Pensamiento único, mediocridad asegurada
Sunday, 18 de July de 2010 por Ramón
El caso es conocido. La cadena de televisión estadounidense CNN despidió el 7 de julio a una de sus corresponsales en Oriente Próximo, Octavia Nasr, cristiana maronita, por un tweet en el que escribía sus respetos hacia el Gran Ayatolá Mohammed Hussein Fadlalla, recientemente fallecido. Fadlalla fue líder espiritual de Hezbolá aunque desde hace años estaba distanciado del grupo. Para EEUU e Israel se trataba de un terrorista, no de una figura religiosa. En un lugar tan complejo como Oriente Próximo los adjetivos son armas de destrucción masiva.
Este caso le sirve a Thomas Friedman, ex corresponsal en Jerusalén y columnista del The New York Times, para preguntarse Can We Talk? ¿Podemos hablar?
Guillermo Altares, amigo y compañero de periódico, colgó esta frase en su muro feisbukniano:
“What signal are we sending young people? Trim your sails, be politically correct, don’t say anything that will get you flamed by one constituency or another. And if you ever want a job in government, national journalism or as president of Harvard, play it safe and don’t take any intellectual chances that might offend someone. In the age of Google, when everything you say is forever searchable, the future belongs to those who leave no footprints”.
Siempre ha sido así: estructuras en las que se progresa si el aspirante no opina u opina conforme a lo que desea la estructura. A los mandos les gusta la obediencia democrática, que es un sí más suave que el “sí, señor, señor” cualtelero. Ahora, con la llegada del mundo digital, las huellas de un pensamiento erróneo pueden colarse por rendijas twitteras, feisbukienses, youtúbicas o vaya usted a saber y quedar googleadas para siempre.
Un suspiro a destiempo en tu casa puede ser grabado por el chip de la televisión LED de última tecnología y enviado al Centro Nacional de Suspiros para que evalúe de inmediato el grado de amenaza. Aun no existe el Gran Hermano advertido por Orwell pero por si llega nos estamos preparando y en la preparación, creándolo. Es la reación tipica: ante cualquier duda hay que adelantarse a los deseos de la estructura conforme a los deseos conocidos. Esto genera inmovilidad. Al jefe inteligente termina por gustarle este tipo de adulación anticipatoria. Debería ser la señal de que ha dejado de ser inteligente.
Nadie opina diferente, nadie piensa diferente, nadie siente diferente. Así, de la estructura solo brota mediocridad y de la mediocridad no se pueden esperar decisiones audaces, imaginativas. Sucede en Afganistán, donde el pensamiento único no funciona contra la realidad y no hay generales con ideas frescas; sucede en la crisis económica en la que lo audaz sería meter en la cárcel a los sinvergüenzas, no entregarles más dinero para delinquir, y sucede en el Periodismo, inmerso en un cambio de modelo de negocio.
También es es un texto conocido, que ha circulado por La Red, pero recomiendo la lectura y relectura de esta entrevista de Pedro de Alzaga con David Simon, creador de The Wire y ex periodista del The Baltimore Sun. La titula con unas comillas: “La gente que lleva los periódicos ya no respeta su propio producto”. Se podrían sacar miles de frases, ideas, perlas. Me gusta esta para situarnos un poco:
Yo dejé The Baltimore Sun con otros reporteros en la tercera ronda de recortes de este periódico, en 1995, antes de que la Red supusiera una amenaza. A alguien en Wall Street se le ocurrió que podía hacerse más dinero publicando periódicos malos que publicando periódicos buenos, así que recortaron costes, redujeron la redacción y cubrieron menos asuntos para tener más beneficios. E hicieron esto en casi todos los periódicos del país, salvo tal vez en The New York Times y en The Washington Post. Cuando llegó la Red, los periódicos estaban tan destripados que no pudieron ni protestar y empezaron a regalar su producto, lo que supuso un error terrible.
Estamos en manos de gente que no quiere que estemos informados, ¿habrá solución a esto?, con los contenidos de la red habría mucho que decir, lo malo es que dice más de la cuenta, y cada vez es más difícil discernor entre la información que nos llega cuál es veraz y cuál está intoxicada o dirigida.
