El grave problema de poder elegir
Tuesday, 9 de June de 2009 por Ramón
Una parte importante del planeta no elige jamás, sólo sobrevive. Dedica toda su energía vital a esquivar un destino preñado de enfermedades, hambre, injusticias, violaciones, guerras y muerte. Pocos lo consiguen más allá de los 40 años, que es el umbral de su esperanza.
Otra parte de la humanidad, no menos numerosa y a menudo superpuesta con la anterior, permanece enclaustrada en una cárcel en la que todo está tipificado. Desde el toque de la campana del alba al canto del almuédano del atardecer. Cualquier falta se considera pecado y si es mortal se castiga con el fuego eterno. Del árbol de la superstición cuelgan las tradiciones más irracionales: ablación, infibulación y lapidación; también, la Inquisición y la pena de muerte, entre otras. El rebaño manso que no piensa, que no escoge, sigue mejor al pastor.
Son pocos los seres humanos que emplean las herramientas de la cultura para emanciparse de la tradición y construir una vida donde se puede respirar. Abandonar la tribu es un acto valiente, pero da miedo: se cambia la seguridad del grupo por la libertad individual.
Tengo una amiga en Barcelona que adoptó hace siete años a una niña etíope a quien llamaremos A. Una de las principales carencias de A es que no sabía elegir. Nunca lo había hecho. Cuando la llevaban a una pastelería y le preguntaban ¿qué bollo quieres?, la niña se echaba a llorar. Tampoco sabía de la existencia de los días y los meses y los años. ¿De qué sirven los lunes en la tierra de la muerte?
Elegir es difícil porque implica renunciar. Elegimos desde que nos levantamos de la cama: desayuno, radio, ropa, transporte… Cada minuto, una decisión. Algunos lo consideran estresante; otros, un privilegio. Elegir exige entrenamiento, libertad y abundancia para disponer de al menos dos opciones. Tenemos todo al alcance de nuestra mano occidental pero no sabemos que el verdadero lujo es poder elegir, no el lujo en sí.
Sensacional post.
Impresionante Ramón
La rutina de la elección nos hace olvidar su esencia: el lujo de la libertad. En el examen de Redacción Periodística de ayer me pusieron el editorial del domingo de El País (Abuso de poder -sobre Berlusconi-) para analizarlo. El primer ministro italiano no es libre puesto que no sabe diferenciar sus pasiones de sus obligaciones, las mezcla en un totum revolutum que ha hecho caer a Italia en la depresión como país y como sociedad. Si no, ¿cómo se explica que la gente, libremente, siga votándole?
Hay veces en las que le mundo occidental tampoco puede elegir. Cuando alguien se empeña en que los domingos hay que ir a misa, que el infierno acecha y que dios castiga lo que haces y te lo crees, la elección diaria de las cosas nimias están manipuladas por las otras cosas que no puedes o no te atreves a elegir.
Como usted bien dice hermano lobo, para poder elegir tiene que haber abundancia. Pero en esta abundancia no sólo deben nadar las cosas materiales. La abundancia de ideas y de libertad es lo que da posibilidad de elección.
Claro que como usted bien dice, algunos (los más) tienen suficiente con intentar llegar al final del día, con intentar llevarse algo a la boca aunque sea una vez al día y con intentar encontrar agua que beber (aunque ésta esté llena de gérmenes). A éstos la elección nunca les llega, pero tal vez si el resto pudiéramos elegir nuestra libertad se globalizaría la capacidad de elegir.
Chapó hermano Lobo. Chapó. 😀
gracias por este comienzo del día…
Gracias por hacernos empezar así el día y sobre todo, gracias por hacernos valorar aquellas situaciones cotidianas que consideramos insignificantes.
Bonita historia Ramón.
Un abrazo Ramón, gracias por este post
Pego un brillante vídeo de Barry Schwartz sobre la paradoja de elegir, sobre la parálisis que se produce en el ser humano cuando dispone de muchas opciones para elegir:
http://www.ted.com/index.php/talks/lang/spa/barry_schwartz_on_the_paradox_of_choice.html
En diseño, hay una ley que dice que el tiempo que se tarda en tomar una decisión aumenta a medida que se incrementa el número de alternativas. Está explicada aquí:
http://www.piensaenweb.com/principios-del-diseno-web-iii-ley-de-hick—hyman_detalle_78.html
Enhorabuena por el artículo!
