Palabras que hablan
Monday, 25 de November de 2013 por Ramón
Me duele la cabeza. Son palabras almacenadas durante días, semanas y meses, tal vez años. Las palabras se piensan, se sienten, se preñan de nosotros y se dicen; así, con naturalidad. Basta abrir la boca y dejarlas marchar. Las palabras son como los pájaros que abandonan el nido para vivir una vida adulta, dejan de pertenecernos. Hay palabras que al escucharlas parecen pensadas por otro, casi extranjeras. Somos motores de palabras. Nos copiamos e influimos; respiramos el mismo aire, los mismos aromas, las mismas ilusiones y desesperanzas. Es el mecanismo que las crea el que nos diferencia, el que las singulariza.
Las palabras creadas que no salen se conservan en compartimentos cerebrales mediante un mecanismo secreto. Hay palabras que descansan cerca de la salida para brotar la semana próxima. Hay palabras que se guardan en los sótanos para el año que viene, para un aniversario. También las hay que por motivos incomprensibles quedan perdidas, abandonadas. Estas son las que duelen. Cuando son muchas, el dolor afecta a la cabeza entera, a los ojos, a la boca. Es el momento de ponerse a escribir, a vomitarlas.
En los países gélidos las palabras pronunciadas en invierno se congelan en el aire y caen al suelo envueltas en un cristal. En esos países las personas no emiten palabras de diciembre a marzo, solo emiten chasquidos. Cuando llega el deshielo, los campos hablan con las palabras invernadas confundiendo conversaciones y habitantes, pues nadie sabe si lo que escucha es lo que dijo en ese instante o tres meses antes.
Hay palabras que vuelan y nadan, cruzan mares y fronteras empujadas por los vientos y las corrientes. Cuando ese tipo de palabras aventureras llegan a una costa se esconden raudas en las caracolas para que no se las coman los pájaros parlanchines. Tengo un personaje de una novela no terminada que pasea por la playa del psiquiátrico que he inventado para él. Mi personaje escucha caracolas, conversa con ellas. Dicen los otros personajes del pueblo que el hombre está loco, pero los locos son aquellos que no saben de la existencia maravillosa de las palabras que hablan vidas que nosotros aún no hemos vivido.
Feliz lunes.
Buen lunes: Y gracias por soltar los “pajarillos” (seguro que son esos que vienen al alféizar de mi ventana y me alegran y entretienen). Mi madre, cuando nos veía enfrascados en lecturas, decía “no leais tanto, que hubo uno que de tanto leer se ke fueron los pajarillos”, pero el sentido de esa frase, era más bien represora…
empezar el lunes, (acá hace mucho calor y llueve), pero leer algo tan bonito levanta el espíritu
gracias por compartirlo con nosotros
I love it! I want more words! 🙂
Lobo,
las palabras que no se dicen, son a veces las más necesarias. Por eso hay que buscar bien en el baúl. Salud.