Son los defensores a ultranza de la libertad de expresión siempre que lo que libremente se exprese sea lo que se desea escuchar, se llenan la boca de educar personas autónomas y críticas pero si se te ocurre llevarlo a la práctica empiezas a tener problemas. ¡Ay, si yo te contara! Afortunadamente, soy funcionaria, tengo problemas, me joden la vida pero no acaban conmigo que es lo que algunos quisieran. Aunque joderme me joden un rato, ehh!!!
Un abrazo feliz, a pesar de todo. Montse
Buenas a todos.
Antes de nada, felicitar a Ramón por el blog. Simplemente c*j*n*d*. Y en cuanto a esta entrada, un pequeño apunte. Estamos en una sociedad en la que el pensar distinto está mal visto. Pseudo-compañeros que tienen una cara delante y otra detrás, trepan y creen conseguir beneficios a costa de pisar y machacar a quien sea. Ese que trepa es el que, sibilinamente, ha desproticado contra todo. Ahora, en el “poder”, dórale la píldora y no le digas cosas que no quiere oir, pues si no, como en el cole, “vas a la seño”. Al final, veo que en todos los sitios, trabajes donde trabajes, andes en donde andes, el “políticamente correcto” impera en nuestras vidas. Me pudre que estemos favoreciendo como máximo valor en esta “suciedad” el mide tus palabras.
Veámoslo desde el lado positivo, puesto que el asunto en mi opinión no tiene remedio -teórico si, práctico no, y si no recordemos el caso de Enric González…-: Cuantos mas idiotas hayas en el mundo, menor será la cantidad de mierda que nos tocará en el inevitable reparto de la misma. Y si encima su idiotez hace que se te cuelen en la cola para el reparto de la misma, miel sobre hojuelas.
En casa también hay buenos ejemplos.
Una reflexión de la semana pasada:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=109702
Esto me recuerda al “no te signifiques” que le decían las mujeres de la Guerra Civil a sus hijos y nietos en la posguerra y aún mucho tiempo después. Entonces podía suponer un paseíllo al muro más cercano, ahora el paseíllo es hacia el muro más alejado de la puerta de entrada a cualquier medio de comunicación. No te fusilan pero te dejan al borde del abismo donde intentar hacer buena información supone que, en la mayoría de los casos, el periodista apenas cubre gastos con lo que le pagarán, saca algún excedente para invertir en el próximo trabajo o, en el mejor de los casos, encuentra donde publicar. La mayoría como Alberto Arce hace unos días, http://www.fotoyperiodismogijon.com/2010/07/12/alberto-arce-desempotrado/ termina por tirar la toalla. Así nos va.
abundando…esta mañana medio somnoliento oí en algún noticiario en la tele la noticia de Moratinos que estaba en Afghanistan había estado en una reunión ataviado ¡con un burka!…me espabilé de repente. después ya vi claro que iba ataviado con la capa de mando y turbante afghanos.
Carles, las que iban con burka eran dos mujeres que asistían al acto.
La ultima frase del escrito colgado en el muro de Altares “….el futuro pertenece a los que no dejan huellas”, es impactante.
La globalizacion, el control de los medios de comunicacion en unas cuentas manos, lo politicamente correcto, son solo algunos ejemplos de la manipulacion a la que esta sujeto el ser humano.
“1984” de Wells, es un libro que entra de lleno en la literatura de terror, y en la ultima decada ya se atisba su presencia en el mundo real.
Y lo peor es que poco o nada se puede hacer. Hasta nuestros pataleos por la libertad pronto seran olvidados porque las nuevas generaciones ya vienen con un chip incorporado, “no pienses mucho, diviertete y consume lo que puedas”.
Un saludo cordial.
[…] Y UN BUENÍSIMO COMENTARIO DE RAMÓN LOBO, AQUÍ […]
Habrá que ver dónde van quedando islas de libertad de expresión, si es que las hay, y aprovecharlas. Saludos.
Ser diferente siempre fue complicado. No nos engañemos. Nos quieren consumidores no pensadores. Muy bueno el enlace de Unai.