Política, sumisión y libro en Barcelona
Thursday, 19 de November de 2015 por Ramón
El problema de la política es la teatralidad, el acartonamientos de los personajes embutidos en una rigidez robótica. Es el paraíso de los asesores: “niño eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca”. Tanto estudio de los gestos, las sonrisas y los tics (menos en Mariano) transmite impostura. Un photoshop de las ideas.
Casi todos los líderes leen lo que han entrenado con sus fontaneros, o lo que les han escrito. Y lo hacen sin pasión. Barack Obama es tan genial con las palabras leídas que parece improvisar. Nos prometió hechos, una moderada cantidad de utopía, pero el yes we can se quedó en no we could not. Habrá que conformarse con los adjetivos, ya es más que W. Bush que nos dejó mudos.
Me gustan los políticos que saben improvisar; es como si pudiera imaginar que me hablan desde el corazón. Me gustan las personas que rezuman honestidad aunque se equivoquen. El miedo al error genera obediencia, sumisión, el sí señor. No me gusta la política representada por una mano alzada que dice a los corderos cómo deben votar. No me gustan el plasma ni los silencios.
Se acabó la discrepancia y el debate en la política y el periodismo. Las redacciones obedientes no pueden hacer buen periodismo, las redacciones obedientes solo hacen publicidad. Buen jueves,
Para que mi amigos de Barcelona no me digan no lo sabían: presentación de Todos náfragos: lunes 23,+Bernat, 1900 con Enric González y José Martígomez.
Nomen est omen. El políticamente impotente M. Hollande y su ceguera prepotente termina convirtiendo una asociación criminal, en un “pais” enemigo al que declara la guerra.
Los militantes de Daesh son una panda de asesinos, pero NO son ni representan un “estado islámico”.
Mi profunda solidaridad con los ciudadanos de Paris (y Francia en general). Los madrileños sabemos lo que un atentado criminal así supone.
Pero solidaridad también con las víctimas inocentes de los bombardeos de Raqqa. Es un crimen, y no me vendan de nuevo lo de las “victimas colaterales”. Si Siria fuera un país occidental ya habría denunciado la agresión francesa como delito. Sería un “casus belli”, que podría justificar una hipotética respuesta de Siria para defenderse.
Solo espero que el ardor guerrero no lleve a M. Hollande a bombardear Ceuta, Melilla ó el barrio madrileño de Lavapies por una bandera negra, cualquier otra sospecha ó vaya usted a saber qué delirio militarista con tufo a “Grandeur de la France”.
España ha sufrido durante décadas la plaga de una banda asesina. Ocasionaron muchas víctimas y dolor. Pero han sido vencidos por el estado de derecho, aunque hubo tentaciones y meteduras de pata sangrantes (GAL).
No aceptar la renuncia a nuestros derechos civiles y políticos es otra necesidad acuciante en estos momentos convulsos.
t.r., solemos coincidir. Espero que también en esta ocasión.
Qué lástima no estar en Barcelona. He ido mucho a esa libreria, aunque antes hace ya unos años, cuando la propietaria era la acogedora Montse, ahora sólo entré por curiosidad a ver cómo la habían reformado con la entrada de los nuevos socios.
Seguro que será un evento agradable. Ya contareís los que vayaís.
Quizás sea la distancia, pero este comentario del moderador de un programa de TV australiano expone argumentos muy sensatos
http://tenplay.com.au/channel-ten/the-project/extra/season-7/what-isil-wants
Sobre el tema de Francia, lo más revelador para mí han sido los dos artículos consecutivos de Olga Rodríguez en eldiario. Donde por cierto queda bastante en entredicho la labor de Hollande y compañía durante los últimos años.
En el momento en que, tras el atentado, los franceses hablaron de guerra, nos estaban preparando a todos para esto: bombardeos con múltiples efectos colaterales. Fernández Díaz se apresuró a decir: “Están en su derecho de defenderse”. No se lo niego. Pero una cosa es eso y otra machacar a toda la población de Raqqa, de donde debe de ser casi imposible salir por los controles que hay. Y donde ya no tienen agua ni luz, al parecer.
Aunque dudo seriamente que vayan a ganar esta guerra desde el aire, sin tener coraje para bajar al suelo y pelear. Claro, eso significa funerales a diario, es decir, menos votos cuando haya que votar.
Además, al enemigo, en esta guerra, le vale el empate. Morir matando para ellos es un honor.
Lo que ha dicho Podemos sobre la estrategia a seguir me parece que tiene mucho sentido.
Me alegro de la buena sintonía, Afectada, yo también la siento.
Estoy disfrutando mucho el libro. Si puedo me acercaré el lunes a la librería y no sé si cierto pudor y/o timidez me permitirá saludarte y decírtelo in person, pero vamos, ya te lo digo ahora. Es que eso de tener cara a cara a un “personaje”, en carne y hueso, impone. Por cierto, la librería Méndez, estupenda.
Ya lo habreís visto
https://www.youtube.com/watch?v=qjJtcesIXQE