España en su laberinto
Sunday, 3 de July de 2016 por Ramón
Aun conmovido por El laberinto mágico, una condensación soberbia de José Ramón Fernández de seis libros de Max Aub sobre la Guerra Civil: los vencidos que pasaron de enemigos a prisioneros. La puesta en escena de Ernesto Caballero es sobria, espectacular. Los quince actores logran que durante dos horas veamos y sintamos a los numerosos personajes que interpretan la historia trágica de un país, el nuestro, que 80 años después del inicio de la guerra -ahora, en unos días se cumplirán- sigue atrapado en algún tipo de laberinto. El texto de Max Aub es maravilloso, lo mismo que la adaptación. La obra no deja de crecer horas después de terminada; se mete dentro, emociona.
En El laberinto mágico están todas las claves del desvarío de España y el de sus habitantes entre los que me hallo. También están en el silencio de la calles de Madrid, la ciudad que no conserva memoria alguna de aquellos años, de aquellas voces, del sitio, mo escribo este mes en Tinta Libre.
En esa desmemoria está la explicación de nuestros defectos, de la contumacia en la estupidez premiada en las urnas, en la economía y en el éxito social. Aquí no ganan los mejores, aquí exhibimos a los mediocres; remplazamos a los Emilios Lledó, Álvarez Junco o Ruiz Domènech por los zascandiles que inundan los programas del cotilleo.
La Guerra Civil y la dictadura nos destruyó moralmente. Los casi 40 años de democracia menguante no han logrado invertir la situación, dotarnos de una ética colectiva. La Transición, con sus muchas luces y sus muchas sombras, se ha ido apagando. Somos parte de la impostura televisada. Falta grandeza. Los mejores no están en el escaparate sino escondidos en un sótano, o exiliados. Es un país de silencios y ruidos.
Pero si uno pisa la calle y percibe el fluir de la vida cotidiana, la auténtica, la que no suele salir en las televisores ni en las redes sociales que tanto nos confunden, se dará cuenta de que este es un país lleno de energía, de gentes valientes y capaces, en la derecha y en la izquierda. Solo necesitamos un espacio, un escenario abierto, sin obstáculos, para que brote una buena obra.
Gracias a todas las personas implicadas en El laberinto mágico,. Gracias a Max Aub y tantos otros como él. Me acosté sacudido hasta las entrañas, me levanté dispuesto a más lucha, a defender mi libertad de expresión y de tocar los huevos, incluso a los que siento más próximos. Buen domingo.
Excelente comentario para ayudar a salir del laberinto. Y me encanta eso de “tocar los huevos a los màs proximos”, lo necesitan!
Su libro Luis Buñuel, la novela es una joya, aparte lleva un cd de conversaciones de Max y Luis ( hombres de mucho carácter ) .
No ME explico porque no reeditan los seis tomos de El Laberinto Mágico, desde que lo hiciera Alfaguara en 1979. Me impactó proundamente y lo regalé a varias personas. Llevo tiempo intentando comprarlo de nuevo pero no hay manera de conseguirlo. ¿SE TE OCURRE RAMÓN ANTE QUÉ EDITORIAL PODÍAMOS INSTAR A QUE SE ANIMEN?. Yo diría que es de justicia divulgar la obra de Max Aub. El octogésimo aniversario del golpe de estado de 1936 es una ocasión estupenda.
Y, por supuesto, además de “Luis Buñuel, novela”, recomiendo “La gallina ciega”, “La calle Valverde”, “Diarios (1939-1972)” y “Obra poética completa”, también publicados en España.