Srebrenica, Holanda, segundo intento
Tuesday, 13 de July de 2010 por Ramón
El post titulado Holanda, porros, tolerancia, ficción no gustó a tenor de varios comentarios. Uno me acusa de mezclar churras con merinas. Otro crítico me dijo de viva voz: “¿Qué tiene que ver el tocino con la velocidad?”. Respuesta lógica: “Mucho: a más tocino, menos velocidad”. Un blog no es un espacio en el que es obligatorio estar de acuerdo. La discrepancia es buena.
Holanda -país que admiro en muchas cosas (su pintura, el fútbol, no el patibulario del domingo, su tolerancia social, ahora en retirada…); tambien me gustan muchas de sus gentes (conservo familia lejana)- tuvo una grave responsabilidad, aunque sus tribunales lo nieguen, en la matanza de Srebrenica. Ya sé que es una culpa compartida y menor si se compara con la de los jefes de la ONU y su doble llave de cobardías (el secretario general Butros Butros Ghali y su enviado especial Yasusi Akashi, más el general francés Bernard Janvier, tres personajes que merecerían un juicio en La Haya).
Y sobre ellos, los cinco países del Consejo de Seguridad que tienen derecho de veto y ocupan los cinco primeros puestos en el tráfico mundial de armas (perdón, comercio; tráfico es cuando lo hacen los otros). La culpa es también de la OTAN, que no envió aviones ni amenazó a las tropas invasoras serbias.
Pero los cascos azules holandeses que en teoría defendían el enclave podrían haber hecho mucho más, no digo combatir, morir, bastaba con no retirarse, con permanecer en sus puestos en Poticari para ser testigos y forzar una intervención real de la OTAN. Mladic no se hubiera atrevido.
Esta es la novena parte de un excelente documental de la BBC (las otras están también en YouTube). En ella sale la fiesta de Zagreb de los soldados holandeses, cuyo riesgo mayor fue retirarse de forma vergonzante dejando atrás a miles de civiles. Esa imagen nunca se me ha borrado de la retina. Hace cinco años entrevisté en La Haya a Joris Voorhoeve, que era ministro de Defensa holandés en 1995. Me gustó, pero siempre me gustan los ex políticos cuando pueden expresarse. También hablé con el sociólogo Paul Sheffer, que me gustó más. Pero sigo sin digerir aquello.
Recomiendo el excelente libro Postales desde la tumba de Emir Suljagic y el de Hasan Nuhanovic, ambos intérpretes de los cascos azules holandeses y a quienes trataron de dejar atrás para complacer a Mladic. Salvaron la vida gracias a un contacto, un coronel francés que alertó la ONU. Los mandos holandeses de aquella misión, Thom Karremans (arriba en su célebre foto brindando con el jefe de los asesinos) y su segundo, el comandante Franken, están en la historia de la infamia. Y son holandeses. (Otro día hablamos de España, de la Inquisición y Franco, lo digo por no mezclar churras con merinas y tocino con velocidad).
Solamente tengo una palabra Ramón. Gracias
Gracias Ramón, por poner puntos sobre las íes.
Yo también creo que si los cascos azules holandeses no se hubieran retirado Srebenica no sería una ciudad de viudas.
Bueno, cada pais tiene muchos rincones oscuros en su historia, ya sean muy evidentes o más ocultos, pero en todos lados cuecen habas; lo bueno es sacar consecuencias, poder depurar responsabilidades e intentar no repetir errores en el futuro, tarea difícil.
También podríamos hablar de Indonesia… Nadie tiene autoridad para dar lecciones de ética. Pramdoeya les padeció. En realidad, él padeció a todos: http://www.kirjasto.sci.fi/pram.htm
Enorme Ramón. El libro de Suljagic hace palidecer a cualquiera. Lo leí hace unos años, en cuanto salió. Venía recomendado por un bosnio que nos estuvo enseñando Sarajevo. Me quedo con la manera de describir su último encuentro con Mladic: esa mezcla entre asco y miedo, del que sabe que depende de la aleatoria voluntad del otro. Lo que pasó allí deberían enseñarlo en las escuelas.
