Auschwitz, 11 millones de muertos después
Thursday, 28 de January de 2010 por Ramón
Mis muertos no tienen raza. Tampoco religión, ideología, partido político, sexo, color y nacionalidad. Cada persona asesinada por ser diferente, por ser el Otro, es mi muerto. Ayer se conmemoró el 65 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz y con ello el Día Mundial del Holocausto.
Recuerdo Praga, la ciudad de Franz Kafka, el gran maestro literario del siglo XX. Recuerdo su cementerio, y mi mano temblorosa rozando los nombres de los asesinados en el memorial que allí se encuentra. Me emocioné y me sentí judío. Años después, en Israel, cuando toqué el muro de hormigón que han construido la intolerancia y el miedo, me emocioné y me sentí palestino. Cuando visito Tarifa, en el sur de España, y entro en el cementerio donde se encuentran los inmigrantes sin nombre en una fosa común, me emociono y me siento negro. De emoción en emoción profunda sé que estoy vivo.
Entre los asesinos y nosotros no hay tanta diferencia. Lo vi y viví en Yugoslavia. Es más una cuestión de agitación del odio y oportunidades de ser un monstruo que de educación y cultura. Por eso jamás hay que olvidar. La memoria histórica debería servir de escudo protector contra la repetición, pero no puede convertirse en un escudo contra la critica a aquellos que pretenden carta blanca para otras políticas basadas en el mismo odio. Odio al Otro, al diferente, al extranjero.
Hemos fracasado y mucho: Ruanda, Camboya…
En el Holocausto murieron seis millones de judíos, ellos fueron el objetivo principal de esa industria de la muerte que eran los campos de exterminio. Pero a menudo olvidamos a los otros cinco millones que también fueron asesinados. Entre ellos había alemanes, izquierdistas, partisanos, gitanos, homosexuales y los republicanos españoles de Mauthausen. Memoria y justicia para todos ellos.
Gracias, como siempre.
Exelente Ramón, y lo peor de todo es que, desgraciadamente, no apredendemos de los errores. Saludos.
Gracias, Ramón.
Lobo, me sumo a esa petición de memoria y justicia, aderezada con dignidad. Salud.
Sabes escribir con sensibilidad, Ramón.
Esta semana, el Dr. Cavadas (primer transplante de cara en España) hablaba en una conferencia sobre la codicia humana y comparaba la evolución del mono al hombre y lo que queda de él en nosotros, http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2010/01/27/cavadas-propone-mono-egoista-llevamos/673210.html
Saludos a todos!
queria escribir mi comentario, pero veo que ya hay 5 más que lo han dicho. Gracias. Eres lo 1º que leo por la mañana, un placer.
pd. mi proxima lectura: Caín, de Saramago
Debía tener alrededor de siete años, pero creo que la anécdota viene al pelo. Estaba esperando junto con otros críos a la salida del colegio para coger el autobús escolar que nos devolvía a casa y, de repente, la luna trasera del vehículo salta hecha añicos, sin que ninguno de los que estábamos allí nos diéramos cuenta de qué o quíen había causado el estropicio.
En medio de la confusión, una “buena señora” se pone a señalarme acusatoriamente y a gritar como una posesa: “¡ese, ha sido ese, yo le he visto tirar la piedra!”. A rebufo de la arpía surgieron tres o cuatro basiliscos más, que aseguraban haberme visto atentar contra el autocar. Imaginen, a esas edades, lo que puede ser esa sensación de linchamiento que se cierne sobre tu (para colmo) inocente persona. Cuando, muchos años después, vi por primera vez el fascinante Hitchcock “Falso culpable”, no pude empatizar más con el personaje de Fonda.
Desde entonces tengo completamente interiorizada la convicción de lo fácil que es convertir a una porción de “pacíficos ciudadanos” en una horda posesa por la histeria colectiva y presa para lanzarse a la caza del judío, del moro, del negro, del chorizo o del marginal. Hay gente, poderosa, que tiene muy bien estudiados esos mecanismos de “movilización social” y muy pocos escrúpulos para, si lo estiman necesario, arrimar la cerilla al barril de pólvora. Uno puede pensar, enlazando con la propuesta de ayer de Ramón Lobo, que la educación es un antídoto que otorga al ciudadano defensas para obrar siempre conforme a su justo criterio, sin dejarse arrastrar por la corriente a las primeras de cambio. Pero resulta que la parte de Europa en la que el nazismo surge también es la parte de Europa que por entonces, y de lejos, tenía un mejor nivel educativo y cultural en todo el continente.
