Cruzando montañas y océanos
Thursday, 25 de September de 2014 por Ramón
Crucé una montaña de trabajo, cumplí cada plazo, cada expectativa. Siempre fui un ácrata respetuoso con los compromisos. Me gusta organizarme alrededor de las obligaciones y perder el tiempo cuando me apetece perderlo. Perder elegantemente un poco de tiempo es un lujo, mucho más sano que ser rico, una ordinariez por la que la gente entierra principios y dignidades.
Me siento más feliz en esta situación de afortunado navegante solitario acompañado de amigos y jefes/as que me hacen sentir querido, valorado. Solo me falta viajar. Sigo con la idea de dar la vuelta al mundo en 2015, o al menos empezarla; un viaje interior para celebrar mi cumpleaños, para sellar con hechos que el valor está en el camino, no en Ítaca. Dependerá de la salud (si sobrevivo al gimnasio), del trabajo, la financiación y de mi vida personal.
Desde que cayó el otoño, Nana se volvió más cariñosa: demanda rascadas de cabeza antes de dormir, al despertarme y cuando me siento ante el ordenador. Es la gata más rascada del mundo. Por la noche se sube a la tripa. Parece una vigía encaramada a un promontorio respirante. No sé cómo explicarle que el cojín con vida propia tiende a la desaparición, que el cuento de dormirse mullida y ronroneado tiene los meses contados.
La semana avanza como un velero, abriendo los días en canal. La brisa exterior se confunde con la interior formado torbellinos apenas perceptibles. A veces siento frío. No hay puertos ni mapas ni brújulas ni astrolabios. Es un navegar sin destino. Cuando cruzo océanos hablo a las nubes, les doy nombres de personas y de ciudades para que no me desaparezca la memoria. En respuesta las nubes me llueven agua de mar llena de palabras ajenas. Las recojo con las manos y las vierto sobre el teclado del ordenador para que construyan historias. Son palabras viajeras, extranjeras, saladas, dulces, sin fronteras. Me siento un Robinson Crusoe que cambió Wilson por Nana. Salí ganando.
Precioso texto Ramón. Gracias.
Otra cosa es lo de viajar y peor recordar lo que es viajar contigo… Roncas mas que yo.
Y más cosas que no contaremos. Gracias, Bernardo
Too much love, here, my dear!
😀
Me encanta como relatas tus ideas plasmándolas ordenadamente….
….y esta canción es preciosa…
Me llueve agua llena de palabras……. Qué bonito post
El viaje ideal. Sin destino
Me gusta. Espero el de mañana.
Acabo de leer tu entrevista a José Miguel Monzón, el Gran Wyoming. Prefiero comentarla aquí.
Monzón, si tú estás desencantado de la ciudadanía, no te imaginas lo que yo sentí al saber que tenías bastantes pisos de tu propiedad distribuidos en España. A tí con este sistema te va muy bien, quítate la careta.
Por un lado dices: “Un programa como el nuestro es pequeñito” y por otro “estoy muy bien pagado y vivo muy bien”.
Ojalá triunfe Podemos, y ponga un salario máximo. Ahí tendrás que ser consecuente.
Los mensajes de izquierdas, los de compromiso y solidaridad, no pueden venir de gente que vive al margen de la sociedad.
Por cierto, Lobo, cuando le preguntas por Pedro Sánchez, no te responde.
Saludos y perdón por no ser políticamente correcto.
El dinero, legalmente ganado, no tiene que ser una mancha para nadie ni un cargo de conciencia. Nunca entenderé que se plantee que ser de izquierdas sea querer que todos seamos igual de pobres. No, ni iguales económicamente ni en ningún sentido. La igualdad se tiene que sustanciar en igualdad de oportunidades. No tiene nada de que avergonzarse nadie por ser rico y menos si su patrimonio lo tiene declarado y paga sus impuestos.
Yo veo mucho más mérito apoyar y acordarse de la parte de la sociedad más débil estando en un nivel alto.
No es tampoco un representante nuestro que tenga que dar ejemplo de nada.
Tampoco tiene un obrero, aunque parezca lo natural, ser de izquierdas necesariamente.
Creo que estas personas con proyección pública y mediática hacen mucho “bien” a la sociedad con su espíritu crítico.
Ana, mi planteamiento no es que “ser de izquierdas sea querer que todos seamos igual de pobres”.
Es, en cambio, el siguiente: en su programa de televisión, ¿él haría o no mofa y escarnio de Montoro (por ejemplo) si supiese que tiene los pisos que él posee? A mi entender, sí. Por tanto no es coherente, por tanto no me vale.
Eso me lleva a pensar en una cosa que que dijo hace poco Mujika (a éste le veo con mejores ojos, la verdad): “el mayor problema de la izquierda es el infantilismo”. Yo añadiría una segunda parte: el segundo mayor problema, es que muchas veces no es coherente.
Otra cosa es que su programa sirva o no, ahí te doy la razón.
Un saludo.
Espero que puedas realizar ese viaje (interior) el año que viene. Un saludo.
Es un líder de opinión que evidentemente tendrá sus intereses personales y económicos y seguro que como cualquiera tendrá sus luces y sus sombras. Tampoco lo pongo como ejemplo de nada, pero el tener muchos pisos no te obliga ni tan siquiera a ser coherente. Creo que en realidad se burla de sí mismo, y mofarse de otros quizás forma parte de su “trabajo”. Pero t.r. respeto tu planteamiento, claro.
Ana, tienes toda la razón. Bien planteado y argumentado.
gracias por tu blog, por la serenidad que emanan tus palabras y por aportar un poco de esa cordura que tanto parece faltarle a Madrid en estos tiempos tumultuosos,
enhorabuena!