Silencios, distancias, los Otros
Saturday, 30 de January de 2010 por Ramón
Vivimos en un mundo de conmociones selectivas: sólo nos interesan las nuestras; hasta en la muerte rechazamos al Otro, lo condenamos a un dolor diferente del nuestro, un dolor separado que no nos contamine las ideas preconcebidas y la ideología reinante. Nos apropiamos de las palabras, la tierra y la memoria común y nos eregimos en guardianes de un sentimiento de culpabilidad colectivo que yo no tengo. Me gusta la gente que sabe sentir por encima de los credos y las razas y los dioses, que siente muchos muertos porque en realidad es uno sólo el que muere siempre y uno sólo el que mata.
Sé que hay muchos que piensan así, pero a menudo estamos demasiado silenciosos. No son buenos los silencios en cuestiones tan serias ni tampoco en el amor, que las distancias impuestas confunden y alejan y rompen sentimientos cuando el cansancio del camino es mucho.
Tengo una amiga principal que me mandó este texto y estos versos tras la conmemoraración del Holocausto. Se llama Ana Lorite y tiene talento para escribir de lo que le dé la gana, pero no le da, prefiere (de momento) leer lo que escriben otros:
Yo nunca he estado en Irak, ni en Afganistán, ni en Ruanda, ni en Auschwitz. Estos sitios los conozco a través de los ojos de otras personas, como tú. Estuve en Vukovar en el invierno de 1999, en su cementerio: se me heló el alma al ver decenas de tumbas alineadas con una fecha común: el año 1991. Tardé días en recuperarme.
Estuve en Buchenwald en septiembre de 2004. Buchenwald, que significa bosque de hayas, hayedo, está a diez kilómetros de Weimar, hermosísima ciudad que además de dar nombre a la famosa república fue hogar de insignes “pensadores y poetas” alemanes: Goethe, Schiller, algún descendiente de Bach, Liszt. ¡Qué privilegio pisar sus calles sabiendo que ellos estuvieron allí! Sin embargo, a diez kilómetros, en un lugar hermosísimo donde Goethe iba algún que otro domingo con su secretario y amigo Eckerman a charlar sobre lo divino y lo humano, en este hayedo maravilloso, los nazis construyeron el campo de Buchenwald. No era un campo de exterminio como Auschwitz, era un campo de trabajo: Arbeit macht frei (el trabajo te hace libre) ponía a la entrada… “Camino de la muerte” se llama la estrecha carretera que lleva desde Weimar hasta el campo. De pronto estaba allí, espeluznante en medio de tanta belleza: la cámara de desinfección, la morgue, el crematoio, lo que un día fueron los barracones. Se me heló el alma y no he conseguido olvidarlo y espero no olvidarlo jamás. A partir de ese momento me puse como poseída a leer todo lo que cayera en mis manos sobre el tema para poder comprender. Pero no lo he conseguido porque como dice Primo Levi, “quizás no se pueda comprender todo lo que sucedió, o no se deba, porque comprender es casi justificar”.Leí a Semprún, que estuvo allí: “Aquel domingo”… estremecedor. Y leí a Primo Levi que estuvo en Auschwitz. Ahora, con motivo del infausto aniversario he releído Si esto es un hombre. Aquí van unos versos del comienzo:
Si esto es un hombre
Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana invernal.
Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabas. (…)
Ana L no se conforma con las palabras, también comparte música. Me gusta pensar que leeís los post con la musica elegida y así nos comunicamos más y más profundo. Jack Johnson:
¿Ana Lorite? Tengo una compañera de trabajo que se llama así… ¿Será ella? ¡Mira que sería casualidad!
Qué texto tan interesante. Ramón, te recomiendo que le eches un vistazo a este texto. Me ha dejado de una piedra, y alguien tan experimentado como tú en la narración del dolor de los Otros debería conocerlo. Es demoledor.
http://tr.im/M5n4
No suelo escuchar musica desde que solo llevo el mapa de mi pais en el corazon. La nostalgia en lugar de disminuir, con los anos solo aumenta, y la musica estimula la melancolia. Pero, poco a poco, estoy aprendiendo a escucharla mientras te leo.
Me gusto mucho el post de hoy, invita a reflexionar sobre silencios que tienen un enorme eco en nuestro interior.
Ana Lorite, escribes muy bien. Fue un placer leerle porque pocas personas tienen el talento de poner en pocas palabras tantas emociones juntas. Espero leer tus reflexiones nuevamente.
Un saludo cordial.
Me pregunto si no llevaremos inserto algún mecanismo de insensibilización, imprescindible para que ese dolor del Otro no sea nunca exactamente el nuestro. Supongo que habría que borrarse de la Humanidad, literalmente, si no hubiéramos desarrollado reflejos autodefensivos para evitar que cada periódico, cada informativo de televisión, no nos suman en un estado de desconsuelo irreversible. Y, desde luego, ni es legítimo aplastar a nadie bajo el peso de vagas o concretas culpabilidades colectivas (que bastante Pecado Original hemos tenido) ni resulta conveniente sobrevivir en crónico estado de mala conciencia.
