Navidad desde un mástil pirata
Saturday, 24 de December de 2016 por Ramón
En estos días de invasiones bárbaras, con un centro de Madrid desbordado por las fiestas, me da miedo pisar la calle. Ayer asomé la cabeza en el portal y sentí el vendaval de la marabunta calle arriba. Y el ruido: parecían búfalos.
Caminar es un ir sin rumbo y en volandas. Hoy saludé a una mujer pelirroja que volaba a mi lado. Cuando quise estrechar su mano, decir algo amable, desapareció en un remolino. Si trato de cruzar la Gran Vía hacia Malasaña, el tiovivo me devuelve zarandeado al punto inicial. Hay tardes en las que vago prisionero por una acera imaginándose la vida de la contraria.
Desde mi piso veo nubes y montañas, escucho el murmullo de un ciudad que brama y bocinea, no su ruido. Mi casa es un mástil de barco pirata sobre un mar de tejados y luces de neón.
En estos días de alegría desbocada, la soledad se agiganta y me envuelve. Nadie sabemos nada de nadie. Ni nombres ni sueños. Todos deseamos un contacto que nunca se produce. Vivimos prisioneros de aceras, prejuicios y miedos. Hoy conocí a una sumiller que se llama Marian, a dos letras de la musa de Leonard Cohen. Busqué música contra las sombras y solo escuché canciones tristes. Las canciones son como las aceras: te dominan.
La mujer del remolino reapareció al atardecer, cuando el cielo de Madrid se viste de gala. Dijo: “te llamo” antes de ser engullida por otro remolino. Y aquí estoy como un idiota esperando a un sueño que no sabe cómo me llamo ni dónde vivo ni cuál es mi número de teléfono.
Nana y Morgan no celebran la Navidad porque los gatos no tienen religión; para ellos la eternidad es lo que tardo en rellenarles el cuenco de comida. Están hechos un ovillo en el sofá bajo una lámpara que da calor. Si acerco mi mano, la lavan. Es su manera de expresarme que somos un equipo.
Dudé entre Cohen y Dylan, y elegí estas dos grandes versiones. Felices días
¡Poesía pura! Triste navidad (con minúscula). Pero una soledad acompañada en la lejanía.
Qué preciosidad… Gracias una vez más. Por tu escritura y por compartir tu mundo. Un abrazo humano y otro gatuno (de nombre Groucho)
“Escuché canciones tistes”… Estamos en una nube y escuchar canciones en compañía, aunque sea virtual, las hace menos tristes…
aqui un año mas y la casa sin barrer
solo toca celebrarlo y a tutti plen.
te amo con locura viejo lobo
namaste
Si, la tristeza o la soledad se alivian si se comparte algo con los demás, aunque sólo sean unas palabras o una música.
Feliz Navidad a los que os guste y felices, también, y tranquilos días a los que no os guste. Pesa demasiado la tradición y eso desequilibra los estados de ánimo.