Madam Bufi
Monday, 12 de October de 2015 por Ramón
Nana sigue revuelta, con morro de mala leche y el ronroneo atascado. Ayer le presenté un gato, tan castrado como ella. Primero puse el transportín de Nuba, que así se llama, en medio del salón para se fueran acostumbrando. Nana bufaba erizada y emitía maullidos de combate muy agudos.
Sintiéndose seguro dentro de la caja, Nuba observaba la danza de la guerra con presunta tranquilidad. Después situé a Nuba detrás de los cristales de la ducha y repartí una lata entre ambos. El asunto empeoró. Nana bufaba al gato invasor y me bufaba si la tocaba el lomo. Todos los gatos nos habíamos convertido en enemigos. Era a guerra mundial gatuna.
Coloqué a Nana en una habitación y dejé merodear al invasor. Se oían los bufidos detrás de la puerta. Metí a Nuba en el dormitorio y dejé en libertad a Nana. Mi gata se apostó ante la puerta para seguir bufando. A media tarde, Nuba emprendió camino de su casa.
Por la noche, en una de sus carreras nocturnas habituales, Nana bufó sola. Ahora, además de Nana, la voy a llamar Mandam Bufi. ¡Qué carácter!
Ahora Nana teme por su territorio.
Tengo gato y gata, ambos castrados, y cuando ella está enfadada, por haberla tenido que vacunar o por lo que sea, le bufa siempre al pobre gato.
Ojo, los olores de la arena se multiplican con dos gatos.
Dales tiempo, puede durar la adaptación. Si se quieren dar compañía o no, dependerá de ellos.
Y recuerda, si te vas, no más de tres días sin que alguien se pase a verlos.
Tuve dos machos hace años y funcionó muy bien tras 24 horas de adaptación. El gato invasor no es permanente, solo una prueba para ver si tengo otra casa más para dejar a Nana en los viajes
¡Qué carácter !! la Nana intransigente no se siente representada por tí si le llevas una compañia que no necesita ni te ha pedido.