Llueve sobre los insomios
Sunday, 28 de September de 2014 por Ramón
Llueve sobre los insomnios interiores, llueve sobre Madrid. El repicar musical de las gotas en las tejas árabes de mi piso no me deja dormir. Me gusta asomar las manos por el velux, empaparlas en la falsa ensoñación de que el agua que cae del cielo esquiva la contaminación que nos envuelve, la química y la otra. Escribo esperanzado de que las letras traigan el sueño que se me escapó.
También anda revuelta Nana con tanto repicar. Está sobre el escritorio, toqueteando bolígrafos, lápices, papeles, cables, libros. El otro día se comió parte de mi egoteca, una hoja de periódico con un reportaje que guardaba en una carpeta. No es una gata digital: le gusta el papel, lo devora.
La lluvia me recuerda el mar, su ir y venir, las olas, la playa repleta de conchas marinas. Paseo por el barrio vecino, en un circuito de silencio.
El blog ya no me permite colgar música la final del texto; se comió el botón verde que era la puerta de acceso. Sin música estoy perdido. Al escribir escucho el roce de los dedos sobre el teclado, las quejas de los sustantivos, mis preposiciones cambiadas de sitio. Hay palabras que no dejan de discutir por todo. Escribir es un laberinto, así construyo corales para que nadie entre en mi castillo.
Aquí anda Nana revuelta y maulladora, tocándome con la pata para que juegue con ella. Le digo que es tarde y entonces me muerde el pie. Al menos ha empezado a sacarse las uñas en el rascador. Ha costado un sofá y una butaca, pero gano más de lo que pierdo. Todo se tapiza, menos los recuerdos.
No dejes de encontrar el modo de hacernos llegar la música. Aunque casi toda la partitura ya está 🙂
Me has transportado a ese Madrid melancólico con luz de luna. Preciosas tus palabras. Yo, como tantxs otrxs que lo hayamos leído hemos rozado el teclado de tu ordenador, hemos imaginado el ordenado caos de tu escritorio y hemos sentido eso, un tanto incómodo, que se produce al querer dormir y que no venga… excelente. Como todos tus textos. Ah! También estuve entre libros y CDs, en aquella estancia de la casa de Wyoming : ) Me encantó esa entrevista.
Besos compañero
Ana Parra
bueno amigo, te queda toda la noche, coge a nana esa que fija su mirada en tu teclado, esperando que de el salga la música que le gusta, y son solo palabras (como decía la canción)la guardas en tu bolso y te diriges al sur (también había una canción que hablaba de esto) si no te distraes con nana o o no paras en algún sucio burdel a lo mejor te da tiempo a llegar a Extremadura, tierra mágica, sin descubrir y eso que es tierra de descubridores, a lo mejor nos das tiempo a tomarnos una copa y que nana descanse del viaje.
Me gusta cuando suenas nostálgico, melancólico, aunque eso te cueste horas de sueño. Ojalá recuperes el botón verde. Escuchar las canciones que cuelgas es un buen colofón a la lectura del día. Salud.
Ramón, los recuerdos, con el tiempo, también empiezan a tapizarse. Esa es otra forma de sobrevivir.
Que tengas un buen fin de semana.
Un saludo.
Así es la vida, una pérdida detrás de otra.
Hoy nos ha tocado la ausencia de tu música.
Feliz día.
Muy tieeeernoooooo. Quéjate de seguidores!!
En ocasiones va bien compartir la soledad con uno mismo. Todo pasa y todo queda…. como dijo el poeta.
Encantador, gracias…
Sí, la música es como el broche de oro y además complementa la intención de lo escrito como un emoticono adecuado.
Pero podrás volver a colgar música????
siempre puedes dejar un link….
https://www.youtube.com/watch?v=rh5V9pvLVoU
Cierto, ese desorden o daños de la gatita los compensa con creces.
Hay que recuperar el botón verde. Ojalá le pudiera ayudar, pero yo siempre sigo los dos mismos pasos cuando se me presentan problemas informáticos de cualquier índole : soltar un joé, coño y reiniciar el equipo. Me temo que ésto no le servirá de nada para dar con ese botón verde.
Suerte y buena semana.
Ya me gustaría saber cómo has conseguido que Nana use el rascador porque mi Raisa, que los tiene de todos los tamaños, colores, formas y alturas, sigue prefiriendo el sofá, la alfombra y los bajos del canapé, pero, como tú dice, todo se tapiza y si no, qué más da.