Opinar o no opinar si eres periodista
Wednesday, 10 de December de 2014 por Ramón
Diciembre, pasó el maldito puente. Supongo que los dos millones de personas, o más, que ocuparon el centro de Madrid se habrán ido a sus casas porque hoy no he pisado la calle. Ventajas del freelance. Vivo en un promontorio sobre Madrid, solo escucho el murmullo, un runrún sordo sin apenas ruidos.
Parezco un marino en el palo mayor. Tengo el privilegio de decidir si me sumo o me evado. Lo tengo menos en estas fechas tan entrañables y coñazo en las que la alegría se expande de manera molesta y artificial. Diciembre es un mes sin graves, solo se escuchan los agudos, los chillones.
He dedicado el martes a jugar con Nana, leer compulsivamente en Internet y trabajar en un par de textos y en una entrevista que saldrá en breve en elDiario.es. Ayer se publicó un perfil de Obama que a tenor de los comentarios no gustó demasaido. Uno me acusa de publirreportaje. Soy de los que respetan todas las opiniones, y las críticas, más.
En las noticias internacionales, mi especialidad, trato de no emitir opiniones personales. Tengo mi punto de vista, mi ideología, mis valores. Aunque no soy objetivo trato de ser honesto: dar la oportunidad al lector de sacar sus propias conclusiones.
A veces, como en el perfil de Netanyahu, logro que me pongan a parir desde los dos lados por motivos contradictorios. Unos me acusaron de sionista; otros de antisemita. Esos son los buenos textos, los que dan en el clavo.
Sé lo que soy, pero pertenece a mi intimidad, y a la de mis amigos. No lo publico en Twitter. Opinar sobre estos temas me resta como periodista, y aún así creo que se me ve bastante cómo pienso y cómo siento.
Trato de no ser sectario, un problema grave en gran parte de la izquierda en España, y aplicar mi transversalidad británica.
En las noticias nacionales me cuesta más. Como no informo sobre esos asuntos me he permitido opinar, quizá demasiado. En esos asuntos no soy un periodista, soy un ciudadano, un indignado que quiere un cambio radical. En esos temas me muestro sin miedo. Una amiga me dijo el otro día que me exponía mucho en mis simpatías y apoyos. Le recordé que voy a cumplir una talegada de años y que estoy más de salida que otra cosa. Faltaría más, que a estas alturas el miedo fuese un freno. Nunca lo fue, ahora menos.
Pero mo estoy seguro si hago bien.
En elDiario.es también hago entrevistas, bueno en realidad son conversaciones largas, muy largas según Guillermo Altares. Ese opinar libérrimo ha tiene sus consecuencias: ahora no hay modo de conseguir una entrevista con Susana Díaz y algún que otro del PSOE.
En internacional no adjetivo, ese es un privilegio del lector pague o no pague por su pinchazo o su ejemplar. En nacional no consigo salir las interjecciones.
Buena semana
Estimado sr. Lobo, dos puntos, el miedo, en cualquiera de sus formas y manifestaciones, no es buen consejero. Nunca. El miedo es el carcelero del alma. Y tiene usted razón, cuando se llega a una edad en la que, claramente, estamos jugando el segundo tiempo, incluso el tiempo de descuento, no merece la pena andarse con zarandajas.
A mi sus perfiles sobre Netanyahu y Obama me han gustado, pese a no coincidir del todo con usted. Pero no leo a la gente con la que coincido, leo a gente que me obliga a pensar y repensar, a argumentar mis propias posturas. Ya sabe, los clubs de debates. La inteligencia es un músculo que debe ejercitarse a diario. Y a veces salen agujetas ¿Y qué? Entiendo sus dudas. Ser “librepensador”, “libresentidor”, no sale gratis. Lo “políticamente correcto” no se inventó ayer. Recuerde a Camus. Es cierto, no es facil ni cómodo nadar fuera del mainstream. Pero no todo el mundo cabe en algún molde. Pues a ser desestructurado pues. En gastronomía eso era trendy no hace mucho. ¿O se dice freak?
