Novelas y periodistas
Thursday, 18 de June de 2009 por Ramón
Russell Lynes, historiador del arte, fotógrafo y director de la revista Harper’s durante 20 años, dijo:
“Todo periodista lleva una novela dentro, que es un excelente lugar donde debe quedarse”.
Mal asunto. En mi caso llega tarde.
como tarde ramon? venga ya… te apetece ponerte con una novela? si es asi, por que no? ponte a ello… esta manana yo me levante con una voz de un tipo que no conozco diciendo” duele, duele…” y era una voz super bonita. y te aseguro que si alguien no sabe ni escribir, ni cantar, ni cree en las voces psocoticas en mi caso de asturaina de pueblo inmigrante en el imperio, soy yo.
tus libros ya nos han dado mucho… danos mas!
Te hablaré con la valentía presuntuosa de alguien que cree conocerte porque ha paladeado cada palabra que has escrito. Y lo que diré es claro, cristalino: MÁS. Por el momento Arancha y yo queremos más, y no somos las únicas, estoy segura.
Pues el caso es que hay demasiadas frases célebres autolesivas de periodistas…y yo que sigo creyendo que es de las pocas profesiones que realmente se hacen por amor al arte…si no, fijémonos en los sueldos, el respaldo con el que contamos,el respeto que nos tienen, la credibilidad que generamos…y aun así es una profesión vital para la sociedad: leemos mal el mundo y después decimos que nos engañan; sin profesionales de este antiguo oficio, aún podrían campar más a sus anchas los fuertes, los desinformadores, los políticos, los ladrones… -evidentemente, no todos los periodistas tienen esta máxima, pero al contrario de lo que dirá mucha gente, gran parte de la profesión la eligió con el corazón y por unos ideales…porque por dinero ¡no creo que lo hiciera nadie! y yo me he encontrado con una mayoría honesta e intranquila en el buen sentido del término, otra cosa es que el maltrato que solemos recibir nos vuelva descreídos y autómatas…pero siempre hay una llamita, creo, que bien puede llamarse novela -casi todos los periodistas, es cierto, quieren escribir más palabras que las que caben en una noticia, con más florituras que las permitidas y sobre todo, creo, pudiendo apropiarse de sus palabras en un sentido marxista: esto lo digo yo, lo pienso yo y lo firmo yo sin media-tiza-ción ni autocensura; me pertenece porque lo he creado y he puesto mi corazón. En mi caso la llamita…en fin…tú escribe la novela que es tu llama, y después seguramente al leerla yo, comience a echar humito la mía…
Como cita puede ser más o menos brillante pero en mi caso no las he dejado dentro (en septiembre ya saldrá la tercera) y bien contento que estoy por ello con independencia de que gusten más o menos. Bien es cierto que hace tiempo que no me siento periodista. De todos modos me llama la atención esa vinculación directa que se traduce en una costumbre muy al uso. Si escribes novelas y eres periodistsa siempre te presentan en los actos literarios como ambas cosas. No pasa, por ejemplo, si el autor es sexador de pollos o auxiliar administrativo de Caja Duero. Nadie dice Fulanito López es escritor y oficinista. Lo digo porque, aunque haya cierta relación, creo que son mundos totalmente distintos. Joder, vaya rollo que os he metido. Un saludo Ramón. Nos vemos en Méndez
Más bien la vida de muchos periodistas está dentro de una novela. En algunos casos tipo Corín Tellado y en otros al más puro estilo Chacal.
Nunca es tarde para contar vivencias, Hermano Lobo, y como dice 4# Germán, no es identificable periodista con novelista. Entre otras cosas, porque en la actualidad a cualquiera se le llama periodista aunque sea chascarrilero de una reunión marugil matinal en Tele5 y porque algunos de los que salen de la facultad, apenas saben juntar tres palabras sin que dos tengan faltas de ortografía y/o de expresión.
Salud y ánimo, hermano Lobo, que nos gustará seguro. 😀
Ramon, colega, ayer no te leí y el comentario va por el post de la esperanza o la no esperanza. Si a ti te cuesta encontrarla para contar lo que ves, imagínate para quienes viven en la misma mierda. Tengo una tía en Kinshasa. Llegó como monja hace 50 años, hoy va por los 70 y hace muchas décadas que El Vaticano la jode más que la ayuda. Si vieras lo que hace gente como ella con toxicómanos, enfermos sida, mujeres que se han vuelto literalmente locas por lo que han visto, y sobre todo con los ndoki, niños que viven el drama de haber sobrevivido a su familia en matanzas de decenas de personas y por ello se les rechaza y se les considera “malos espíritus”… si lo vieras igual seguirías preguntándote de dónde sacan la esperanza. Pero también alucinarías de ver que hay gente que aún sabiendo que son un grano de arena, qué digo, una molécula, en el universo no se doblegan y se parten la cara día a día para que la mierda huela un poco menos mal.
Llevo tiempo lleyendo y admirando tu blog y hoy no me he podido resistir. Es mi pequeño homenaje a mi tía Isabel, la africana blanca, que tiene unos cojones como el caballo del espartero, la que conduce un coche que en occidente llevaría mil años deshauciado, la que se discute con los niños soldado a grito pelado y luego les da un tomate y farfulla “no tienen ni balas”, la que cuando no puede más se traga el orgullo y se pasa por la embajada a saquear la nevera… sí que hay esperanza, sí.
Un beso grande.
Escribe, por favor. Un abrazo.
me conformaría, y satisfecho, con que usted ordenase y diera forma a esos relatos de los diarios de viaje (con Balcanes, por favor) y encontrara a algún editor que tuviera la dignidad de darle forma de libro. ¿O es que historias como las del gato de Bagdad tienen que acabar en un vulgar archivo digital (como el mío)? Coño, Ramón, no es justo. En fin, esto creo. Como lo veas, cuídate!
¿Ánimo? Mira la voluntad que le ponen estos chicos de Kinshasa.
http://www.youtube.com/watch?v=KzCUcO_d1qI&feature=fvw