Nada más que añadir… No one here will harm you!!
Gracias Ramón.
Yo creo que lo más importante para poder cambiar es ser conscientes de que la naturaleza humana también tiene esa violencia y barbaridad; todos somos susceptibles de llegar a cometer atrocidades, ¡ojo! no digo que todos llegáramos a cometerlas en circunstancias adecuadas sino que somos susceptibles de hacerlo por nuestra propia naturaleza, por eso considero tan importante ser conscientes de quienes somos. Ayer me gustó la entrevista de Iñaki al Delegado para la Violencia de Género porque apuntaban en esta misma dirección.
Yo lo que no entiendo es por qué mezclas ovejas con damas de familia noble 🙂
Efectivamente Silvia, tenienbdo en cuenta que hastra los del banco naranja lo explican en un anuncio entiendo que es una coña no?.
no es por defender el papel de los Holandeses pero es que me temo que la ONU en su conjunto quedó retratada.
Mondo difficcile e hipocresía por doquier.
Ramón, impresionante, no puedo decir más.
Aunque no quiero mezclar churras con merinas hoy es un día importante para todos aquellos olvidados que han sufrido las consecuencias desvastadoras del amianto. Por fin se ha tenido en cuenta su lucha. Un día triste pero esperanzador.
(que poco nos durado la alegría de ser campeones).
Han pasado 15 años, y todavía se me revuelve el estómago ante la cobarde retirada de los soldados holandeses de Srebrenica. Todos los dirigentes europeos y los periodistas sabíamos que si se marchaban los cascos azules, los serbios cometerían una masacre. Y miramos hacia otro lado. Y 15 años después, el máximo responsable de aquella matanza anunciada, esa bestia criminal llamada Ratko Mladic sigue libre en algun lugar de Serbia, disfrutando de impunidad. Y nadie en la OTAN ni en la UE mueve un dedo por buscarle para que pague por aquella villanía, en la que casi 8.000 personas fueron llevadas al matadero, como corderos, no sé si churros o merinos.
Alguna vez me he preguntado qué habría pasado si aquellos cascos azules de Srebrenika hubieran sido españoles. Quiero creer que se habrían quedado, pero no estoy nada seguro. Lo cierto es que aquellos malditos cobardes eran holandeses. Y espero que nunca puedan olvidar que mientras ellos celebraban su fiesta en Zágreb, los civiles inocentes a quienes habían jurado proteger estaban siendo masacrados por sus verdugos serbios en los bosques proximos a Srebrenica.
Extraído del “diario de Berlín”, de Rafael Poch en la Vanguardia.
Vale que la continuación del exabrupto de hoy tiene justificación en el partido del domingo, pero que nos quieras tomar por tontos, Ramón, ocupando Javier Solana el cargo que ocupaba entonces:
“Nada puede hacerse ya por las decenas de miles de muertos de la guerra de Yugoslavia, pero pocas cosas hay más repugnantes para un periodista que la falsificación y el doble baremo en materia de información cuando se trata de crímenes tan horrendos. El procedimiento es viejo y conocido: se trata de ignorar unas masacres y enfatizar otras. Es así como la matanza de Srebrenica se convirtió, y sigue siendo recordada hoy, como, “la peor matanza de seres humanos en Europa desde el fin de la II Guerra Mundial”. En realidad fue uno de los fraudes que jalonaron la guerra humanitaria, con la que Euro Atlántida apuntaló el nuevo orden continental.
