Humo blanco, humo negro
Friday, 25 de September de 2015 por Ramón
Más que unas elecciones plebiscitarias parecen un concurso de a ver quién tiene la tontería más larga. Lo aburrido de este reality show es que no echan a ningún concursante de la casa, la isla, el país o lo que sea esto. El público no pinta nada.
Los eslóganes son la muestra de que el sistema educativo no funciona, somos un país averiado. Mis favoritos son: “un vaso es un vaso y un plato en un plato” y “los catalanes independientes seguirán siendo españoles”.
Desconozco qué sucederá el domingo, cuáles serán los resultados y el dictamen de los célebres indecisos, pero sí sé qué pasará el lunes: nada; la misma cansina canción: unos vendiendo humo blanco; otros, humo negro.
Ya salió Fernández Díaz con su ETA de quita y pon. Lo de Felipe es como para pedir que me devuelva los votos de 1982 y 1986. No es por el retorcimiento de los gulag de Stalin y el derecho de autodeterminación, sino por Pinochet. Cuando uno deja de diferenciar un asesino en serie de un incapaz es hora de cerrar la boca, aunque sea por el bien de su partido.
RACIÓN DOBLE DE MACHOALFAÍNA
Desde el 28-S hasta las elecciones generales-de-cuando-le-salga-del-higo-a-Mariano vamos a tener ración doble de machoalfaína. La campaña del miedo mudará de objetivo. Ya no serán los catalanes, ahora seremos todos. El lema: España se rompe. Sería bueno analizar por qué y a causa de quién.
En esa revisión, Zapatero y el tripartito no saldrían bien parados, pero nada comparado con la irresponsabilidad suicida de este Gobierno y la voladura del Tribunal Constitucional. Sin prestigio no puede haber obediencia. Nadie les reclamará nada. Los medios, tan duros con Manuela Carmena y Ada Colau, seguirán sumisos ante el poder del dinero.
Ganará el PP en las generales. La emoción, por decirlo de alguna manera cruel, es saber si podrá gobernar. Las ultimas encuestas sugieren que le sale la suma con Ciudadanos. Estaríamos en manos de Albert Rivera. El laboratorio de Madrid no permite dar, de momento, saltos de alegría, que los cien días son para todos.
No sé si un Ciudadanos pactista y una fuerte oposición del PSOE y Podemos, con las sumas que pueda lograr en las listas de unidad, serán capaces de generar otro clima político -y de Gobierno-, que todos empecemos a hablar catalán en la intimidad como el hombrecillo insufrible en su primera legislatura, antes de que le diera por los abdominales y por poner los pies encima de la mesa de George W.
La cuestión catalana es la cuestión española. Pase lo que pase a medio plazo con el soberanismo, para España es una gran oportunidad de poner todo patas arriba, sola o acompañada. Hay que cambiar de puzle y de piezas. Quizá entonces seamos capaces de engolosinar a los que hoy se quieren marchar. Mi posición es clara: no quiero que se vayan, necesitamos todas las manos.
(Concierto de memoria. Me gusta el grito inicial del público. Felipe, salta).
El comentario de Felipe tan benévolo y amnesiado sobre Pinochet, me pareció brutal. Este también debe tener muchos intereses en Venezuela. Pero hay muchas otras revoluciones fracasadas de las que nadie habla. Ni Felipe. Es como que te traicionen los que te empujaban a tener una actitud rebelde y crítica en aquel año 1973.
Tiene un mal envejecer este hombre y eso se está viendo venir desde hace tiempo. Lo malo es que nadie consiga disuadirle de que vaya soltando sus desvaríos alegremente.
Alfonso Guerra, por el contrario, te podrá caer mejor o peor pero lo cierto es que se mantiene en sus cabales y ha estado activo en la comisión constitucional del Congreso hasta no hace tanto tiempo.
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