionales me metí en la cama y dormí ocho horas pensando en un harén con 200 huríes desnudas que me leían con voz melosa The Wall Street Journal. Pero cuando me desperté, los mercados seguían allí, como el dinosaurio.
Escuché voces, olí el miedo. Otra vez la voz-calderrilla. Eran los mercados al otro lado de la pared. Su objetivo, el vecino que acaba de comprarse una casa de campo para cuando los mercados acaben con todo y puedan ser hippies de una vez. Yo ya me he apuntado a la escapada.
olvidate de la persecucion de los mercados
imita al gran Bob Marley
cultura rastafari, Jamaica , sus playas, y algun porrito
saludos
mucho reggae”-….no woman no cry……”
Tienes cuenta bancaria ?
… igual es el origen de tus pesadillas… bendito sea Cantoná.
… donde esté un calcetín…
A mí lo que me inquieta aparece al despertar y mirar los diarios, la pantalla del ordenador… El problema es que en el Imperio de los Mercados no se pone el sol y cuando aquí es de noche, ellos trabajan en Asia o EEUU y desde allí van llamando a cobro revertido.
Para los mercados , aconsejo la voz de zaz/ je veux en youtube, una especie de Bebe a la francesa.
Yo también estoy hasta el gorro de los mercados, Señor Lobo, y de que nadie esté sacando una reflexión de todo esto que está pasando ¿Es lógico aferrarse sólo al sálvese sea como sea? Por favor ¿Nadie piensa en el mundo? ¿Dónde quedó la capacidad de abstracción?
En fin, veremos y mientras tanto, vivamos a tope mientras nos dejen.
A mi también me han llamado, lo único que tengo a mi nombre es un coche de 9000 euros que todavia estoy pagando y mi perro, que no tiene precio. ¿Te pueden quitar los órganos?
Seguro que te pueden quitar los órganos. Y las ganas de vivir, si te dejas.
Lo de Cantoná está muy bien pero ¿cómo protestan los que ni siquiera tienen fondos para retirar?