Periodismo vocacional
Sunday, 17 de May de 2009 por Ramón
No sé si el periodismo es vocacional, un oficio, un accidente y para ejercerlo es necesario ser mitad monja, mitad soldado -o como dice Enric González de forma más poética: mitad monja, mitad gilipollas-, pero me enganchó a los doce años. No hay, que sepa, antecedentes familiares ni creo que me influyera tanto haber conocido en aquella época a Jesús Álvarez, cuyo padre fue uno de los pilares de la heroica TVE en blanco y negro, pues ya me gustaba escribir y nunca me interesó la televisión (una pena: ahora tendría un sueldo Nescafé).
Con Jesús jugué memorables partidos de fútbol con chapas (la pelota era un garbanzo y fabricábamos las porterías con una caja cortada de zapatos y trozos de media robadas a modo de red), los primeros Scalextric y a una variante libre, algo guerrera, de policías y ladrones. Jesús-hijo tenía unos talkie walkies que le convirtieron en el tipo más deseado en la pandilla. Aquellos aparatos nos permitían comunicarnos y jugar mejor: uno para el jefe de los malos; otro, para el de los buenos. La tropa (siempre mal armada) sólo lanzaba piedras. El objetivo consistía en tomar o defender una posición en alto. Era bastante divertido hasta que algún rival te abría la cabeza.
Creo que me he desviado un poco: escribía sobre periodismo y vocación. El caso es que Jesús, su hermana Bárbara y yo fabricamos un periódico que se llamó El Gol en el que escribíamos sobre los partidos de chapas, las carreras de coches y dábamos la crónica rosa de los guateques (para los jóvenes: fiestas donde nos metíamos mano). Puntuábamos de cero a cinco la comida y bebida, la música, las chicas y chicos e informábamos de los ligues. Jesús Álvarez padre se llevaba los textos a la tele donde sacaba las copias en una tinta morada que grapadas dos veces en el lomo (ojo ABC: también teníamos grapa) parecían un trabajo de clase.
Pronto nos salió una competencia desleal (se vendía más barato, creo que por debajo de una peseta) llamado Campeón, que tuvo menos éxito y ha terminado en el olvido. Ambos duramos poco. Al parecer no había mercado para tantos medios de juveniles de comunicación en el Pinar de Chamartín de Madrid de aquellos años.
El Gol hizo algo más que copias a ciclostil e introducir frases históricas en la historia de la publicidad (“Contra el cabreo, pastillas Macabeo”), fabricó tres periodistas (al menos dos han salido buenos): Jesús, Bárbara y yo. El primero aún trabaja en televisión aunque a veces baila demasiado; la segunda fue una gran dama de Radio Peninsular y RNE antes de acogerse al ERE y el tercero se dedica con empeño a la prensa escrita y a la blogosfera -en sus ratos libres- desde hace tres meses. ¡Todo un éxito!
Jajaja, creo que todos hemos hecho alguna de estas. En mi cole teníamos revista. En el King’s College, en verano, grababa programas de radio. Por Carnaval, entrevistaba a mi hermana vestida de Caperucita.
Sin duda, eres un camaleón, llevas tres meses por aquí y pareces “de toda la vida”. Capacidad de adaptación, lo demás son tonterías.
Me ha impactado la variante “piedra”. Durante los veranos nos tirábamos limones podridos. Era un armamento menos doloroso, y además facilitaba el recuento de bajas de los bandos… Gracias por recuperar estas viejas historias, un placer leerte.
Pues yo, hermano Lobo, le agradezco sinceramente que siguiera la vena juvenil. Es un placer leerle (cuando puedo, que es menos de lo que me gustaría). Y es un placer reflexionar o soñar (como hoy) con sus vivencias y experiencias.
También es evidente que hay gente con la que la primera impresión no es la buena. Hasta ahora, Jesús Álvarez era alguien que daba deportes en la uno. A partir de ahora, y sabiendo que es amigo suyo, pondré más atención en lo que dice.
