Libros y hadas
Sunday, 5 de September de 2010 por Ramón
Los libros esenciales no pueden ser nombrados en voz alta. Hay intimidades que se desvelan sin palabras, solo con una mirada. Un libro no es el título que el escritor o una editorial persuasiva escogió, un libro es una historia compartida que empieza en el día que de su compra. Los libros que modifican a los lectores no se eligen, te eligen. Entras en una librería (solo sucede en las buenas; yo soy fiel a Méndez, en la calle Mayor) y el libro te chista si hay mucha gente o te guiña una vocal si el silencio es comprometedor. Ya en casa, abro el libro, lo huelo, y al leerlo lo subrayo. Un libro subrayado deja de pertenecer a quien lo inventó o escribió y pasa a ser un poco del lector que lo llena de su propia vida. Las obras maestras son aquellos textos capaces de multiplicarse en miles de lectores durante un tiempo indefinido, más allá de la moda y las promociones.
Este fin de semana, mientras dormía, llegó un hada y se puso a ordenar mis libros esenciales trasladados estab semana al dormitorio. La vi en sueños. Dije: “¿Qué haces, no te gusta mi orden?”. El hada me explicó que mi desorden era impropio de alquien que se cree inteligente. “Esto es un desastre”. Dijo que cierto libro cargado de difuntos no podía estar tumbado ni soportar encima el peso de otros porque enterraría a los muertos. Tampoco uno de un cubano magistral podía estar junto al de mi italiano favorito. Le dejé hacer porque incluso en sueños el soñador más estúpido sabe que las hadas no se aparecen a cualquiera. Antes de despertar quedé con el hada para ordenar otro día unas fotos que tengo en un pasillo y los otros libros, los del salón, que están pie de guerra ante la afrenta de no ser los esenciales. Toda la casa, menos el dormitorio con los libros ordenados, parece amotinada. Antes no me hablaba, ahora no se calla.
Qué necesarios son tus escritos, Ramón! Al menos, para mí.
las hadas viven entre nosotros
una aparecio en tu casa, te hace compañia…
Me gusto mucho la forma como describes la llamada de los libros. Yo tambien he sentido la llamada de un libro esencial, y cuando no le hago caso, termino volviendo al mismo lugar una y otra vez, y siempre vence el libro porque termina en mi biblioteca.
Yo soy mas de duendes, sera por eso de que se tiende a elegir al sexo contrario. Se dice que son traviesos, pero tambien son muy creativos. Hace tiempo que no me visitan, y ya voy echandoles de menos.
Con tu post se me viene a la cabeza una frase que lei en un libro y que, mas o menos decia, “el dia que los hombres olvidaron los cuentos empezaron a creer en ellos”. Hay frases que se nos quedan pegadas, y no sabemos muy bien por que, quizas estaba destinada a ser escrita en tu blog un dia como hoy.
Un saludo cordial.
¿No te estarás volviendo un poco paranoico…? ¿Depresión post-vacacional? (ahora que con la crisis ni se habla de ella y todo el mundo parece encantado de volver al trabajo, un bien cada vez más escaso…). Con todo el cariño, eh…
oh, que alegría volver a leerte… se te echaba de menos..
Me ha encantado tu escrito, Ramón. Sobre todo, porque me pasa lo que a ti. Me susurran los libros (o sus lomos) en las librerías y saltan sin quererlo a mis manos. Y desde que los cojo hasta que los termino de leer, esa magia se queda a su alrededor. Y shh… no digas nadie, pero yo también tengo un hada.
Saludos.
Me encanta esta entrada. Yo también necesitaría un hada así, por eso me gustaría poder compartirla. Sigues sin desvelar los títulos de esos libros de cabecera, qué intriga!!! Fenomenal tu entrevista en la SER.
Un saludo
Es verdad que muchas veces los libros aparecen justo en el momento preciso, te eligen