Razones para escribir
Tuesday, 22 de June de 2010 por Ramón
No sé muy bien por qué una persona escribe palabras, crea personajes e inventa situaciones. Cuál es el impulso primero. Trato de ir hacia atrás, como si fuera la búsqueda del primer recuerdo, el que nunca te contaron, el que no pertenece al magma de la memoria inducida.
Supongo que se escribe por la necesidad de expulsar lo que no se puede decir con palabras. Me cuesta expresar los sentimientos, por eso los disfrazo con grandes circunloquios y algún que otro resto de chaleco antibalas. En los textos, en cambio, brotan libres, como si no fueran míos, como si no fuera yo.
Uno escribe para buscarse y conocerse. A veces, en el buceo interior nace la sorpresa, el tesoro olvidado. También se escribe para que te quieran, como explicó Pilar de Río, el domingo en Lisboa, al hablar de su marido, José Saramago, a quien acompañó y guió resolviéndole las pequeñas y medianas cosas para que él pudiera concentrarse en las más grandes. Eso se llama generosidad.
Se escribe por aventura, para descubrir mundos maravillosos o terribles, que de todo hay en la mente. Y se escribe, sobre todo, para no volverse loco.
A veces me gustaría tener la valentía de saltar del avión y arriesgar. Decir: el aprendizaje ha terminado, ahora necesito escribir.
Qué es mejor: la cómoda monotonía y seguridad de lo que uno hace bien o el riesgo de descubrir que no hay talento, que no existe paracaídas. Dos amigos lo intentaron, P. y B., y lo han pasado mal. Son un ejemplo de valentía.
De joven escribía poemas (malísimos) que servían para cortejar. Era mi ventaja ante los más guapos, mi arma secreta. No siempre estaban pensados para la persona que los recibía, pero ni a ellas ni a mi nos importaban los detalles insignificantes.
Ahora escribo para lo contrario, para que no me conquisten. No mujeres y hombres, sino el irritante desánimo y la mediocridad del mundo en el que la mayoría ha renunciado a la utopía de querer cambiarlo. Uno escribe también para ser dios y jugar a modificar las reglas, pero éso solo está al alcance de los más grandes. De los verdaderos gigantes.
Conocí un gran loco, probablemente ni grande ni loco, sólo uno más. Una persona más a la que su cabeza jugaba malas pasadas de vez en cuando, o que se refugió en ello para huir del mundo de los demás. Que se pasaba el día escribiendo para que nadie le leyese, sólo sus parientes más cercanos, y en ocasiones ni ellos. Pero era ahí donde se materializaba su mundo imaginario. Quizás sólo escribía para que al menos de alguna manera éste fuera real.
Una vez me preguntaron por qué escribía un blog. “Simplemente por necesidad vital”, contesté. Creo que, aunque “más modestamente”, me he visto reflejado en este escrito.
Un saludo
Otra forma de ver los porqués de la escritura, pueden encontrarse en el libro “El escritor y sus fantasmas”, del escritor argentino (e ilustre hincha de Estudiantes de La Plata) Ernesto Sábato.
Es un ejercicio de motivaciones múltiples y gestos infinitos: placer, catarsis, agradecimiento, crítica, polémica, debate, generosidad… Cada quien habrá de hacer su propia alquimia ante la hoja en blanco, esa invitación al abismo propio o al cielo ajeno, en una combinación tan contradictoria como humana.
Un saludo.
No sé por qué escribirás, pero por favor no dejes de hacerlo.
querido Reimon, tengo para mí que es como preguntar, o silbar; a algunos les sale, espontáneo, inevitable, y a otros no
También hay a quien le sale cantar en la ducha o contar baldosas; hay tal riqueza de particularidades y taras…
Una de mis razones es el placer mismo de escribir. De coger un boli, un lápiz, un rotulador y deslizarlo por una hoja. Ramón ¿sigues utilizando la Moleskine?
Querido Ramón: ya sabes la fórmula de Marguerite Duras: “Escribimos para saber qué escribiríamos y si escribiésemos”.
