Hay tipos que no se pueden morir sin permiso. Hay muertes anunciadas que requieren una preparación emocional en el que recibe la noticia. ¡Joder, Lou! Si hace nada decías que eras un milagro de la Medicina cuando siempre lo has sido de la vida; de la que te bebiste y fumaste, de la que nos resgalaste.
Eres parte de mi juventud. Recuerdo a Alfonso Donday que traía discos pánicos, así los llamaba, de gente como tu. Fue el introductor de modernidad cantada en un barrio pijo de una España muy negra, insoportable. Recuerdo las fiestas, los despertares y las potas de El Copón. Allá andaís los tres, errantes. Y aquí, sigo yo, con la música en los cascos, memoriandome con una lágrima que me ronda. ¡Joder, Lou! Si hace una semana te ponía en la despedida de A vista de Lobo en A Vivir. Le gustabas a Javier del Pino, que es muy exigente en esto de la música.
La juventud sigue aferrada en alguna argolla, quizá en mi negativa a crecer del todo porque nunca me gustaron las personas crecidas, los adultos encorbatados, rimbombates. Eras como se debe ser, un Peter Pan con talento. Gracias por vivir.
Un minuto, de música, para LOU REED!!
Tenía un tremenda cara de gamberro irreverente, como su música. It’s time to say goodbye.
http://www.youtube.com/watch?v=m4ULAtm5PpY&feature=share
Comparto!!! Gracias Ramón.
Con gentes como Lou, puedes acercarte a la creencia de que hay y ha habido muchos dioses en el Universo. Somos muchos los politeístas en este mundo de la música. Gracias Lou