Perlas de Seymour Hersh
Monday, 20 de May de 2013 por Ramón
Seymour Hersh nos dio una clase magistral de Periodismo; también de esperanza y optimismo. Su conversación con otro grande, Jon Lee Anderson, fue el broche final del Foro 2013 organizado por el diario digital salvadoreño El Faro. Una semana de reuniones, conferencias, encuentros y talleres en los que he aprendido mucho, me he ordenado mejor. Ha sido una mini beca Nieman. Estoy profundamente agradecido a Carlos Dada y a su equipo. Un regalo que perdurará.
Hersh dejó un reguero de señales, luces en el camino. Escucho la grabación y me reafirmo en la convincción de que en España viajamos en dirección contraria: somos repetidores de la insignificancia. Perdimos el sentido ético y periodístico de lo que está bien y de lo que está mal, de lo que es noticia y lo que es solo propaganda. Nuestra obligación es transmitir la complejidad de la sociedad en la que vivimos, vigilar al poder, desnudarlo en sus mentiras y trampas.
Es más barato repetir papagayadas que investigar, denunciar, escribir historias, ser útiles a la ciudadanía. Fallan muchos periodistas, fallan las universidades, fallan la inmensa mayoría de los jefes. No es una crisis causada por la crisis económica, la escasez de publicidad, el hundimiento de un modelo de negocio, es una crisis ética. El problema básico es que hemos olvidado la esencia del oficio más maravilloso del mundo: ser incómodos.
Estas son algunas de las joyas que dejó Hersh:
El negocio del periodismo es no creer lo que te dicen, aunque te lo diga el presidente.
Un buen periodista es mucho mejor que todos los idiotas que gobiernan este mundo.
Que no les detengan los jefes, publiquen; hoy con Internet se puede.
Los políticos en EE UU no nos dicen la verdad, nuestro trabajo es descubrirla.
¿Cómo vamos a ser objetivos con Guantánamo, la peor cosa que hemos hecho en nuestra historia?
Buenos días:
La independencia y la libertad, en definitiva, quien lo tenga por bandera pocas riquezas podrán compensarlo.
Lobo,
es conveniente regresar a la esencia para no ahondar en la dispersión. Me alegra de que disfrutaras, yo también lo habría hecho, pero tú no necesitas que te recuerden qué es el periodismo. Salud.
Estuve allí la noche del sábado. Fue un plato suculento de buen periodismo, con un relato descarnado de cómo hacer lo que siempre la sociedad espera de los periodistas: escarbar y poner al descubierto a los mentirosos y farsantes, sean de la santidad que sean. saludos