Elegir, además implica el desarrollo de la capacidad crítica. Sin capacidad crítica no hay elección sino imposición.
Gracias, Ramón
ay, ramon, cada dia vales mas. besazos
Querido Ramón, me estoy enganchando a tu blog! enhorabuena y gracias por compartir la riqueza de tus experiencias y humanidad, y cómo mejora tu pluma día a día
Usted es sabio.
¡Enhorabuena por todo esto y gracias!
Un profesor de Filosofía me dijo una vez: “Elegir es renunciar. Pero renunciar es preferir”. Es una pena que, como bien apuntas, la gente se quede con el lujo en sí y no con el hecho de preferir. Creo que la humanidad de hoy en día se está olvidando de este valor social.
Gracias por tu reflexión.
Un saludo,
Adri.
¡¡Hay que saltar de la plantación!! La sonrisa y los ojos se abren cada día un poco más y da menos miedo elegir. Es un auténtico regalo poder hacerlo. Nos pasamos la vida deseando cumplir nuestros sueños y, a veces, tenemos la mala pata de que se nos presente la oportunidad de alcanzarlos. Entonces llega el momento de elegir y, casi siempre, un paso adelante supondrá tener que dejar el paracaídas, el colchón, la cartera… y saltar a pelo, sólo con el alma apretada entre los dientes, y la ilusión calada en los huesos… y alla vamos: a elegir, que al fin y al cabo es la vida misma. No importa el resultado, lo importantes es elegir y elegir, elegir, elegir, elegir, elegir… vivir.
Chapó!
http://blocs.xtec.cat/competents/files/2008/06/forges-6-septiembre.png
Porque elegir exige renuncia, también duele. Dices bien, Ramón, no todo es fácil y hermoso. Como la vida misma
Maravillosa reflexión, Ramón. Y ya que nos han dado el privilegio de elegir, elijamos.
la libertad es un gran peso, my friend
Muy buena reflexión.
Dices bien, sabio Ramón, pero a veces se confunde la abundancia material de nuestras sociedades occidentales con la libertad. La realidad es que nadie elige nada.
Poder elegir o no poder elegir. ¡Ésa es la cuestión! Elegir bien. ¡Qué difícil pero qué privilegio! Seguiremos la conversación!!
i would prefer not to
[…] es un placer, porque la vida en común es más gratificante…pero elegir es difícil, como decía Ramón Lobo ayer, porque implica […]
El asunto es que enseguida les enseñamos que existe la posibilidad de elegir. O aprenden por sí solos cuando enfrente tienen algo distinto a lo de siempre, que estaba entre cero y uno. Pero en realidad a lo que no les enseñamos es a no atuerdirse ante el festival de la oferta. Acaso nosotros somos los primeros aturdidos porque no queremos renunciar.
Hola es la primera vez que llegamos a este Blog, ya nos pasemos por la historia de quien eres, y por otros artículos tuyos, alguien, que nos ha de querer mucho nos dejo este post como comentario en nuestra página de Bienvenida, así que nada mejor que saludar y pensar un poco En el gran problema de elegir.
Si nos ponemos a pensar en nuestras facilidades de elegir que desayuno, prendo un cigarro o no, estamos jodidas, por eso mejor hablar de los indígenas que viven en México, esta es la historia de una mujer otomíe que vendía fruta en un mercadillo, no habla español y esta acusada de secuestrar a 6 policias especiles ¿Puede elegir que desayunar o hablar su lengua o hablar español?
Ella es Jacinta y le han vuelto a negar un traductor, no en nuestro mundo occidental también se dan casos cómo el de Jacinta Francisco Maciel
Saludos y felicidades por poder elegir
las tres y un cuarto
Me ha encantado el post.
Yo viví un año en Chad. En en pueblo donde vivía la oferta en el bar se reducía a cerveza, fanta de naranja y, a veces, coca-cola. Cuando volví a España me pasaba minutos meditando. ¿De naranja, de limón, de cola, con gas, sin él, light, infusión, café,…?
Gracias, Ramón, por recordármelo.
Desde ahora cuentas con una seguidora más.
Genial!!!
me permito utilizarlo y hacerlo conocer a mis amistades!
un abrazo y gracias!