Salud, reflexión, sueños y felicidad! 🙂
Hay vocaciones muuuucho peores 🙂
Ramón, tengo 23 años y reconozco que yo me pasé horas y horas tirado en el suelo jugando a las chapas. Creo que jamás he disfrutado tanto con un juego. Mientrás leía en tu artículo cómo describías esa portería de caja de zapatos, no he podido evitar sonreír al rememorar aquellas tardes en las que el Albacete, de la mano de Salazar, batía a un Paco Buyo ligeramente adelantado y daba la sorpresa en el Bernabeu para el deleite de sus aficionados.
Gracias por estos relatos.
Ramón, hermano…que buenos recuerdos me ha traído la lectura de tu blog. Si, soy yo, Jesús…Mira, yo siempre digo cuando me preguntan que por qué me he dedicado al periodismo que la primera razón ha sido por “genética”. Lógico, con lo que he visto, sentido y amado el periodismo en casa, lo raro hubiera sido no dedicarme a la profesión. Pero estuve a punto de no hacerlo porque, como tu sabes, estudie todo el bachiller y el COU en la rama de Ciencias. Pero la segunda razón, indudablemente, es por ti. Porque tu lo tenías muy claro desde pequeño y porque tanto te gustaba todo lo relacionado con el periodismo…que fueron muchas las tardes que cogíamos la moto y nos íbamos a Prado del Rey, a Radio Penínsular, a ver el programa de mi hérmana Bárbara y Agustín…y porque empezamos a ir a la Facultad juntos y porque estuve viviendo en tu casa mucho tiempo…y te vi tan ilusionado con el periodismo que terminaste por contagiarme. Y, bueno, luego sabes que eres la única persona con la que todavía mantengo relación de los de la pandilla del Pinar de Chamartín…Y solemos ir al fútbol de vez en cuando, pero además eres mi ídolo y siempre presumo de ser tu amigo con los colegas.
Bueno, y una cosa más para no ocupar mucho más espacio…Lo del baile…Dices que a veces bailo mucho…Si sabes que yo no tengo ni idea y que lo de ¡Mira Quien Baila! fue circunstancial…Reconoce al menos que me preguntabas mucho por la bailarinas, ¡¡¡bribón!!!
Un beso
Yo a esa misma edad también jugaba con esas chapas, y esos garbanzos, y con escarabajos recorriendo surcos en el alvero con dorsales ciclistas… Mientras, retransmitía en voz alta lo que ocurría, hasta que empezó a cambiarme la voz y los gallitos me ponían en ridículo. Tuve que posponerlo unos años.
No hace tanto de eso, hace poco más de 10 años… A ver si la culpa de que nos dediquemos al periodismo la van a tener las chapas o el deporte… 😉
No se nada de etimologías alemanas, pero cuando estudiaba esa endemoniada pero maravillosa lengua, me gustaba jugar con las palabras (deformación profesional, supongo). En alemán profesión es “der Beruf”(masculino) y vocación es “die Berufung” (femenino). ¡Qué suerte tienen algunos cuando ambos (en alemán) deciden vivir juntos para siempre, ¿no?!
Después de unos días sin internet he conseguido leerte hoy y me ha gustado recordar aquellos años en los que, como cantaba el Serrat que escuchabamos: “Decir amigo, era decir juegos, escuela, calle y niñez”. El periodico no duró mucho, pero fue un punto de partida para lo que llegaríamos a ser, aunque por aquel entonces ninguno de los tres lo sabía (bueno tú si). ¡Que curioso!, cada uno de nosotros acabó en un medio distinto: tú en la prensa escrita, Jesús en la tele y yo en la radio ¿sería para no hacernos la competencia? Ahora en serio….yo también presumo de tu amistad en cuanto se presenta la ocasión.
¡Viva….Maud!