En fin, esperemos que la serpiente se haya vuelto estéril o que, si no, allá donde deposite sus huevos, la sociedad afectada cuente con defensas efectivas. Pero tampoco la historia reciente invita al optimismo.
Vaya Ramón, la experiencia que cuenta Alfonso completa tu post. Al menos a mi me trasmite la sensación de injusticia e impotencia en la piel…
Adicta al blog.
Sr Lobos: Yo realmente aplaudo su intencion de evitar que haya nuevos Holocaustos.
Tambien su honesto intento de hacer recordar que a pesar que nosotos, los Judios, somos quienes recordamos al Mundo el tema del Holocausto y Austwitz, murieron en los campos de concentracion, tambien millones de no Judios, por no pertenecer al “lado correcto”.
Pero me cuesta entender que relacion hay entre un Muro (sea en Berlin, Israel, Ceuta, o Texas) y el exterminio en Ruanda, Cambodia, Nigeria, Turquia o Austwitz.
Cualquier Muro ( y no importa que Pais lo levanta) no es mas que un pedazo de cemento, que ha sido levantado por razones politicas con las cuales esta Ud. en su derecho de no estar de acuerdo (ademas de la existencia de la posibilidad que un dia sea derrumbado cuando cambien esas razones politicas)
Pero compararlo con el asesinato premeditado de millones de personas?
Atte. Shimshon Zamir. Israel.
A propósito de los gitanos víctimas del nazismo, llegó a mis manos el otro día un libro recién editado por Anagrama: “Enterradme de pie”, de Isabel Fonseca. Aún no he podido empezarlo pero promete. Viajó entre 1991 y 1995 por los países ex comunistas para vivir en diferentes comunidades gitanas y llegó a la conclusión de que “los gitanos son los negros de Europa”.
Un saludo para todos.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS…Ramon por transmitirnos tus sentimientos, por emocionarme como lo haces a traves de tu escritura, siento que esta emocion sea de tristeza, pero es admirable loque expones, lo que escribes,tus razones, todo Ramon, es como si entrasesen mis pensamientos y decidieras escribirlos…
leerte es como leer mi interior, es entenderme aun mas de lo que intento entenderme cada día en este mundo de locos…
Conocerte ha sido y una de las razones más importantes para seguir soñando, cuando mi sueño parecia olvidado, te llevo muy presente de mi Ramon en cada momento, en cada palabra que escribo, eres mi guia, como persona y como profesional, y gracias de nuevo por hacerme sentir persona, gracias
Señor Zamir, yo creo que no cabe interpretar las palabras de Lobo como una comparación. Yo creo que, esencialmente, ha expuesto algo que se resume muy sintéticamente en un viejo refrán: “por el humo se sabe dónde está el fuego”. Es decir, los psicópatas con poder son lo más peligroso que pueda haber en este mundo (llámense Hitler, Stalin Pol Pot o como se llamen algunos de esos caudillos tribales de Ruanda y Burundi). Pero, aparte psicópatas, idiotas del todo no suelen ser, y, para desencadernar sus matanzas con más garantías de impunidad, todos ellos han sabido auparse sobre un entramado de mitos, prejuicios, supercherías, odios y terrores bien arraigados en determinadas colectividades humanas. Y mucho más antiguos, por regla general, que la existencia física de esos locos y caudillos.
No hay nada más inflamable ni más tentador (desde la perspectiva del orate) para explotar en propio beneficio que esos odios ancestrales. Aunque puedan inventarse, como Stalin, cuando decide exterminar por hambre a toda la población de Ucrania, nuevas supuestas malignidades en los “exterminables”.
Lo normal es que al fuego de las matanzas, y de los hornos crematorios, le anteceda el humo del trabajo previo para convertir en subhumanos, inferiores, alimañas, a las futuras víctimas, y que los verdugos puedan ejercer de verdugos, cuando para ello sean requeridos, sin el menor escrúpulo de conciencia. Como quien aplasta una cucaracha.
Sr Alfonso: Gracias por su carta.
Por supuesto que puedo haber malentendido.
Pero cuando alguien escribe esto, y esto, y aquello otro, como ejemplos de su decir, esta “poniendo a todos en el mismo bolso”.
A lo mejor de esa forma crece la cantidad de ejemplos, pero la mezcla no es sana, pues “vulgariza” los casos mas extremos.
Cuando alguien llama a todo “derechista” con el nombre “nazi”, ese nombre pierde su terrible significado.