La leyenda afirma que Srebrenica era poco menos que una pacifica localidad desmilitarizada y bajo control de la ONU en la que los serbios practicaron una masacre de 8000 personas cuando la tomaron en julio de 1995. No hay duda de que en julio de 1995 hubo muchas muertes en la región de Srebrenica. El grueso de ellas se produjo cuando un gran contingente militar de musulmanes bosnios, civiles armados y familias abandonó la ciudad y fue atacado sin piedad en mortíferas emboscadas por las fuerzas serbio bosnias, que también practicaron ejecuciones.
Aquello fue puesto como ejemplo de “genocidio serbio” por la única razón de que en Occidente interesaba enfatizar la culpabilidad de los serbios, enemigos de Occidente en las guerras de los Balcanes. Por la misma razón otras dos masacres que tuvieron a los serbios como víctimas, una anterior a Srebrenica y otra posterior, se ningunearon y no las conmemoramos hoy como, “la peor matanza de seres humanos en Europa desde el fin de la II Guerra Mundial”.
Ignorar unas masacres, enfatizar otras
Entre principios de 1992 y 1995, antes de los llamados “hechos de Srebrenica”, decenas de pueblos serbios de la región de Srebrenica-Bratunac fueron destruidos por las milicias musulmanas bosnias. En toda la región 3300 serbios fueron asesinados entre 1992 y 1995, de ellos sólo 880 soldados, el resto civiles, según la investigación de Milivoje Ivanisevic. Otro autor, Alexander Dorin, menciona en su libro (Srebrenica, Die Geschichte eines salonfähigen Rassismus, 2010) 41 pueblos y 1300 serbios asesinados entre abril de 1992 y abril de 1993 en la zona de Srebrenica. El forense serbio Zoran Stankovic y su equipo encontraron más de mil cadáveres serbios en la misma zona antes de julio de 1995.
Durante toda aquella época la ciudad “desmilitarizada” era la base de operaciones de castigo musulmanas de la gente de Naser Oric, cuyos grupos realizaron aquel trabajo: masacres contra serbios en los alrededores desde la ciudad, y también ajustes de cuentas dentro de ella, como han explicado numerosas fuentes, entre ellas el propio alcalde musulmán de la ciudad, Ibran Mustafic, en un conocido libro (Planirani Haos), cuya publicación le valió ser objeto de un grave atentado en 2008. El general francés Philippe Morillon, jefe de las fuerzas de la ONU en Bosnia en 1992-1993, describe a Naser Oric como “un criminal de guerra que no tomaba prisioneros”. Su colega el general canadiense Lewis Mackenzie, jefe de las fuerzas de la ONU, dijo que, “todo indica que Naser Oric mató a tantos serbios fuera de Srebrenica como los serbio bosnios mataron luego”.Los medios de comunicación prefirieron no hablar demasiado de estos hechos.
Tampoco se extendieron sobre otra masacre de serbios inmediatamente posterior a Srebrenica, la llamada “Operación tormenta” de los croatas contra la Krajna de agosto de 1995, que produjo una estampida de 200.000 refugiados serbios y seguramente más de 10.000 muertos civiles serbios.
Brazo judicial del Pentágono
En materia de Srebrenica, el Tribunal Criminal de la antigua Yugoslavia nunca se interesó por los testimonios de Stankovic, el musulmán Ibran Mustafic, el canadiense Mackenzie, ni por cualquier informe que se saliera del guión precocinado sobre los acontecimientos, un aspecto que el periodista búlgaro afincado en Holanda Germinal Civikov, ha investigado en su libro “Srebrenica. Der Kronzeuge”, 2009. En general ese tribunal se cebó en fechorías serbias porque no era un instrumento de justicia, sino un brazo judicial de la OTAN creado para justificar sus objetivos, uno de los cuales era, como dice Edward S. Herman, “enfocar, demonizar, aislar y condenar a los serbios que eran el objetivo de la OTAN”.
