Quién cuenta la historia del etíope
Sunday, 6 de June de 2010 por Ramón
El etíope no puede contar su historia porque en España, en Occidente, la contamos nosotros, los que apenas sabemos de Etiopía. El etíope es un inmigrante que trabaja en la cadena de montaje de una empresa automovilística de Barcelona. Tiene trabajo, tiene suerte, pero carece de voz, aunque lo más preciso sería decir que no se la damos. El periodista Bru Rovira lo encontró cuando escribía en La Vanguardia sus Carreteras secundarias, una gran serie de periodismo en la calle. El etíope le contó su historia y Bru descubrió que en esta globalización de negocio de los que especulan, que los optimistas llaman economía, no existen las voces del otro lado con sus relatos múltiples.
Los inmigrantes llegan sin papeles y sin derecho a narrar su viaje, su vida, sus sentimientos. Es lo que nos contaba la escritora Chimamanda Adichie en el post de ayer. Necesitamos un mercado libre de ideas, de personas que hablan, que cuenta su relato y escuchan el nuestro creando uno nuevo mucho más rico. Los periodistas que no sentimos que el periodismo se acaba deberíamos salir a la calle y escuchar, descubrir. Detrás de cada rostro, de cada diferente, hay un motivo para ser periodista.
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Hace unos años en la puerta de un centro comercial un africano vendía la farola, mientras cantaba, yo no como siempre andaba escasa de dinero, pero solía darle algo, me gustaba mucho como cantaba, siempre cantando. Un día deje de verle y pensé en lo peor; no tenia papeles, policía… Cuando me dieron por la espalda y era el. Entre medias palabras y muchos gestos me dijo que había encontrado un trabajo donde estaba mucho mejor, yo me terminaba de separar, y es me pregunto por mi marido y enseguida entendió, con mucho respeto me animo a seguir adelante y alabo a mis preciosos hijos, después nos despedimos deseándonos lo mejor. Yo nunca le he olvidado, ni a el ni a sus canciones.
Sí. La cuestión es que, al igual que ella cambió su percepción de su propio pueblo contando historias diferentes, aquí en Occidente, y también en España, no sólo hay historias sobre inmigrantes sino de otros grupos de personas que no han tenido una vida lineal y para las que el día a día es difícil. Entre ellas, hay mujeres y hombres de una generación que se salvaron de morir de sida, de morir por las drogas, que no se convirtieron en yuppies, que no supieron buscarse la vida, que rompieron muchos moldes pero no fueron capaces de adaptarse a una sociedad en la que por alguna razón no encajaban; gente muy inteligente, muy creativa, muy interesante pero que… No supieron… Y no tienen trabajo, o trabajan en lo que sea; universitarios que no tuvieron claro lo que querían… Son otros fracasados. De ellos nadie habla. Sólo de los que se han quedado sin empleo, lo cual está muy bien pero, hay otros que llevan desempleados toda la vida…
También aquí hay que cambiar muchos estereotipos y mirar muchas otras miradas, de muchos españoles que no se adaptaron y recorrieron carreteras secundarias. Yo conozco muchas y muchos.
Son los “olvidados”. A casi nadie le interesa tener un pobre conocido al lado, a un desubicado; no es cómodo.
Saludos y feliz y soleado domingo
Se me olvidaba. Estas personas siguen viviendo gracias a sus familias; éso, los afortunados de tenerla y los afortunados que no han dejado de recibir su apoyo. Los que no… Probablemente vivan en la calle.
Ciao, ciao…
Se me olvidaba. Y hubo otros que supieron encauzar sus vidas, su vocación y no se perdieron a la hora de ejecutar sus proyectos, afortunadamente. Para éstos, mi más sincera enhorabuena.
Saludos, me las piro…
Necesitamos imperiosamente este periodismo. Eso estaba claro para mí desde hace tiempo.. pero más desde que se me ocurrió ver el informe completo de la encuesta del CIS del mes de abril y observar que, como preocupación directa, es más “preocupante” para la sociedad española la inmigración que los problemas de igualdad de las mujeres. Increíble!! No quiero ni pensar como será en el resto de Europa
Es lo que Unamuno llamaba la intrahistoria, no? Cuando se hace un analisis aereo se tiene una buena visión en conjunto; pero cada historia por separado, la individual, es algo que añade pequeños matices y nos obliga a cuestionar nuestro analisis aereo.
Soy extranjero (concretamente soy saharaui) llevo en españa diez años y me considero un lector voraz. La primera vez que supe de que la existencia de Ramón Lobo fue gracias a los cuadernos de Kabul. Leí todos los que se publicaron en El Pais, recuerdo que mientras leía las crónicas decía ¿Quién es ese Ramón Lobo? ¿De dónde aterrizó ese barbudo con rostro de simpático?. Me parecieron geniales los retratos, llenos de humanidad y después los que publicaste sobre Haití. Y después descubrí tu blog, ahora ya sé que tu curriculum es inmenso.
Gracias por esas vitaminas que nos alegran los días y por acordarte de los invisibles que pululan este mundo y por saber captar su alma que en el fondo es tu alma literaria.