Kosovo era una zona que me esquivaba. Quise ir tras la revuelta de los estudiantes belgradenses en 1997, pero era muy difícil de vender su actualidad cuando allí sólo pasaban lo que pasaba cada día: un sistema de apartheid y una guerrilla (Ejército de Liberación de Kosovo; Ushtria Çlirimtare Kombëtare (UÇK) en crecimiento, aunque las noticias eran muy difusas debido al cierre informativo. Después africanear 11 años, tuve la oportunidad de pisar Kosovo por primera vez. La crisis de 1999, la expulsión de casi la mitad de la población por parte de Slobodan Milosevic, la cubrí desde el norte de Albania, a pocos metros de Kosovo, pero sin estar dentro.
En mayo de 2007 hice el primer viaje. Gracias a la traductora heredada de Guillermo Altares, la escritora y profesora Nerimane Kamberi, fue todo muy sencillo. Antes de bajar al sur, un paso obligado por Belgrado: Kosovo limita con Serbia y con Rusia (23-05-2007). Nada más llegar a Pristina, una de las ciudades más feas en la primera y segunda impresión (luego la tomas cariño), entrevista con el presidente Fatmir Sejdiu: “La independencia es cuestión de semanas, no de meses” (26-05-2007). No acertó en la Aritmética, pasaron casi nueve meses, pero sí en el fondo. Un segundo reportaje era un radiografía del futuro Estado y las dificultades de la identidad: Una independencia sin dinero (31-05-2007).
Nuevo viaje en noviembre, ésta vez para cubrir las elecciones legislativas: Kosovo elige un Parlamento para su independencia (16-11-2007). Kosovo, un polvorín a punto de estallar (17-11-2007). Alta abstención en unas elecciones clave para Kosovo (18-11-2007) y la victoria de Hasim Thaçi: El antiguo líder guerrillero gana en Kosovo (18-11-2007) y la consecuencia: Kosovo planta cara a Belgrado y una segunda crónica de apoyo: Un líder moldeado por EEUU y una apoyo: La diplomacia española, invisible en Pristina (19-11-2007).
En diciembre, cuando terminaba el plazo de las negociaciones para definir el estatuto final (que siempre estuvieron viciadas, pues ninguno buscaba el acuerdo), aposté por ir a Belgrado, que era la parte débil y tenía su poética. En su mano estaba el grado de la respuesta, desde la guerra al pataleo: La amenaza de perder territorio resucita el nacionalismo en Serbia (11-12-2007). Después tenía previsto bajar a Kosovo para contar la otra parte. Pero un inoportuno y buen reportaje de Dan Bilefsky en el diario The New York Times que defendía la misma tesis que mi reportaje de Una independencia sin dinero publicado seis meses antes provocó que la dirección quisiera una gran historia de Kosovo. Fue una suerte: pude sacar adelante una gran historia que llevaba un par de meses cocinando, la de una funeraria de Mitrovica Norte que se encargaba de desenterrar y transportar los cuerpos de serbios cuyos familiares no querían abandonar en tierra islámica: Los muertos abandonan Kosovo (14-12-2007). Tenía clave política, pues para el nacionalismo serbio, la tumba es la frontera; los familiares se llevan en realidad la frontera. Después mezclé sensaciones y entrevistas realizadas en Serbia y Kosovo en Color de optimismo en Pristina, negros presagios en Belgrado (15-12-2007) y me dieron dos páginas para elaborar una historia corrida, sin apoyos, de la que estoy especialmente satisfecho: Kosovo, el país nacido de las bombas (16-12-2007).
Dos análisis: Solo un final posible (08-01-2008) y Bruselas necesita una estrategia (30-04-2008).
Diez días antes de la independencia: un título horrible producto del periodismo declarativo (que sigue siendo inexacto): Kosovo afirma que cien países reconocerán su independencia y nueva entrevista con el presidente Sejdiu: “No debemos ser un precedente” (09-02-2008).
Llega el día grande: Todo listo para la independencia de Kosovo y una segunda pieza: Rabia en los enclaves (15-02-2008). El primer ministro Thaçi trata de lanzar mensajes positivos: Kosovo tiende la mano a la minoría serbia y un reportaje: Los olvidados de Yugoslavia (16-02-2008) y en la víspera de la independencia, temperaturas gélidas: Nace un nuevo Estado europeo y un reportaje sobre Mitrovica, la frontera: El puente que divide dos mundos (17-02-2008). Llega el gran día: “Kosovo es de todos los ciudadanos” y una segunda historia: Un sueño que costó mucha sangre (18-02-2008). La matanza de Rakac: “La independencia nos hace justicia” (21-02-2008). Una joya que debo al gran Ramiro Villapadierna: El artista que venció a la historia (25-02-2008)
Tras la independencia de Kosovo: Serbia decide hacer su catarsis al revés tras la independencia kosovar el 17 de febrero de 2008: Serbia denuncia “la traición” de la UE (19-02-2008). Miles de serbios arrasan en Kosovo dos puestos fronterizos (20-02-2008). Arde la embajada de EEUU en Belgrado (22-02-2008). Escribí la crónica desde Pristina con excelente información de Jasmina Nikolic que me dio por teléfono. Como no pude firmarla (es mi intérprete), añadimos agencias a la firma. Era lo más honesto. El temor a que se extiendan los incidentes, obliga a tomar decisiones: La OTAN cierra la frontera con Serbia (23-02-2008) y Los serbios se atrincheran en el norte de Kosovo para forzar la partición (24-02.-2008). Medvédev garantiza su apoyo a Serbia (26-02-2008).
Tras muchos fracasos debido al entorno del primer ministro que nos bloqueaba, Nerimane y yo logramos la entrevista con Hasim Thaçi: “Queremos que Serbia entre en la UE y en la OTAN” (17-05-2008) y tras regresar a casa de los Mexhuani para arrancar un segundo reportaje: Kosovo aún no funciona (21-05-2008).
Martti Ahtisaari gana el premio Nobel de la Paz (11-10-2008). Casi cuatro meses antes, una entrevista con el impulsor de la independencia Kosovar: “Kosovo no tiene nada que ver con el País Vasco” (21-06-2008)
Kosovo un año en el limbo (18-02-2009)