Jürgen Elsäser (en, Kriegslügen, Der Nato-Angriff auf Jugoslawien, 2008), Alexander Dorin, Herman y otros, han apuntado que los líderes bosnios musulmanes ya gritaban “¡genocidio!” antes de que los serbios capturaran la ciudad. Había que agitar a la opinión pública para convertir los horrores de la guerra yugoslava, con claros anclajes en el pasado y con un menú de intereses occidentales muy claro, en una mera cuestión de desmanes, “genocidios” y “limpiezas étnicas” a manos de los serbios. La agitación alrededor de Srebrenica sirvió para eso.
Lo mismo ocurrió con la explosión en el mercado de Sarajevo del 28 de agosto de 1995, en vísperas de una cumbre de la OTAN que decidió los bombardeos contra los serbios. No quedó claro quien había desencadenado aquella explosión, si los serbios como afirmaron los medios de comunicación, los musulmanes, a los que apuntaron no pocos observadores occidentales en el lugar, o los servicios secretos de la OTAN, como afirmaban en Moscú fuentes de la inteligencia militar rusa, pero después de aquel “genocidio” y de aquella masacre, hasta los verdes alemanes dijeron que había que mandar al ejército alemán a Yugoslavia, “para evitar otro Auschwitz”….
La manipulación se repitió con la campaña de Kosovo. Serbia, que incluso con Yugoslavia disuelta, era la nación mas plurinacional de la antigua federación, tenía como programa la “limpieza étnica”, se decía. El famoso discurso de Milósevic en Kosovo Polje, de 28 de junio de 1989, fue presentado, una y otra vez, como ejemplo de discurso exclusivista serbio, por una legión de periodistas incompetentes que ni siquiera se tomaron la molestia de leerlo (Ver, en: http://www.hirhome.com/yugo/bbc_milosevic.htm). Fue en Kosovo donde los medios de comunicación europeos demostraron una capacidad de seguir la música guerrera que se les marcaba, con una perfección que muchos creían hasta entonces exclusiva de Estados Unidos.
“Durante los 79 días del bombardeo de la Otan contra Yugoslavia, no puedo recordar más de cinco o seis preguntas de periodistas que, incluso remotamente, pusieran en cuestión las tonterías lanzadas por Jamie Shea (el portavoz de la Otan), George Robertson y, todavía más, por Javier Solana”, escribía el malogrado Edward Said (en Al-Ahram Weekly, 24-30 de junio de 1999). Se habló de 500.000 albaneses masacrados. Se han contabilizado entre cinco mil y siete mil, entre muertos y desaparecidos, todos los bandos juntos e incluidas víctimas de bombas de la Otan, sin que ningún medio ni institución se haya disculpado. Para verano de 1999, a las pocas semanas de la ocupación de Kosovo por la Otan, 230.000 serbios, montenegrinos, gitanos y albaneses “colaboracionistas” fueron expulsados de Kosovo mientras en la región había 46.000 soldados de la Otan, es decir uno por cada cuatro expulsados.
La Otan en paro
En la Europa de principios de los noventa había dos problemas “estratégicos”: qué hacer con los espacios que la retirada de la Unión Soviética dejaba en el continente, y qué hacer con la OTAN, el instrumento de la sumisión de Europa a Estados Unidos en materia de seguridad. Desaparecido el “comunismo”, la Otan se había quedado sin justificación. La violencia en los Balcanes fue la solución ideal.
Tras su reunificación de 1990 y la desaparición de la URSS, Alemania había decidido que sus intereses en Europa pasaban por promocionar la secesión de Eslovenia y Croacia. La última vez que Berlín había enviado allá a su ejército, los nazis fueron apoyados por los musulmanes bosnios y los católicos croatas, que mataron a un millón de serbios en un holocausto balcánico. Estaba claro que en cualquier escenario de ruptura de Yugoslavia, era una locura pedir a las minorías serbias de Croacia y Bosnia que perdieran la memoria y aceptaran ser gobernadas por sus antiguos opresores pronazis croatas y musulmanes, pero Alemania, Estados Unidos e Inglaterra apostaron precisamente por ello.
