Indignado con Renfe
Thursday, 17 de September de 2015 por Ramón
Dicen que cumplir 60 años tiene sus ventajas. Debe ser cierto, pese a que aún no las he descubierto. Unas de las visibles es la Tarjeta Dorada de Renfe. Pagas seis euros al año a cambio de unos supuestos descuentos que rinden homenaje a tu longevidad. Para descubrirlos es necesario cursar una carrera de números porque no hay manera de encontrar las bicocas. Es más sencillo acogerte a cualquier oferta normal; tiene menos letra pequeña. La letra pequeña es una jodienda a partir de los 60 (aún no es mi caso).
Ya no me importa que los mejores descuentos de la Tarjeta Dorada sean el 30 de febrero y las cinco de la mañana; eso se puede soportar. Lo intolerable y escandaloso es que llamen Tarjeta Dorada a una adefesio de cartón, poco más grande que el billete de metro. Deberían darnos una tarjeta plastificada con ribetes dorados, foto y derecho a un aplauso y orquesta (vale spotyfi) por llegar a los 60, que tal y como está el asunto no es moco de pavo.
Entre la droga, el alcohol de garrafón, los alimentos adulterados, las eléctricas y el Gobierno, sobrevivir empieza a ser un milagro, un desafío a la naturaleza. Espero que si llego a los 65, la tarjeta de la Tercer Edad tenga más enjundia porque si no la voy a montar.
Música para celebrar la resurrección de este blog tras meses sumergido en un libro emocionalmente complicado.
Se te echaba de menos
En la tercera semana de noviembre, el resultado 😉
Jjajajajajaaaaaaaaajajajaja. Gracias! me he reído tanto y tanto se agradece en estos tiempos.
No hay muchas, pero notar que te quedan aún 5 añitos para hacer 65 no te está nada mal… (por ejemplo).
Y ten en cuenta que la ventaja mayor de hacerse idem es que se aprende a fijar la atención en la parte del vaso que aún tiene líquido…
Jaja! En plena forma! Que no decaiga.
Excelente notícia la reincorporación del blog. Se ha hecho larga la ausencia, se compensará con el libro. Coincido con el bluf de la tarjeta dorada. un abrazo