Cabezadas en Union Square
Tuesday, 20 de October de 2015 por Ramón
Estoy acatarradamente muerto. Ayer, día de sofá y manta: Nueva York desde la ventana indiscreta, la vida fluyendo por la Primera Avenida dirección Up Town. Por la tarde, algo mejor en mi estado febril sin fiebre, caminé hacia Union Square por la calle 18. Me gustan sus casas bajas de barrio con las primeras calabazas en las ventanas y en los jardines que anuncian la llegada de Halloween. Me senté en un banco de la plaza al resol y me entró sueño de cabezada. Me encanta observar a la gente, imaginarme sus vidas.
Compré unos zapatos en Parangon, el mismo modelo que llevo puesto, el mismo que adquirí por primera vez hace siete años. Soy un tipo de costumbres. Entré en una librería de Barnes & Noble, casi una reliquia tras la guerra con Amazon. Me encanta oler los libros, sentir la piel interior, sus venas de tinta.
El domingo descubrí que para las salas de cine de la ciudad soy senior, +60, con derecho a un pequeño descuento. Me hizo ilusión. Se lo hice saber a Antonio antes de pagar. La taquillera no pidió documento alguno. Debo tener escrito el paso del tiempo en las arrugas de la cara.
Nueva York no es una ciudad para viejos; todo se mueve a una velocidad excesiva. Me refiero a las personas que superan los 80 o que no se encuentran en buenas condiciones físicas. Hay una ciudad para los triunfadores, las personas con mucho futuro, las dentaduras perfectas y los cuerpos musculados y otra para los vagabundos, los pobres y los mendigos. Son ciudades que no se mezclan. Es como si hubiera un carril invisible para el éxito y otro para el fracaso.
Cenamos en un japonés delicioso y caro: Kano Uama, en el 175 de la Segunda Avenida. Sé que Antonio me va a matar por revelar sus secretos culinarios. Me agrada la comida japonesa, degustarla en el orden preciso para que cada bocado estalle en la boca y llene el paladar durante unos segundos. Disfrutar de la vida es un privilegio de la vida lenta, de la pausa que llega con los años. Algunos lo llaman experiencia; otros, suerte, Feliz día.
Fantásticas crónicas! gracias
Y no te cortes a la hora de mencionar restaurantes y otros secreteos, que tampoco el presupuesto nos da para ir más allá de Calahorra.
Acatarrado y todo piensa que aún tienes más oportunidades que quienes, por circunstancias familiares sobrevenidas, hemos tenido que dejar de viajar “en seco”; lo que es durísimo. Mejor que no te toque.
Que te mejores o por lo menos, que el resfriado no te impida disfrutar de la ciudad y de los amigos.
cuanto me alegro de escucharte fresco…
continuo adorandote a traves de los años.
y cuando vas de viaje, me gustas mas.
mas espontaneo, mas tu,
sigues siendo el reportero dicharachero que conoci primero
y que se quedo prendido de mi zapato cosmopolita.
por fin estamos otra vez juntos… pa siempre…
aunque, a veces,cuando te entrenas con las politicas
tu tension arterial se me viene abajo
y me voy a dormir desasosegada.
te pegan mas los bitacoras.
te amo mucho gordiflon, tu sentido de buen amor va contigo.
hasta siempre y en namaste.
Me gusta esa frase donde aclaras tan claramente que los muros virtuales (entre los desposeidos y los desposeedores) no son un invento de la informática… hai gente que se empeña en hablar de una NYC…