La Unión Europea debía continuar vinculada a Estados Unidos, decía por aquel entonces el estratega de Washington Zbigniew Brzezinski, y posponer lo máximo posible su inevitable emergencia como “duro competidor económico-tecnológico” de Estados Unidos capaz de formular unos “intereses geopolíticos en Oriente Medio y en otras regiones del mundo que podrían divergir de manera significativa de los de Estados Unidos”.
“La participación de Estados Unidos en operaciones de mantenimiento de la paz de la Otan” en la ex Yugoslavia (“la única región europea en la que ni la paz ni la estabilidad están garantizadas”), es necesaria para mantener el liderazgo de Washington en la Alianza Atlántica”, explicaba Ivo H. Daalder, coordinador de la política para Bosnia y miembro del Consejo de Seguridad Nacional de la primera administración Clinton.
A los países ex socialistas del Este de Europa, el ingreso en la Otan se les ofreció como una especie de sala de espera al ingreso en la Unión Europea. Además, con los espectáculos de su régimen político “defendiendo la democracia” disparando con tanques al parlamento, su privatización facinerosa y su guerra chechena, Rusia se encargaba de dar a esos países sobrados argumentos para buscar refugio. Sumadas a la amarga experiencia del dominio soviético del medio siglo anterior, esas imágenes abonaban miedos tan antiguos como razonables, de tal forma que no hizo falta mucha capacidad de convicción para que los países del Este corrieran a ocupar su puesto en la cola de ingreso en la Otan.
Serbia como anomalía continental
La violencia en los Balcanes tenía diversas fuentes y motivos, pero en una de ellas, en la Serbia de Slobodan Milosevic, se daban varias “anomalías” que convertían a ese país en el candidato idóneo para ser designado como el único origen de todos los males.
Como en otros países del Este de Europa, el régimen yugoslavo había nacido de la derrota nazi de 1945, pero, a diferencia de aquellos su victoria en la guerra debía poco a liberadores extranjeros y había sido, fundamentalmente, un asunto “nacional”. Para defender su soberanía nacional, los yugoslavos tuvieron que enfrentarse en la posguerra a los rusos, quienes llegaron a ser más enemigos de Belgrado que las potencias occidentales.
Otra diferencia era que si para los ciudadanos de otros países de Europa central/oriental el periodo entre las dos guerras mundiales había sido la “época buena”, en Yugoslavia, los buenos tiempos se asociaban con la época de Tito, tanto desde el punto de vista nacional (el orgullo de una sociedad que se reconstruyó y modernizó autónomamente) como material, porque casi todos vivían mejor que en el pasado. Mientras Europa del Este era en los sesenta y setenta una región de “satélites” de la Urss, Yugoslavia era uno de los líderes del movimiento de países no alineados, inventaba sus propias recetas socioeconómicas, etc., etc.
Hay que pensar en todo eso para comprender que muy poco de lo que pasó en Europa del Este con el fin de la tutela soviética, tuvo una traducción al serbio. En Serbia -como en Rusia- no hubo quiebras políticas ni caídas de régimen como las de Europa del Este. Serbia siguió reclamando el título y los símbolos de aquella Yugoslavia titista y sus líderes ganaban elecciones presentándose al mismo tiempo como nacionalistas serbios y herederos de la nostalgia socializante titista. Muerto el “comunismo”, la tradición nacional se encargó de mantener en Belgrado un sistema anómalo desde el punto de vista de la nueva disciplina europea.
Mientras en el resto de Europa, los países ex comunistas se ponían en la cola de la Unión Europea y de la Otan, incorporándose a los programas y discursos correspondientes, en Belgrado cambió poco la manera de entender la soberanía. A esos efectos, la Yugoslavia reducida de Milosevic continuaba siendo una especie de “país socialista” y, en ese sentido hay que entender las palabras del ex ministro de justicia y disidente americano Ramsey Clark; “destruimos Yugoslavia sólo porque era la última isla de socialismo en Europa”. La terrible violencia de los Balcanes, y sus falsificaciones, no se explican sólo por estos aspectos, pero es inexplicable sin mencionar ese contexto.”