El dolor, la solidaridad, la indignación o la empatía que uno sienta dentro de sí por situaciones que no le atañen directamente porque no afectan a personas que hayan compartido nada personal contigo (Haití, ahora mismo, por ejemplo), ¿deberían tomar un peso mayor en lo que hacemos o expresamos? ¿Cómo no sentir entonces, si asumimos esa carga o compromiso, como innegablemente criminal cualquier pasaje de frivolidad en nuestras vidas? ¿Nos aferramos al carpe diem o sobrevivimos, adustos y admonitorios, de luto en luto?
Supongo que lo razonable es asumir el caos y la incoherencia vital, nuestra propia incoherencia también, equilibrando mejor la severidad y la autoindulgencia. ¿Es inmoral, si uno se detiene a pensarlo, irse de copas minutos despues de enterarte de que, por ejemplo, han descubierto otra fosa común de bosnios masacrados? Hay un tiempo para protestar públicamente, en la infinitesimal medida en que individualmente podemos, contra tanto horror. A ser posible sin sobreactuaciones ni histrionismos, que a uno siempre le resultan sospechosos. Hay un tiempo, mayor, para dar una respuesta individual y secreta, a través de la conciencia o falta de ella de cada uno de nosotros, a ese mismo horror. Te hace mejor y mejora tu entorno descubrirte honda y sinceramente conmovido, cabreado por ese estado de cosas (aunque no exteriorices esa devastación y ese cabreo: a veces, sinceramente, no apetece y otras detiene uno en seco la perorata antes de empezarla porqué, ¿quién eres tú para poner MORAL sobre la mesa?).
De lo colectivo a lo individual, me anoto para los restos la hermosura de reflexión de nuestro Lobo sobre los amores que dejamos marchitar: “No son buenos los silencios en el amor, que las distancias impuestas confunden y alejan y rompen sentimientos cuando el cansancio del camino es mucho”. Uno adora, y seguirá adorando para los restos, los textos de muchas canciones, no sólo boleros y tangos, construidos sobre el reproche a quien ha salido de tu vida y de tu cama (de puntillas, sigilosamente y por la parte de atrás, o pegando un estruendoso portazo) antes que tú hubieras querido que de tu vida y de tu cama saliera. O, a la viceversa, siendo uno el que pone pies en polvorosa. Con el silencio te avisan, con el silencio avisas, que el asunto ha entrado en fase de disolución. ¿No sería mejor haberlo hablado, piensas? Claro, por supuesto, pero si somos sinceros, la mayoría de esas rupturas tienen un parecido notable con retiradas estratégicas en el campo de batalla: humillas o eres humillado, pero salvas el pellejo, salgas ileso o malherido.
Me ha gustado mucho el texto de Ana Lorite.
Wittgenstein escribió “el sufrimiento de un solo hombre es el sufrimiento de toda la humanidad”. A partir de ahí resulta incomprensible tanto sufrimiento causado por tanta estúpida ambición. Por ideas, por cuentas de resultados, por tanta maldad. Intento leer todo lo que puedo sobre la Alemania nazi. Y a medida que pasan los años resulta más incomprensible. En el mundo se suceden las injusticias criminales. El dolor esta a la vuelta de cualquier esquina. Y un vacio terrible y un sabor amargo es todo lo que he aprehendido de ello.
Acabo de llegar del cine. He visto Avatar. Me da igual lo que digan de la pelicula. Me ha gustado tanto que ando eufórica por mi casa, así que me ánimo.
Ramón, estoy segura, porque casi siempre pones palabras a mis pensamientos, que tienes una opinión acerca de las fotos de los médicos portorriqueños en Haití. No tanto por ellos en si mismo, sino por los turistas en las catástrofes y en los conflictos bélicos.
Te lo agradecería tanto.
saludos.
Lola: me encantó Avatar, ya la comentaré en una molicie. Las fotos de juergas (¿una cerveza lo es?) fuera de contexto no me gustan. Un médico puede operar como un loco durante horas y después relajarse.
No, no lo es. Seguramente tienes razón. Lo politicamente correcto, no siempre es lo correcto. Vale..acepto pulpo como animal de compañia.
Alguien dijo : ” cuídate de los que sólo ven desorden en el ruido y paz en el silencio “.., desde mi privilegiada suerte..estoy comletamente de acuerdo.No me gustan los silencios.
He intentado comentar esta mañana pero es que no sé qué decir, simplemente que me encantar leeros a todos/as pero que al mismo tiempo muchas veces me dejáis tocada, muy tocada.
El comentario de Alfonso es demoledor, cuando dice: “¿Cómo no sentir entonces, si asumimos esa carga o compromiso, como innegablemente criminal cualquier pasaje de frivolidad en nuestras vidas? ¿Nos aferramos al carpe diem o sobrevivimos, adustos y admonitorios, de luto en luto?” o “¿Es inmoral, si uno se detiene a pensarlo, irse de copas minutos despues de enterarte de que, por ejemplo, han descubierto otra fosa común de bosnios masacrados?” Cuando empecé a dar clase, creo que en algunos momentos agobié a mis alumnos y alumnas al hablar de la resposabilidad que todos y todas tenemos en la marcha del mundo. Ahora que soy un poco más madura (creo), siempre hago hincapié en el hecho de que no se trata de amargarnos y acabar como decían los existencialistas sucidándonos como única salida coherente a la vida. Se trata de tomar conciencia de lo que hay y a partir de ahí actuar en consecuencia sabiendo también que tenemos derecho a ser felices.