Zamir: cuando el número es tan brutal lo es casi todo, pero el peligro mayor está en el motor del odio. Abrazos
Oi hace poco en la boca de una persona de la cual no recuerdo el nombre lo que sigue “La Memoria nos separa, la Historia nos reune”.
Me parecio digno de meditar. Es verdad que esa frase fue pronunciada en un contexto que no es el del Holocausto sino que se refiria a las acciones condenables de los colonizadores franceses entre otros. Es cierto que se habla mucho del “deber de memoria” en mi pais y de “arrepentimiento”. No podemos arrepentirnos de cosas que no hemos hecho. Podemos condenarlas y sentirnos avergonzados de nuestros mayores o, y creo que se acerca mas de la realidad, de la raza humana en general, la de ayer como la de hoy.
Yo, no conoci la segunda guerra mundial y en mi pais pasaron cosas en lo que al pueblo judio respecta que me dan escalofrios.
Sin embargo no puedo decir en que lado me hubiese encontrado, ya que no estaba y solo puedo esperar que me hubiese posicionado en el lado de la humanidad. Es cierto que hoy en Francia hay mas de sesenta millones de resistentes……, que pena que no los hubiese en los anos 40!!!
Genial Ramón,
tus letras rebosan empatía y sobretodo humanidad.
Por la lucha de la desmemoria histórica. Por dar voz aquellos que silenciaron..
Una brazo,
Alicia
Ramón, no puedo estar más de acuerdo. Acabo de escribir algo similar sobre este tema a propósito de la incesante conmemoración del Holocausto, ¡hasta en el Parlamento español! Exacerbar algunos hechos históricos con olvido o detrimento de otros no me parece ni prudente ni oportuno, sobre todo cuanto se están despreciando resoluciones del CS y conculcando el derecho inetrnacional y los DDHH en Gaza y Cisjordania. Escuchar ayer a Netanyahu y a Peres, este ante el Parlamento alemán…
Hay una frase, en relacion a la segunda guerra mundial, que mas o menos dice asi: “al pasado la memoria, al presente la ignominia, al futuro la advertencia”.
La tragedia de la humanidad, no solo radica en la memoria escrita o pasada de boca en boca, de miles de guerras, conflictos o masacres, con todos sus muertos incluidos, sino en el odio que continua latente, porque este se ha expandido a traves del tiempo y el espacio.
Facilmente olvidamos la verguenza de las acciones cometidas por nuestros ancestros (de los buenos y los malos), y volvemos a caer una y otra vez en los mismos errores.
Y mientras esas heridas continuen abiertas, y se nos recalque continuamente, que hay enemigos por todas partes, seguiran apareciendo lideres que facilmente manipulen y conduzcan el rebano hacia sus peores pesadillas.
Las razones, historicas, politicas, economicas o las que se busquen, nunca seran suficientes para explicar que un solo ser humano tenga que sufrir. Estas son solo racionalizaciones para quitarnos de encima la culpa, de los muros fisicos y mentales que construimos.
Un cordial saludo.
Que el holocausto judío fue una barbaridad es un hecho, pero ha habido y sigue habiendo otros holocaustos, genocidios, crímenes o como se les quiera llamar (creo que los términos no son inocentes) a lo que no se les ha dado tanto bombo y yo me pregunto ¿por qué?, ¿acaso unas vidas valen más que otras? En un curso de verano de la UIMP titulado “Filosofía y ciudadanía” algunos participantes preguntaron por qué el ministerio incluía el holocausto judío como un tema específico dentro del currículo de las materias de Ética y Filosofía (cosa que les parecía perfecta, conste) y, sin embargo, no se decía nada acerca del pueblo Palestino y de otros muchos pueblos que han sufrido o están sufriendo genocidios similares? La respuesta fue que el lobby judío tiene poder (porque tiene dinero) y ha conseguido que todos los gobiernos europeos se comprometan a incluir obligatoriamente el holocausto judío en sus currículo. De hecho, los organizadores del curso confesaron que fueron obligados a incluir en el programa de dicho curso una sesión completa dedicada al holocausto. (Me he extendido un poco pero creo que lo que cuento tiene que ver con el espíritu del post de Ramón Lobo).
Con respecto a la memoria, me parece importantísima pero para aprender de los errores no para quedarnos en el odio. Claro para que el odio no aflore, es necesario el reconocimiento de los hechos y, en mi opinión, en España -por ejemplo- eso todavía no ha ocurrido por mucho que se hable de transición ejemplar.
Un saludo, Montse