Violencia interior contra las meadas
Thursday, 18 de September de 2014 por Ramón
Escucho esta canción de Extremoduro. Me gusta como declaración vital. También me molesta la línea recta, las prisas y las personas a las que no les cabe ni una duda. Me cansa el tráfico y el sinsentido, y la mala educación. No soporto a los que van por la vida como si la vida les perteneciera, desmoronados de sí mismos, marcando el paso. Me cansan los chulos, los prepotentes, los ladrones de cuello blanco, los corruptos.
Debo de tener mi escala de hartazgo averiada porque lo que más me irrita de todo son los que orinan contra las fachadas y los portales, los que patean contenedores de basura y berrean su simpleza en la madrugada. Me molestan más porque despiertan mi violencia interior, me alborotan el cerebro. Me entran ganas de agarrarles por los huevos y apretar hasta que cante la gallina, o quizá hasta un poco después. Son pensamientos, fantasías, sin sexo, claro.
Lo que me irrita de esos pensamientos es que me recuerdan que hay una bestia dentro de mí, común a cada uno de nosotros, presta a saltar a la yugular de quien sea. Solo necesita una oportunidad, una pizca de odio y mucha sensación de impunidad. Siempre me ha dado miedo la bestia que habita dentro del hombre porque la he visto muchas veces fuera del hombre. Feliz Extremoduro, feliz resto del jueves (histórico).
Si, todos debemos tener dentro algún resorte que hace que de repente millones de personas se vuelvan asesinos de sus amigos por un quítame allá esa frontera. Lo de Yugoslavia para mí fué realmente increíble y doloroso. ¿Qué mecanismo hace que salte el resorte en personas tan diferentes , de golpe y a la llamada de un loco y cobarde cualquiera con ganas de guerrear?
Jajaja! y hay que serenarse para que no contagien su asnaridad.
Lobo, hoy he visto a tu doble en el Ikea de la Gavia.
Saludos.
Jajajajjaajja, también yo siento esa bestia dentro de mi. Y visualizo sus acciones. La pena es que soy demasiado cívica para vivir mis fantasías. Creo que empecé a tenerlas a raiz de la película de Alain Tanner “Jonás que en el año 2000 cumplirá 25 años”. Uno de los personajes, en su presentación onírica, dispara contra el despertador. Fue una pista. Una señal. He fantaseado muchas veces con situaciones que deseaba, pero que me sabía incapaz de realizar: desde escupir y rechazar el vino propuesto por un sommelier, hasta disparar una ráfaga de metralleta a las rodillas de tanto corrupto, maleducado, chulo prepotente, maleducado…. A tantos adscritos a la “banalidad del mal” que decía Hannah Arendt. Son fantasías, como la de los personajes de la película del suizo, Tanner. Pero me encantaría ser maleducada, agresiva, hiriente, justiciera…….. También yo siento la bestia en mi interior. Lamentablemente está capada. La bestia, no yo como ser humano.