España self service
Monday, 27 de July de 2009 por Ramón
Deben ser los recortes -perdón, ajustes de producción-, pero han desaparecido de la mayoría de las gasolineras aquellos amables empleados que ayudaban a repostar, daban charleta sobre el estado de las carreteras, resolvían dudas en la lectura de los mapas y sugerían los mejores atajos. Ahora, las empresas suministradoras imponen al usuario el mánchese usted mismo, vaya dos veces a la caja, una pedir que le abran el surtidor y otra a pagar, y no hable con un operario sobrepasado, tal vez mal pagado, y de mala leche. Lo curioso del recorte es que usuario paga lo mismo, o más, cuando los mercados se ponen tontorrones.
En EEUU, la meca capitalista de los que sueñan con el despido libre (es decir, libre de tener que pagar un euro), las gasolineras se llenan en verano de estudiantes que obtienen un dinero para sus vacaciones. No sólo echan gasolina o diesel sin errores (¿para cuando dos mangueras con bocachas diferenciadas como pide una amiga, C.?). Por el mismo precio (más barato que en España), miran los niveles del aceite y limpian los cristales con la esperanza de un propina.
Este self service llega ahora a los aviones. Con la excusa del billete electrónico, el pasajero debe imprimir la tarjeta de embarque, sacar la etiqueta de la maleta… Pronto habrá que llevar el equipaje al avión, adentrarse en la bodega y colocarlo en fila india. Todo, claro, con la idea de crear puestos de trabajo. ¡Empresarios!
Y esperáte que no pasen la gorra antes de despegar al grito de: “20 euros para gasofa!”. ¡¡¡Ah no!!! Pero sí ya lo hacen con el sobrecargo por incremento del petróleo! Golfos más que golfos.
¡Hombre por dios! ¿Cómo osa hermano lobo en meterse con los que exponen su dinero al riesgo de crear empresas, se dignan en pagar a sus empleados que en la mayor parte de las veces son unos vagos y mantienen a EsPPaña PPaña unida y libre?. Si todo lo que hacen lo hacen por nuestro bien.
¿No ve que sin ellos el mundo sería mejor?.
Saludos, hermano lobo. Incisión y denuncia. Un 10 para usted.
Pero hombre, de que te quejas, si ahora volar es mucho mas divertido!!!
En uno de mis últimos vuelos, con una compañía “Low Cost” (pero muy, muy, “low cost”) la tripulación de cabina, despues de realizar inumerables tareas, y como se vé que les sobraba tiempo hizo una rifa.
Para mí fue volver a uno de esos trenes que cojia de pequeño, en los que un señor se subia al tren, vendia papeletas para el sorteo de una muñeca flamenca, y luego se vajaba en la siguiente estación.
Núnca supe quien se quedó con la muñeca. Tampoco en el avión descubrí al agraciado, aunque en este caso se trataba en realidad de una lotería instantánea.
…es curioso como un ciudadano de a pie puede echarse gasolina sin un mísero carné de manipulador de sustancias peligrosas (como es la gasolina); eso sí, no te dé por vender mandarinas en un puesto sin un carné de manipulador de alimentos, papeles para la venta en regla y tu seguridad social y todas las cosas legales… curiosa diferencia, ¿no?. El tema es que en uno de los casos, una petrolera es la que ‘presiona’ a los gobiernos y en el otro, eres uno de esos estorbos humanos a los que cada cuatro años hay que dorar la píldora,
es lo que tienen los políticos, que se la chupan al que tiene dinero (en este caso, las petroleras).
Para Turner: esa ortografía (“de QUÉ te quejas”, “más divertido”, “después”, “nunca supe quién”, “COGÍA”, “subía”)… eso de las rifas me suena a cierta empresa irlandesa. Por cierto, yo tampoco me he enterado nunca de quién era el ganador del sorteo. En fin…
Genial su post, señor Lobo. Con las compañías de bajo coste, habría charla para rato… y con el trato en ciertos aeropuertos, también. En el de Villanubla (Valladolid), por ejemplo, da vergüenza ajena ver cómo los (cada vez más numerosos) turistas recién llegados buscan información sin recibir ayuda por parte de los empleados, quienes se pasan la pelota entre ellos. Y eso que es un aeropuerto pequeño…
Hace unos días estuve en Sao Paulo (Brasil). Todas las gasolineras tenían sus solícitos empleados que no solo limpiaban los cristales y comprobaban el nivel del aceite, sino que además te ponían aire a las ruedas, rellenaban el depósito de agua y te regalaban la mejor de las sonrisas. Por supuesto te cobraban sin salir del coche.
Cuanto deberiamos aprender de paises “más atrados”