Abrazos,
Diego
Sr.LLobo, sé que ud ya no es un niño, vaya que nos eso que se dice “unjoven” pero una reflexión como ésta muestra que su mente aún posee esa cualidad, ese optimismo que supone que aún, después de los años, uno siga planteándose las preguntas fundamentales. Es un alivio , una esperanza.
Razones para escribir…
No sé muy bien por qué una persona escribe palabras, crea personajes e inventa situaciones. Cuál es el impulso primero. Trato de ir hacia atrás, como si fuera la búsqueda del primer recuerdo, el que nunca te contaron, el que no pertenece al magma de la…
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Razones para escribir…
No sé muy bien por qué una persona escribe palabras, crea personajes e inventa situaciones. Cuál es el impulso primero. Trato de ir hacia atrás, como si fuera la búsqueda del primer recuerdo, el que nunca te contaron, el que no pertenece al magma de la…
Ramon yo lo que creo es que para escribir como tu hay que ser muy generoso. Muchas gracias y no dejes de hacerlo
Hay tanto ser sufriente y sin oportunidades en el mundo que, quien tiene un don, tiene la obligación de desarrollarlo. Estoy convencida de que ayuda a mejorar la calidad del ser humano como especie, aunque en el corto periodo de nuestras vidas no lo veamos. Pero tiene que salir de la sinceridad y del alma. Que luego guste o no, es cuestión de la vivencia de cada uno. Hay mucha gente desconocida que tiene el don y lo incluye en sus vidas aunque nadie sepa nunca de ellos. Esas son las personas auténticas. Pero si no sale de ahí, nunca llegará a nadie. En tu caso, que es el de la escritura, a mi me gusta cómo lo haces. Y me río mucho cuando exageras las historias y les pones ese punto de humor tan divertido. Si no nos reímos…
Saludos…
Personalmente también soy de las que piensan que una de las mejores razones para escribir es esa, ¡no volvernos locos!. Hay que sacar las letras que se juntan y alborotan en la cabeza. Independientemente de que se haga bien, mal, guste o no. Es cierto que debe salir fuera todo.
Un saludo
Gracias por describir mis sentimientos. Me ha encantado. Me ha llegado.
Por si desean echar le un vistazo. Más Razones para escribir
http://bit.ly/bRROK8
Mientras leía tu texto me daba cuenta de que era yo misma, incluso podían haber sido palabras redactadas por mi cualquier día de mi corta vida.
No creo que sólo sea una sensación mía, sino de cada uno de nosotros. Nadie es tan valiente de expresar lo que siente, a la(s) persona(s) que quiere, el miedo a ser rechazado, al dolor posterior, provoca una actitud de cobardía. Y sí, en esos casos sí que me considero cobarde, porque una herida provocada por el rechazo en directo de alguien a quien quieres puede ser más dolorosa que cualquier marca física real.
Un saludo muy, muy grande de una recién licenciada periodista, que desde que empezó esta fácil carrera -pero con dificultades de proyección de futuro- siempre ha sido tu seguidora. Tus cuadernos de Kabul, tus cuadernos de Haití, “El héroe inexistente” y ahora tu blog. Gracias a ti, mi vocación por ser corresponsal de guerra – algo que nadie de mi entorno puede entender- nunca ha muerto bajo las constantes balas de “buff, pues a ver si lo consigues”.
Espero algún día, poder conocerte.
Como ves, estoy caminando en tu tiempo en el blog, y al leer éste post me pregunto por qué te preguntas los motivos de escribir. Si no se escribe, al final el otro yo se descabalga de la cordura y se va haciendo locuras…o quizás sea al revés, es posible que se descabalgue de nuestras locuras y busque nuevas corduras donde se encuentre a sí mismo, o donde se busque en los demás y a los demás.
Es un hermoso diálogo entre el que escribe y el/los que lee/leen. Un abrazo, Lobo. Sigo leyendo tus aullidos.