Y “pringarse” esta bien. Faltaría mas. Nunca me he creído lo lo de “neutralidad”. Siempre me ha resultado sospechosa. Claro que hay una opinión, unos valores, una sensibilidad, una forma de estar en el mundo detrás de la forma de contar, de narrar. Insisto, faltaría mas.
¡Hala! A sobrevivir las oleadas de sentimentalismo barato que son las Navidades comerciales que se nos avecinan sin demasiados daños colaterales.
Gracias, Pilar, siempre fui por libre, incluso en EL PAÍS. Así salió la cosa 😉
Inmediatamente después de leer el artículo de Obama, he leído los primeros 10 comentarios, eran brutales y algunos muy virulentos ¿de verdad q no afecta?. Yo no se si podría… ¿Como se hace para ser sensible a lo que sucede en el mundo y no serlo con lo que le sucede a uno mismo?, ¿no tiene miedo de hacerse insensible?
Los comentarios negativos me hacen reflexionar, escucho; los que se escriben o dicen desde el estómago y el anonimato pasan de largo
Si fueras tan aséptico que no viéramos como eres o no adivináramos tu forma de entender la sociedad y los temas tanto ajenos a tí como propios, no te visitaríamos. La verdad es que ahora que tenemos acceso a tantas opiniones, información, blogs, hemos forzosamente que elegir y seleccionar qué sitios visitar y posiblemente para eso hemos de, en cierto modo, identificarnos e interesarnos por lo que cada ventana, la persona que está detrás escribiendo, nos transmite. Si recibes críticas es que llegas a esa gente y les comunicas y les “importa” lo que dices. No habría comunicación si el receptor fuera indiferente a lo que piensas.
No olvides que estamos en un país lleno de gentes simples para los que la transversalidad puede ser difícil o imposible. Hay por suerte mentes más complejas pero soís pocos.
Creo que cuando uno lee a alguien con quien no comparte ideas es porque sabe que su interlocutor tiene mucha fuerza con su palabra y que es un líder de opinión y le preocupa que tus informaciones lleguen a demasiada gente. Seguro que son masoquistas, simplones y primarios.
A los insidiosaos no hay que darles pábulo, el nivel cultural es ambiguo . He leído los articulos y no veo intención alguna.
El de Obama es muy bueno, si Arnold se presentara ganaría igual que lo hizo Reagan, creo que Carolina Kennedy es mejor candidata que Hillary, la cruz de Bill pesa mucho para ganar a los republicanos.
El articulo sobre B.N. es excelente, con profusión de datos que dan una veracidad y equidistancia digna de resaltar. Muy interesante el video ” Israel, el nacimiento de una nación” que han colgado hace poco en YT.
Se agradece escuchar a Leed Zeppelin, las buenas faenas exigen ser acompañadas y rematadas por música, armonía y buen gusto.
“Unos me acusaron de sionista; otros de antisemita. Esos son los buenos textos, los que dan en el clavo”.
Este es un debate que se debería estar dando en el periodismo, ahora que hablamos tanto de transparencia. No tengo tus galones para opinar, pero la “objetividad” me parece una pésima entelequia periodística. Creo que a lo que todo reportero honesto debe aspirar es a una genuina “neutralidad”.
Cubrí durante una década la Venezuela de Chávez, el Ecuador de Correa y la Bolivia de Evo. Durante mucho tiempo pensé que las críticas feroces de chavismo y antichavismo (y sus homólogos en los otros países) eran el mejor indicador de la neutralidad política de mis notas. Años después -precisamente durante la cobertura de la muerte del ex presidente venezolano- escribí un par de historias que en vez de cosechar abucheos generalizados lograron que algunos amigos pro y contra revolución bolivariana reconocieran en los texto el sentimiento de la parte contraria. Una empatía sincera. Y creo que ahí se da en el clavo. Vigilar críticamente todas las manifestaciones del poder y tender puentes de entendimiento entre ciudadanos. Saludos!
k.