Un abrazo a todos/as y gracias por todo lo que me aportáis. Montse
Hace cuatro años visité Polonia. Fui a Auschwitz y se me heló la vida. Sigo sin comprender cómo pudo ocurrir aquello, pero sigo sin explicarme cómo podemos repetir las mismas (o semejantes) acciones en este siglo.
No hemos aprendido nada y seguimos siendo el único ser de la faz de la tierra (esta humanidad) que tropezamos una y mil veces con la misma piedra.
Tengo el corazón encogido y el alma destrozada.
bueno el texto de la chica esta bien, y me gusta como se expresa, pero como ella creo que nos sentimos la mayoria de las personas que apreciamos la vida del Otro… sobre el Holocausto nazí llevo leyendo desde mis catorce años, siempre he llorado la muerte ajena, siempre he intentando ayudar al más debil, pero siempre aparecia la “LEY DEL MAS FUERTE” que hacia extremecer al más debil, recuerdo un libro que leí con cariño, hará un año más o menos, se llama “la llave de Sarah”, y lo compre en uno de mis viajes a Madrid, y cuando lo leí, las lagrimas resbalaban por mis mejillas sin poder pararlas y sentí en mi corazón un dolor agonizante, martilleante casi imposible de poder seguir respirando, ya sabia la historia de los judios, del rechazo de los alemanes hacia ellos, pero aquel libro hacia memoria a millones de niños franceses ( hijos de judios franceses ) que murieron en los campos de Auschwitz, y cuenta sin miedo como los maltrataron desde su arresto hasta el final de un camino lleno de espinas, de resentimiento, dolor, terror… acabado en un muro donde las almas de los judios eran encadenadas de por vida, con sus muertes en aquel lugar, nunca he viajado allí, como esa chica nunca he podido viajar ni ver en persona aquel lugar ( sagrado para mi ), ya que hay murieron vidas importantes como nuestras vidas, personas como nosotros lo somos a día de hoy, y como esa chica tambien busque razón para poder saciar mi dolor, y creo que aunque encontrara la razón de porque los nazís hicieron aquello, no saciaría mi dolor jamás, dice un refrán que “Mi libertad termina donde empieza los derechos de los demás”, pues los nazís no supieron lo que significa LIBERTAD, y ese concepto para ellos no era el mismo que el de la humanidad, pero si he podido viajar al pasado de mi familia, y poder averiguar que no tan lejos de las provincias andaluzas ocurrio una masacre parecida sin poder remediar comparar… La guerra civil española señores, acabó con la vida de millones de andaluzes ( Malagueños la gran mayoria ), con su verdugo Franco cegado por exterminar a los Republicanos, no se dió cuenta que estaban acabando con la vida de personas que no sabian ni siquiera lo que significaba la República, no se si conoceras Ramon y lectores, el conocido “camino de la muerte” , pues bien ese camino fue un recorrido desde Málaga capital hasta Nerja ( pueblo de la provincia Malagueña ), donde los muertos de esa guerra tapaban el color de la carretera, y hacian casi imposible el poder caminar por ella… esa guerra para mi bisabuela (aún viva!!! ) duró nueve meses corriendo, huyendo de las tropas aliadas de Franco, sin comida, sin ropa, y rezando porque las bombas que caían no le cayeran en la cabeza, no se como pudo mi familia sobrevivir a aquella masacre, pero nunca he llorado en silencio, que cuando mi bisabuela me contó la historia, de como esa mujer mayor, arrugadita por los años, la que tanto amor me dio de pequeña, y me enseño a sonreir, habia vivido una de las peores guerras de nuestras vidas españolas…
Y ahí me di cuenta de que en cada rincón de este mundo existe un pasado, un vencedor y un vencido.. y casi siempre el vencido es que cautiva su alma por miedo del odio del vencedor…
y de AVATAR!! sólo puedo decir cosas lindas, en esta película si se dieran cuenta realmente del mensaje, dejarían de hacer tantos rascacielos, y de hacer desaparecer nuestra naturaleza debajo de un Centro Comercial o estadio de futbol…
Mientras deseamos lo ajeno no nos damos cuenta, que la felicidad esta en amar y respetar lo nuestro, cada persona es única y no se puede desear tenerlo todo por que no serviría de nada, solo crear un vacio enorme rellenado de material cuando lo que hace que brille el Sol es su esencia, y que la Luna ilumine nuestra oscuridad es su resplendor.. cada uno tiene su don, y no es mejor ni peor que cualquier otro.. sólo tienes que apreciarte a tí mismo y saber disfrutar de tu don, de tu vida, de tu alrededor sin destrozar la tierra madre que nos da cobijo sin quejas y a cambio el ser humano le responde con gran castigo terminando con su naturaleza, que es el don de la tierra…