Estar preso en Zimbabue
Friday, 22 de May de 2009 por Ramón
Estar preso en Zimbabue, un país arrasado por una hiperinflación del 79.600 millones por ciento (dejó de calcularse en noviembre de 2008 porque se duplica cada 24,7 horas), es una situación de alto riesgo. En el penal de máxima seguridad de Chikurbi, en Harare, han muerto desde mayo del año pasado 721 detenidos debido a la escasez de comida y al exceso de enfermedades. La media de fallecimientos en Chikurbi supera los 60 por mes entre una población reclusa de 1.300 presos, informa el diario The Standard.
La situación es tan grave que el nuevo Gobierno de unidad nacional, entre el partido de Robert Mugabe y la oposición democrática del primer ministro Morgan Tsvangirai, ha aprobado la construcción urgente de un cementerio que albergue a los muertos. Los cadáveres de Chikurbi, semidescompuestos, se agolpan en la morgue. Lo mismo sucede en la cárcel de Harare Central, según un informe del Comisionado de Prisiones, Paradzai Zimondi. Nadie pudo localizar sus familiares o éstos carecen de dinero para desplazarse y pagar un entierro.
Zimondi dibuja un panorama que parece arrancado de Papillón, la célebre novela de Henri Charrière: presos que se alimentan con harina en polvo mezclada con agua y 10 coles al día, que cazan ratas para conseguir carne y mejorar su posibilidad de supervivencia, pugnas por la comida en las que los más débiles son primeros en morir de hambre.
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