27-S: ficción contra miedo
Monday, 21 de September de 2015 por Ramón
Es un asunto minado, se exige militancia. Yo no la tengo, solo soy un periodista más o menos experto en algunos asuntos internacionales.
El 27-S está en plena erupción emocional; ambas partes -digámoslo así- juegan con cartas marcadas y una alta dosis de manipulación informativa. Los periodistas deberíamos representar un papel clarificador con informaciones y reportajes leales hacia los ciudadanos que contradigan los dos discursos dominantes, que ayuden a entender. Los periodistas, salvo ilustrísimas excepciones, nos hemos contaminado del ambiente tóxico que respiramos. Es muy difícil permanecer inmune.
Desde “Madrid” no se entiende bien lo que pasa en Catalunya porque muchos creen que todo es la culpa de Artur Mas, cuando el president es solo un oportunista inteligente que se ha subido a una ola con la esperanza de sobrevivir. El problema es la ola, que la no hemos visto y aún no la vemos venir. Hay alerta de tsunami.
Desde “Barcelona” no se entiende bien a España porque muchos creen que España son Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre y Cine de Barrio, por un poner. España somos Picasso, García Lorca, la Generación del 27, sabios como Emilio Lledó y José Luis Sampedro, Joaquín Sabina y Carlos Cano, Eduardo Mendoza y Enrique Vila-Matas. España somos la misma ciudadanía harta de una clase política que, salvo rarezas, es poco eficaz. Aquí tenemos a Bárcenas; allá a la familia Pujol. Somos hijos del mismo franquismo mal resuelto.
Juego de la gallina
Nos manejamos entre una catalonofobia y una españofobia. Así es difícil encontrar puntos de encuentro, si es que ya no es tarde para todo. En este momento procesal, que diría un abogado, nadie quiere negociar; todos buscan posiciones maximalistas para mantener prietas las filas y acojonar al contrario. No es una partida de póker, parece más vien un juego de la gallina: dos coches a gran velocidad en dirección a un precipicio. Gana el último en frenar. Tengo la sensación de que caeremos los dos.
Un poco de Historia mal resuelta
En “Madrid” partimos de una falacia histórica; España es una gran nación con 500 años de historia (Mariano dixit). Recomiendo la lectura de estas cuatro entrevistas; son clarificadoras, sobre todo la de José Enrique Ruiz-Domènec: “No podemos ser un país unitario, porque en realidad no lo hemos sido nunca”.
También las de Santos Juliá: “Antes, cuando se iba a Barcelona sabías que formabas parte de una tradición común. No sé si eso se ha perdido para siempre”; José Álvarez Junco: “Los nacionalistas son grandes inventores de la historia. Pero, cuidado, los otros nacionalistas también” y Josep Fontana: “Prohibir es estúpido porque lo único que hace es aumentar la irritación”.
Ruiz-Domènec ofrece varias claves. Un país mesetario solo puede estar unido si la Meseta es imperial. Solo hubo dos intentos de crear un país unitario, el de los Omeyas y el de Franco, y ambos fracasaron. En 1640, Catalunya se marchó con Francia y regresó, y en esas mismas fechas había fuertes tensiones independentistas en Andalucía. Lo de la vieja nación es un cuento: siguen los reinos medievales: Aragón (ahora Catalunya); Navarra (País Vasco); Castilla, Andalucía y Portugal. Solo el último es independiente.
Todo es religión
En “Barcelona” no se corrige la historia mitificada del Centro, sino que se añade una nueva, también mítica. Esto va a parecer el Partenón 2.0. Algunos de los defensores de esta nueva historia catalana rivalizan sin pudor en disparates con Esperanza Aguirre. Estamos en una situación en la que solo se escuchan las tonterías de los dos lados. Desaparecieron casi las voces mesuradas e inteligentes. Todo es religión.
Incluso un tipo tan inteligente como Mas-Colell asegura que si Catalunya se independizara, España debería seguir pagando las pensiones. El cartel electoral es atractivo; la independencia es gratuita: sin gastos, sin salir del euro, sin dejar la Liga, sin deuda pública, sin bancos mangones. La realidad es que el nuevo Estado asumiría todas las obligaciones y funciones del anterior, las de cobro y las de pago, incluidas las pensiones. Lo de la deuda acabaría en un arbitrio de la Corte Internacional de Justicia en La Haya.
