Observando al PSOE con escepticismo
Saturday, 9 de November de 2013 por Ramón
Me resulta incompresible que un tipo como Rubalcaba, que parece inteligente, se aferre al cargo, demore las primarias y acaricie la idea de ser candidato en 2015. No es ya un asunto de encuestas, en las que un PP enmierdado asoma la cabeza por ausencia de contrincante; es el clamor de la calle, de los ex votantes socialistas, que exige un cambio radical de rumbo y de caras.
Sostiene Rubalcaba que primero es el programa, después la persona que lo debe defender. Creo que se equivoca: ¿cómo puede tener credibilidad un proyecto político construido por personas desacreditadas ante la ciudadanía, ante sus propios votantes? Primero es la ilusión, después la persona que la encarne. Con el programa no hay que dar tantas vueltas, bastan los valores perdidos.
Antes de pensar en la ilusión, el PSOE debería pedir perdón por sus malos gobiernos, por las traiciones a los programas y a las ideas, por los errores de Zapatero y los de Felipe González con su beautiful people, que de ahí viene este extravío que no lo remedia ni un kilo de memorias edulcoradas.
La persona es esencial; permite olvidarse un poco de las siglas y los desatinos. Un borrón y cuenta nueva algo ilusorio. Mal andan las cosas que bastan los artificios. Autoengañarnos con que hay alternativa.
Entregar las elecciones Europeas es un disparate. Rubalcaba parece Ancelotti en el último clásico Barça-Real Madrid. Su resultado no es decisivo, el resultado puede ser psicológico; da o quita moral, un capital básico para mudar el humor.
Debería haber primarias enseguida o un Congreso Extraordinario, o las dos cosas. Permitir otro discurso, otras voces, una conexión con la calle, si es que eso es aún posible. Abrirse a la sociedad, a las Ada Colau mejor que a las Beatriz Talegón.
Pese a tanta mierda, este país está preñado de energía, de ganas de hacer. Quizá solo sea necesario quitar grilletes y barreras, abrir las ventanas y que corra el aire para que esfume el exceso de incienso y carcundia. Para esto, confío más en la capacidad de movimientos como el 15M, que en el PSOE.
Por desgracia, caras nuevas y proyectos nuevos no van siempre de la mano. Un ejemplo de ello es la presidenta Susana Díaz, la “nueva” estrella del PSOE, ahondando en las viejas y rancias recetas para encarar el problema territorial de aúpa que tiene el Estado español.
Por lo demás, coincido bastante con usted. Aunque existe el “consuelo” (mal de muchos, consuelo de tontos) que la crisis de identidad de la socialdemocracia es de alcance europeo. Sólo hace falta ver qué hace el SPD alemán (prefiere apuntalar a Merkel antes que sumar con verdes e izquierdistas para formar una alternativa aritméticamente posible en el Bundestag) o el presidente Hollande en Francia. Convertirse en una copia light de la derecha acaba por desdibujar el proyecto y el “nuevo” líder más atractivo que pueda haber.
Rubalcaba tiene razón en que lo prioritario es el proyecto. Ahora sólo necesitan recuperarlo, si es que pueden acabar de desempolvarlo del todo antes de las próximas elecciones.
Veo perdida a la izquierda a nivel europeo. Tanto, que me hace dudar de mis propias ideas.