Vierneseando entre indecisos y expectantes
Friday, 18 de December de 2015 por Ramón
Anoche cené con unos amigos tras realizar un conversatorio (¡cómo me gusta este colombianismo con permiso de Perú!) junto a Javier del Pino en la librería Alberti sobre Todos náufragos (ya sabéis: el libro a regalar en estas navidades), y acabamos hablando de lo que todo el mundo habla: las elecciones. Tres de los ocho comensales era indeciso. Dudaban entre el PSOE y Podemos. Son viejos simpatizantes del partido de Pablo Iglesias I.
- Todas las encuestas predicen la victoria del PP. Después de cuatro años muy duros con numerosos incumplimientos y mentiras parece increíble que puedan ganar. Es más por desmérito del PSOE que por virtudes propias. La clave es saber el número de escaños. Menos de 117 impedirían la suma de dos tercios del resto de los partidos, algo esencial para una hipotética reforma constitucional. Pero se nos olvida el Senado, donde también serían necesarios esos dos tercios y en la Cámara Alta el PP apunta mayoría absoluta. Cualquier resultado por debajo de 11o -el techo Rubalcaba en 2011-, sería un desastre.
- El PSOE tiene problemas graves pese al espejismo del debate. La salida en tromba de algunos medios en defensa de Pedro Sánchez confirma que los problemas son reales. Las diferencias entre el segundo y cuarto permiten pensar cualquier cosa. Lo lógico es que quede segundo, ya veremos si en votos también. Esta vez el PSOE no puede invocar el voto útil porque ellos no van a ganar ni tienen posibilidades de estar cerca del PP. Esta vez el voto útil se va a los emergentes. El PSOE ha decidido invocar el voto nostálgico, dar pena. A veces funciona.
- Podemos está de remontada tras el fracaso del 27-N en Catalunya por culpa de tres errores: candidato, nombre y discurso. Están haciendo una campaña muy buena; Pablo Iglesias aprovechó bien los dos debates, en El País y Artesmedia. Sus votantes no esperan la victoria, que saben imposible, pero sí el mayor número de escaños para pueda poner patas arriba las instituciones. Ha logrado regresar al escenario de hace seis meses y parece que quedarán terceros por delante de Ciudadanos aunque ya nadie descarta una sorpresa.
- Ciudadanos se ha desinflado en la segunda semana, que se les está haciendo cuesta arriba. Ha pinchado en el asunnto de la violencia machista. Ha sido un torpeza inconmesurable. Es probable que queden cuartos, pero con este partido nunca se sabe. Serán la fuerza clave para formar cualquier tipo de gobierno. El anuncio de Albert Rivera de que facilitaría la reelección de Rajoy con su abstención tiene dos lecturas: dejar las cosas claras o robarle votos de última hora al PP. Después, cualquier abstención tendría un precio, unas exigencias.
Ejerciendo de sociólogo de taxi o de barra de bar, ahí van mis (infundadas) reflexiones:
1- La victoria del PP se debe en buena medida a una pirámide de población cada vez más ancha por arriba, un grueso de población que tiene asegurada una pensión (ande yo caliente…) y que rechaza cualquier cambio, pues teme que será a peor.
2- PSOE. El discurso a la contra “echemos a Rajoy”, sin propuestas en positivo, no inspira mucha confianza. Eso es de primero de publicidad. Tampoco ayudan propuestas poco alentadoras (p.e. trasladar el Senado a Barcelona, cuando lo que la gente pide es trasladarlo a la planta de reciclaje).
3- En las últimas autonómicas catalanas, Ciudadanos subió porqué su mensaje anti-independencia/pro-España era nítido y aglutinaba gente alrededor de esta idea. Ahora no parece tener discurso propio más allá de una versión 2.0 del conservadurismo de toda la vida. Se les ve el cartón a la legua.
4- Podemos recoge votos de cabreados, desencantados, ilusionados, no votantes habituales de nada y en el caso de Catalunya, de votantes de la CUP que al no presentarse ésta, optarán por este partido.
Que Dios reparta suerte y nos coja confesados.