Mientras que una parte recurre a la ficción, la otra esgrime el miedo. Si faltan líderes, se necesitan ciudadanos para encontrar entre todos un acomodo inteligente a tantos siglos de mala historia.
Esto es solo al comienzo de una partida larga y peligrosa. No hay demasiadas propuestas alternativas al sí o el no sobre la mesa, más allá de un vago federalismo con un Senado en Barcelona. ¿Por qué no una capitalidad compartida? La mejor opción siempre es el diálogo, para ello algo debe cambiar en diciembre. Feliz semana.
Ayer a las 10:40 se cortó unos minutos la emisión del “A vivir” y cambié el dial al azar. Salió la cope. La presentadora entrevistaba (es un decir, porque entre pregunta y pregunta soltaba sus proclamas) a Albert Rivera.
Ella insistía hasta la saciedad en que una Cataluña independiente saldría para siempre de Europa. Lo argumentaba así: “Para volver, necesitaría el voto a favor de todos los países, y España jamás apoyaría su regreso”.
Pensé que esa es una gran manera de fomentar el odio. Y me hizo pensar en que si el referéndum se hiciese en toda España, el resultado dependería del texto de la pregunta. Si la cuestión fuese: ¿Acepta la escisión de Cataluña del resto de España?, el 95% voltaría que no. Pero si la cambiásemos por: ¿Echamos a Cataluña de España?, tengo más dudas.
Supongo que a pesar de la tensión creada y ya muy difícil de aligerar, todos están consiguiendo lo que realmente buscaban; Mas una negociación del pacto fiscal que como personalmente, por falta de carisma y por querer hacerlo con un Rajoy que es la negación de la capacidad de negociar, ha utilizado a los ciudadanos. Rajoy porque ahora dirá que mejor que Catalunya no se vaya de España, porque no seria menor el problema para lo que quede de España tanto económica como políticamente.
Luego arreglarán la Constitución, para lo que dedicarán al menos una legislatura para ponerse todos de acuerdo en lo que hay que modificar. Y mientras seguirá habiendo diadas y las rivalidades irán consolidándose, con la mitad de la población impaciente y decepcionada permanentemente y la otra mitad olvidada a su suerte. Y los trabajadores con más precariedad con el cuento de que las empresas no invierten con esta incertidumbre y así llegará un momento en que se hará un referéndum. Y todo este deterioro y cansancio para volver al punto de partida.
¿ A quién le gustaría que el sueldo que uno gana lo administrara su vecino? Pues eso. Cuanto más cerca tengamos a nuestros administradores, mejor control podremos ejercer sobre el uso que se hace del mismo. Ni que decir tiene que el ideal sería que no necesitáramos quién nos administrara nada.
Llamadme independentista práctico, pero así lo veo yo.
Una buena imagen, Carlos. Pero en esa comunidad hay gastos comunes que pagar y tenemos una vecina del primero con una pensión miserable que hemos decido ayudar entre todos. Puede que los coeficientes del pago de la comunidad estén mal y perjudiquen a tu piso. Se debate y se modifican aunque el cabrón del segundo se niegue, pero no te vas con la comunidad de al lado. Son opciones.
En este caso todos los estamos haciendo rematadamente mal.
Se agradece el comentario, Ramón. Y sobretodo, se agradece el debate sosegado y realista, exento de amenazas (de excomunión, de salida de Europa, de la galaxia…) o la “venta” de paraísos terrenales. No me creo ni a los que dicen que seremos la nueva Albania, ni a los que nos prometen que los perros estarán atados con longanizas (o en este caso, con butifarras).
Gracias
Yo siempre crei que lo importante de ver quien nos administra (el sueldo o la vida) depende de la calidda humana del administrador. Para nada debe depender de su raza o color político, y mucho menos debe depender de la cercanía, tengo vecinos asquerosos a más no poder y el ejemplo de las autonomías o municipios nos da ejemplos de sobra. Quiero que me represente gente honesta (preguntarle a los griegos), aunque sea para repartir los despojos, no necesito al vecino que está trampeando las cuentas de la comunidad vecinal!