Lo que cuesta un gintonic que no quiere salir del cuerpo
Sunday, 21 de September de 2014 por Ramón
Domingo larguísimo. Dos horas mañaneras de Gym expiando gintonics y fabadas. Veinte minutos de elíptica equivalen a uno de Mombasa. Es algo que no debería olvidar la próxima vez. Las primeras semanas fue fácil: los kilos se esfumaban por alguna ranura de la báscula, pero ahora la báscula, la muy cabrona, ha taponado la fuga y los kilos se quedan donde están. Ya solo pierdo gramos.
Sostiene mi entrenador personal externo (no contratado; lo suyo es vocación y amistad) que no debo obsesionarme. Dice que cambio grasa por masa muscular. Hoy he estado una hora en la cinta subiendo pendientes de hasta el 15% a un ritmo constante de seis kilómetros por hora. Ahí me he dejado los otros tres Momabasas y alguna que otra cerveza.
Cuando caminaba hacia ningún sitio con el domador de perros en la televisión del aparato me observaba de reojo en el espejo y debo decir que mi madre, que sigue siendo británica gracias a los escoceses, tiene razón: aún queda un tripón por desmontar. No solo es la protuberancia, que pesará sus diez o doce kilos, sino el flotador que aísla el tronco de las piernas.
Por la tarde paseé en busca de la inspiración atrancado en un reportaje que debo entregar al principio de la semana. Hay párrafos en los que la pendiente es mayor del 15%. Parece una etapa de los Pirineos. No sé si las palabras que cuesta subir queman calorías, pero sería una solución. Paseé por La Latina, mi barrio durante un año. Las terrazas estaban repletas, las calles abarrotadas. Casi me atropella un tipo de Equo que hacía propaganda en bici.
Fui a Tirso de Molina a ver flores y a los cines Ideal para estudiar las películas que no iba a ver. Regresé a casa despacio, como si quisiera encontrarme con alguien conocido, una voz familiar. En Madrid puedes vivir barrio con barrio con amigos y amigas y no verte jamás.
He regado las plantas de casa como recomendó un dependiente de la floristería de Huertas: con abono líquido. El ficus que parecía mustio hace diez días parece salir adelante. Tal era mi obsesión por no pasarme con el agua que casi lo mato de sed. Nana vigila desde una estantería al lado del escritorio. Me mira y cuando le grito alguna carantoña, bosteza, como si no fuera con ella. Cuando digo que es una gata-mujer, y feminista, es por algo: tiene la sartén por el mango y lo demuestra. Feliz semana.
Cuelgo la última canción de A Vivir, que esta mañana no dio tiempo. Es de Elvis Costelo y es contra Margaret Thatcher.
A mi lobo solitario preferido, un regalo musical que va más allá de los kilos, de la soledad, de las palabras que navegan solitarias, una canción que no puedo dejar de escuchar en toda la tarde y que habla precisamente de la bebida. Casualidades de la vida.
Se titula Chandelier: https://www.youtube.com/watch?v=2vjPBrBU-TM&list=RD2fngvQS_PmQ&index=13
Aquí tienes la letra por si deseas entender un poquito más:
‘Help me, I’m holding on for dear life, won’t look down won’t open my eyes. Keep my glass full until morning light, ‘cos I’m just holding on for tonight’. Read more: Sia – Chandelier Lyrics | MetroLyrics http://www.metrolyrics.com/chandelier-lyrics-sia.html
Besos,
Fátima
jajaja…me encanta tu descripción,,,,me hiciste pasar un buen rato…Estoy con tu torturador,no te obsesiones con la bascula,no te peses tanto…y sigue así que vas bien
Muchos animos y ya veras como vienen rachas mejores.
Abrazo fuerte Ramon
Hola!
Es verdad. En Barna también puedes ser invisible si quieres… Pues ahora quizás una dieta aconsejada y guiada durante un par de semanas, va bien. De esas que el primer plato en la cena es piña natural y el segundo un filete.Mi consorte cuando se estanca recurre a ellas y le funciona. Claro que a fuerza de practicarlas ya domina ;-D
Me sumo al coro de los que recomiendan paciencia y perseverancia. Tómeselo como un embarazo a la inversa: de no verse la punta de los pies pasará a un reencuentro visual con sus propios pies. Es una experiencia gratificante. Y lo de la báscula, pues allá cada cual. Yo le tengo fobia. Prefiero la prueba del Gürtel y de las prendas de vestir. ¿Todavía, ó de nuevo, quepo en mi vestido favorito?
Compruebe cómo va ganando firmeza muscular, resistencia física. La báscula está sobrevalorada. Los kilos son un dato estadístico tan falso como el IPC. Ni caso.