Lo que quiero decir con la inclusión del artículo de Poch y la referencia a Solana es que las historias es mejor contarlas completas, no sea que nos dejemos en el tinteto detalles de importancia.
Constantine: a mi tu alegato me resulta familiar. Es como cuando se justifica la actuación de Israel, porque se sienten amenazados por los palestinos…..
No creo que sea argumento ni a favor ni en contra el nro. de muertos. Cualquier cantidad es demasiada. Pero si que lo es la actitud , de los holandeses en este caso.
Respecto a los serbios, no se me da bien hacer grandes alegatos, pero insinuar que fueron los musulmanes quienes pudieron provocar la matanza del mercado de Sarajevo, me parece que es cuestionar el coeficiente intelectual de cualquiera. ¡ Vamos anda¡
Se dice “Mezclar churras con merinas”… no meninas. Éstas son las del cuadro de Velázquez, mientras que las merinas son una raza de oveja, como las churras.
Por lo demás: ok.
tora
w
Gracias, Pedro Luis, corregido. Como se lee no estoy puesto en ovejas.
Los soldados holandeses son una verguenza…. nunca habia visto tanta cobardia… como pudierton entregarles esa responsabilidad al puñado de cobardes que son.
Otro Pío Moa de los Balcanes… Nos pasamos la vida revisando… interesadamente…
Bueno , ya que de lo que se trata es ponerse nostálgico, lo veo y subo : la actitud del gobierno y de las fuerzas armas españolas en el asunto del Sahara, la marcha verde, el plan Baker y demás es para sentirnos orgullosísimos de nuestro pais, ¿no? Y vamos a empezar tambíen a enumerar las nacionalidades de los soldados de la ONU que permitieron las matanzas en Rwanda. O jugamos todos con cartas o rompemos la baraja, ¿ok? Y ahora, ordago a grande: puesto que en este caso nos interesa olvidarnos de la cadena de mando, en la que que podemos ir subiendo en cuanto a la OTAN, MR Pesc y cia, pues vamos a hacerlo tambien con la guerra de IRak y España y la culpa de la intervención es del ejército, no del Gobierno que envió o del Ministro de DEfensa o el innombrable Presi de turno. ¿Lo hacemos? ¿Y si no, porque en un caso obviamos la cadena de mando para escupir a los holandeses y en otro no? Y ya puestos en plan tan justiciero, ¿porque no nos acordamos de la nacionalidad de los cascos azules acusados por su propia organización de trata de blancas en Kosovo? Olvidemos ya la final del domingo, por favor.
Lola, ya puestos a discutir, discuteme los hechos, no las opiniones. Que la opinión que he dado es, trascribo literalmente :”las historias es mejor contarlas completas, no sea que nos dejemos en el tinteto detalles de importancia.”. Si a ti no te gusta contarlas u oirlas completas, pues oye, incluso me parece bien, pero creo que es necesario en todos los casos, incluido el de los israelis, conocer toda la información. No para justificar sus acciones, como tu quieres o te intere sainterpretar, porque en el caso de los israelíes y seguramente tambien en el de los holandeses o en el de RWanda no tienen justificación, sino al menos para intentar comprender como se ha llegado a ciertas situaciones. Intentar comprender, repito, que no justificar. Que hay quien no le gusta ni interesa tener información porque así es mucho más fácil dividir el mundo en buenos y malos, y olvidarse de los grises, pues que le aproveche.
…creo que se puede hablar de todo, Rwuanda, Irak, pero no veo que se niegue la mayor, y en este caso Ramón simplemente ha querido hablar de Srebrenica, además cuando se cumple aniversario. Seguro que Ramón también podría hablar de todo eso que dices Constantine, pero en esta post pues ha tocado eso, porque además le toca muy de cerca, ya que ha estado mucho tiempo allí. Las cosas que conocemos de primera mano son siempre las que más nos tocan el corazón y nos indignan.
