Esto es un cachondeo sin gracia
Tuesday, 30 de April de 2013 por Ramón
No sé por dónde empezar. Quizá por desearle suerte a Alfredo Sanz, el banquero de Botín, que ya tiene bemoles el apellido. Me preocupa su jubilación, que quede a expensas del Pacto de Toledo y de las indexiciaciones del Gobierno, o como lo diga Montoro. Ser ciudadano está jodido: todos con mucha paciencia, silenciosos y 88 millones acumulados en comisiones abusivas para llegara a fin de mes.
Me duele el tío Tontino que hoy ha conseguido juntar una frase entera para decir que siempre ha estado al lado de las víctimas. Podría escribir de nosotros, los periodistas, que guardamos un silencio cómplice en el accidente de Valencia (excepto Levante y El Mundo hace un año) y que hoy recogemos la frase sin más, sin contexto, dándole una credibilidad que no tiene.
Me apetecería escribir sobre Bangladesh y la ropa fabricada en esclavitud. Hablan de beneficios, de puestos de trabajo. Cuando escucho excusas, pienso en valores, en los más de 6.200.000 parados que hay en España, producto de un saqueo estructural (lo llaman deslocalización) y de un sistema que hace aguas en la corrupción y el descontrol. Pienso en los jardines de Gallardón y me hierve la sangre. Cuando no sabes qué decir, es mejor dejar a otros que canten la indignación por ti. Una vez más, Ska-p. Feliz remontada; al menos nos quedan los Reyes Magos.
Sanz, un delincuente medio indultado. Se va, según dice, no le echan ni le humillan y le aseguran una jubilación que, a su edad, no se podrá gastar. ¿De verdad necesita que le desees suerte?. Qué país tan extraño. Los sentenciados del caso Pallerols no van de momento a la cárcel para cumplir su condena por si llegara el indulto, los horrores del dopaje deportivo sin castigo proporcional. Creo que, definitivamente, a todas estas gentes no necesitamos desearles suerte, ya han nacido con ella.
A mí también me hierve la sangre cada vez que entro en internet para leer los periódicos españoles, sobre todo entra en peligrosa “ebullición” ante las declaraciones de determinados políticos; no sé, si de encontrarme frente a ellos podría callarme, sus declaraciones suponen un constante insulto a la inteligencia. Me encuentro en Noruega, y cuando veo las entrevistas a políticos, (así como la falta de “parafernalia”, sin escoltas, ni coches con cristales ahumados…etc) y respondiendo a todas las preguntas y debatiendo civilizadamente, no puedo dejar de comparar la situación con España. Advierto que aquí son auténticamente CIUDADANOS, mientras que a nosotros nos considera “súbditos”. Pesan mucho los cuarenta años de dictadura, no?