#Lampedusa
Sunday, 6 de October de 2013 por Ramón
Nunca he estado en Lampedusa, como la mayoría de los periodistas que escriben sobre aquella isla-frontera. Hay noticias que exigen alma, estar allí, empaparse, hablar con los vivos, escuchar a los muertos. Hay que estar ahí, preñarse de emoción, infundir calor a las cifras, descubrir las pequeñas historias que cuentan las tragedias grandes.
La mayor tragedia no está en la muerte de inmigrantes sin nombre, como los que yacen en el cementerio de Tarifa, sino en nuestra muerte moral, en la insensibilidad de esta sociedad ampulosa. Si no estamos allí los periodistas para denunciar la degradación ética de nuestro mundo, ¿cuál es nuestro oficio?
Me gusta la camiseta del gran Franceso Totti: “La vida es un derecho de todos. #Lampedusa”. Hay que mojarse, dar la cara, escoger bando. Ser ejemplo.
He leído que las leyes italianas (léase europeas) premian con la nacionalidad a los inmigrantes que mueren persiguiendo un sueño y con la expulsión a los que logran sobrevivir.
Debemos parar y mirarnos al espejo: ¿qué somos? ¿Qué defendemos? ¿Qué mierda de sistema es este? ¿Qué basura de gobernantes son los que priman el lucro sobre la salud y la educación, la esclavitud sobre la justicia? ¿Esta es la Europa-ejemplo, cuna de civilizaciones? Siento asco y pido perdón por ser parte de ella. ¿Dónde está la izquierda que apoya y aprueba este tipo de leyes inhumanas? Es fácil escandalizarse por Siria, difícil escandalizarse por nuestras ciudades. Nuestro sitio es la patera, ahí es donde está la grandeza perdida.
La izquierda no jode a nadie, ya no es mas que una amenaza revolucionaria, es una chapita de ésas, cómo es, un pin, un graffiti. Pura nostalgia.
Lugares comunes.
Los periodistas no están allí, ni en las barriadas, ni en los CIE, ni en los vuelos de las deportaciones, ni en las redadas policiales, ni en las cotidianas identificaciones en el metro, ni en las expulsiones de Poble Nou.
Las muertes en el Mediterráneo no se han producido por culpa de los traficantes. Ambos son el producto de un perverso sistema legal segregacionista y discriminatorio al que las izquierdas “de gobierno” han contribuido activamente (véase la política de Manuel Valls, ministro del interior francés). La propia Agencia de Derechos Fundamentales de la UE lo describe así:
“Existen, de acuerdo con el derecho vigente en la Unión Europea, unas 20 categorías diferentes de nacionales de terceros países, cada uno con derechos diferentes” http://www.javierortiz.net/voz/samuel/lagrimas-de-cocodrilo-en-lampedusa
Pues eso.
Un saludo.
Es surrealista la situación, le dan la nacionalidad a quien ya no le sirve para nada (¿dónde le dejarán los papeles? ¿ en la tumba?) y se la deniegan a quien la necesita, a los que sufren. Qué fácilmente acallan sus conciencias. O podemos decir acallamos que somos nosotros los que los votamos y lo permitimos aunque lo critiquemos.
Qué asco de mundo y de país nuestro, un país donde en frase de Sabina habita el olvido. Desmemoriados para todo.
tiene solución, vendrán mas y mas, lo mejor tiene solución y encima economica………….pero quieren?
descansen en paz..