Tiene ud más razón que un santo, carles, y pido sinceras disculpas si mi tono se ha acercado al exabrupto. Es que uno ya tiene experiencia en las demonizaciones del “perro infiel” del extranjero según los gustos mediáticos, y claro, ya nadie se acuerda, por ejemplo -ni se acordará -de los malvados canadienses del conflicto del fletán (otro que tambien fue muy “bien” explicado por los medios, je…) y dentro de un mes los holandeses ni acordarnos de ellos.
http://www.elpais.com/articulo/portada/Patrulleros/elpepusoceps/20100711elpepspor_16/Tes
No se puede estar a todo, Constantine, los que seguimos este blog, supongo que es porque nos interesa mucho la opinión de Ramón. Yo al menos lo sigo por eso, porque me interesa lo que dice, y sobre todo cómo lo dice.
Supongo que la tentacion de corregir todos los males del mundo es muy fuerte, por eso pongo el enlace que me parece muy interesante. el artículo de javier marías en el ultimo país semanal.
Los hechos no se discuten, son los que son. Las opiniones son discutibles. Pero conmigo es difícil, me tiene que pillar con ganas y considerar que la otra persona está a la altura.
Sólo por dejarlo claro : de la mayoria de las cosas no se nada, de otras un poco…pero de Bosnia…..casi todo.
Cuando era más joven, saltaba a todos los campos de batalla dialécticos, como si me fuera la vida en ello. Los años me han vuelto calmada. No es que hay a desaparecido esa sensación a nivel de estómago, que decía Cortazar, es que al ser permanente he aprendido a vivir con ella.
Dicho esto, vuelvo a cuidar de mi jardín y a seguir aprendiendo de Ramón, que es a lo que he venido.
Hola Ramón!
Yo éste septiembre, voy a Bòsnia por tercera vez… nada que ver con lo que tu has vivido y has visto, pero creo que la esencia es la misma… o mas bien, creo que al fin y al cabo, la postguerra es una parte mas de la guerra, sin fugo ni armas (aparentes y materiales) pero ahí sigue latiendo algo, algo muy fuerte, que personalmente me da un poco de miedo!
Eso si, decir que el país y la gente es maravillosa, mmm y de la comida ya no hablemos jejeje…
Nada, creo que este blog, vale millones… millones de impresiones, sentimientos, recuerdos… en definitiva: vale NO OLVIDAR un pais próximo, una guerra muy cercana!
Gracias por compartir todo esto y si no es mucho pedir, me gustaría ponerme en contacto contigo!
Ahora te dejo otro mensaje con la dirección, pero porfavor, cuando lo recibas, borralo, no me gustaría dejarla aqui presente!
Gracias!
Mi correo: xnakap@yahoo.es
El ser humano es malo por naturaleza, ya de niños, a casi todos nos gusta matar hormigas y otros animalillos menos fuertes que nosotros, fastidiar a los más débiles. La leyes y la fuerza en la aplicación de las mismas nos hace sentir humanos, y ocultamos de forma perversa nuestra realidad bajo la figura de civilizado, cuando en realidad dentro de nosotros, de forma aletargada, la bestia humana espera la impunidad ocasional para salir y expresar su tremenda realidad. El ser más devastador, cruel, y despiadado que ha dada la creación. No hay que olvidar lo que paso, pero en realidad nuestra bestia, ésta siempre al acecho, para demostrar que gobierno nuestro cuerpo, y aprovechar la minima oportunidad para practicar lo que gusta, matar, violar, robar, torturar, y reirse del mal inflingido. Así somos los humanos, y nosotros mismos nos borraremos de la faz de la tierra, afortunadamente para el resto de los seres que la habiten (los pocos que queden).
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