Somalia es uno de los lugares más peligrosos del mundo. Comparable con Chechenia durante las dos guerras (1994-1996 y 1999-2002), Irak a partir de 2004 y la frontera entre Afganistán y Pakistán. Este primer viaje a Somalia no fue perfecto: entré demasiado tarde y salí demasiado pronto. Ha quedado como una espina que algún día me gustaría sacar. En diciembre de 2007, los islamistas de la Unión de Tribunales Islámicos que se habían hecho con el poder en el sur, centro de Somalia y en la capital, Mogadiscio –La ‘sharia’ toma el poder en Somalia (11-06-2006)-, midieron mal sus fuerzas y atacaron posiciones del llamado Gobierno provisional: una débil coalición de señores de la guerra, supuestamente laicos, apoyados por EEUU y su gendarme en la zona, Etiopia, que teme una Somalia normalizada y más aún si ésta es islamista. Desde sus respectivas independencias mantienen una disputa por la soberanía del desierto de Ogaden. Además de su gran extensión, el objetivo de todos es el subsuelo, al parecer rico en petróleo. La Unión de Tribunales Islámicos logró una gran popularidad en la capital al imponer un cierto orden tras 15 años de guerra civil, pero no logró sus objetivos: El fracaso de la experiencia afgana en África. (29-12-2002).
En enero recibí la orden de viajar a Kenia para entrar en Somalia. Había dos opciones: gastar muchísimo dinero en una avioneta y en contratar el grupo armado del clan y subclan adecuado para que nos fuera a recoger al aeropuerto y nos acompañara durante nuestra estancia o entrar gratis con una ONG. El periódico escogió la segunda. Me alegré porque era la más segura, aunque resultó la más lenta y la menos profunda. En enero de 2007, Juan Carlos Tomasi y yo volamos hacia Nairobi vía Londres. También vino Alfonso Armada (ABC), invitado por Médicos Sin Fronteras (MSF) para escribir un texto para una exposición en España. Su periódico le había dado instrucciones claras: nada de Mogadiscio, nada de riesgos y, sobre todo, nada de gastos. Estuvimos en Nairobi cinco o seis días algo desesperados porque el viaje se aplazaba constantemente. Tenía miedo de que MSF evacuara todos sus equipos por razones de seguridad y nos quedáramos sin ir. La mayoría de los corresponsales africanos de los grandes medios (los que tienen uno, disponen de una base en Johanesburgo; los que tienen dos, el segundo vive en Nairobi) escribían sus despachos desde la capital keniana. Otros apostaron por Addis Abeba con la esperanza de seguir a las tropas etíopes que habían tomado Mogadiscio.
Volamos hacia Galcayo. Primera etapa de una viaje relámpago. Allí nos bajamos Tomasi y yo. El resultado fue “Mi sueño es tener un Estado”, la historia de Sara Alí Sharif y a través de ella la de su país. (19-01-2007). Somalia dejó de ser Estado en 1991, tras el derrocamiento de Siad Barre. Por Estado me refiero a Gobierno, presupuesto, infraestructuras, pago de impuestos o recogida de la basura. Desde entonces sólo hay saqueos, violaciones, mutilaciones, injusticias y asesinatos. También una gran miseria. Nunca interesó mucho Somalia en Occidente después del desastre de la intervención norteamericana en 1994 reflejado en la excelente película Black Hawk derribado de Ridley Scott. Ahora, tantos años después, vuelve a importar porque los piratas secuestran nuestros barcos. La solución son las patrulleras, los cañones, nunca combatir la miseria.
Enseguida surgieron las ventajas de viajar con MSF: profundo conocimiento del terreno y de las historias interesantes. Gracias a esto logré una historia de mujeres de la que estoy bastante satisfecho. Ellas jamás habrían hablado conmigo de sus viviencias más íntimas si no fuera porque nos encontrábamos en un centro hospitalario de MSF. La muerte lenta tiene nombre de mujer en Somalia (21-01-2007). Es de esos reportajes que valen todo un viaje.
Segunda etapa: Jowar, a las puertas de Mogadiscio, un lugar que recuerdo invadido por unos insectos negros a mitad camino entre el grillo y la cucaracha que me tuvieron tres noches sin apenas dormir. “Es posible sentirse somalí por encima de los clanes” (25-01-2007). Somalia, después de los islamistas, ¿qué? (30-01-2007).
Sobre los piratas: El caos somalí impulsa a los piratas (29-09-2008)
Sobre la pobreza: Los Estados más vulnerables. Once de los 20 países más frágiles del mundo son africanos, según un estudio de Foreign Policy y el Fondo para la Paz. (08-05-2006)
Sobre Médicos Sin Fronteras, cuando ganó el Nobel de la Paz en 1999: Un premio para las víctimas (16-10-1999).
Parece que lo del recorte de gastos no es de ahora… 😉 [“También vino Alfonso Armada (ABC), invitado por Médicos Sin Fronteras (MSF) para escribir un texto para una exposición en España. Su periódico le había dado instrucciones claras: nada de Mogadiscio, nada de riesgos y, sobre todo, nada de gastos”].
Hola RL,
aún hoy, cuando me duele una pierna, recuerdo la escena del marine desangrado porque se le contrajo la arteria en una andrajosa casa de Mogadiscio. Y también esa escena en la que los militantes de Farah Aidid respetan el rezo de la noche antes de terminar de matar a los Delta Force. Memoria reciente de esa guerra olvidada que Mark Bowden retrató en trabajo estimable, aún disponible en http://inquirer.philly.com/packages/somalia/
Me llevo tus “egotecas” somalíes para tener alimento nutritivo durante este fin de semana, y recuperaré el canto emocionante que Baaba Maal le regaló a Ridley Scott y la memoria del gran Joe Strummer (http://www.youtube.com/watch?v=XBbVQA-p2wU)
cantando “Minstrel boy”. Como siempre, un gran placer leerte. Buen fin de semana. A seguir bien, cuídese
Gracias por los links
Hola Ramón.
¿Qué bibliografía puedo encontrar sobre viajeros que hayan ido a Somalia después de la anarquía? Quisiera leer crónicas sobre ese país enloquecido.
Muchas gracias desde ya.