Coño, Robin, esto no se nos hace
Tuesday, 12 de August de 2014 por Ramón
Hay personas que no tienen permiso para decidir por sí mismas porque nos pertenecen a todos. Hay tipos como Robin Williams que están unidos a nuestra vida, son motores de esperanza, de sonrisas. Si se quieren suicidar deberían convocar un referéndum.
Su muerte me ha conmocionado especialmente porque Robin era un fabricante de humor, un tipo que me hacía sentir mejor. Me conmociona que detrás de la alegría exterior se esconda tanta tristeza interior retenida. Me impresionan los dos Robin que llevamos dentro. Fabricar risas para los demás no otorga instrumentos especiales para combatir la depresión, la pena profunda de estar solo, a la deriva, perdido. No hay cuerdas de salvamento para ese tipo de sentimientos.
Sucede mucho en Hollywood, no sé si en todo el cine, en el español, por ejemplo: cuando vives de desdoblarte en tantas personas que no son tú, puede que al final acabes perdido en un laberinto. Interpretar con la intensidad emocional de Philip Seymour Hoffman no puede salir gratis. Williams era de esa estirpe, de los que se vacían en cada personaje de ficción para escapar del pozo de la realidad.
Los hay personas tristes, depresivas, que abrazan los papeles del dolor por algún defecto de fabricación o para llamar la atención. Este tipo de personas están más a salvo que los simuladores de alegría, los que hacen bromas sobre uno mismo, que se restan importancia. Vivir es una extraña aventura. DEP.
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Para quien se maneje en inglés, recomiendo vivamente esta conversación de Robin Williams con el también cómico Marc Maron, para su fantástico podcast WTF: http://www.wtfpod.com/podcast/episodes/remembering_robin_williams.
En ella, Williams habla de su carrera y también de sus adicciones y sus penas. Es una lástima que no encontrase la manera de sobrellevarlas.
Gran actor, descanse en paz.
Sucede mucho en el cine pero quizá más aún en la literatura, pienso que es la profesión más cercana al abismo. Hay un momento en el que pueden más las ganas de no vivir.
Y ya más distendido, yo también opino que hay gente que no debería decidir por sí misma: Gabilondo debería seguir en Hoy por Hoy hasta su último día, a Buenafuente le pondría un canal para él sólo, las 24 horas contando cosas. Luppi y Darín haciendo pelis una detrás de la otra. Sábato debería haber escrito mil novelas del nivel de “el túnel”, kortatu hacer mil discos…
Hace unos meses leí que, aunque estaba curado (o se suponía que estaba curado) del alcoholismo, reingresó en un centro de desintoxicación para reafirmar su abstinencia y entonces me pareció un ejemplo de fortaleza y honestidad con uno mismo.
Pero un actor de este nivel tiene que ser tremendamente sensible para meterse tan bien en la piel de tantos personajes… y la sensibilidad a veces es contraproducente.
Una gran pérdida, yo que aún soy joven (qué raro me sabe decir esto) le llevo en muchos recuerdos de mi infancia.
Pues sí, somos muy complicados los seres humanos y hay que cuidar los sentimientos que nos rigen. Los materialistas no tienen ningún problema de depresión, creo.
Gracias Ramón. Un buen recuerdo
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Hoy el mundo es un poquito peor, la verdad. Hay gente, cómo bien dices, que es patrimonio de todos. Por muy extraño que eso pueda sonar.
Al final, se repite muchas veces el ritual. Una gran mansión o un gran apartamento o una lujosa habitación de hotel, pero nadie que realmente les pueda ayudar a pesar de tener miles de admiradores, amigos, compañeros de profesión, familia.
Al amanecer, una señora del servicio o un vigilante o alguien que está cerca, a cambio de un salario, los encuentra o bien es la policia ante la falta de respuesta a las llamadas telefónicas. Sin nadie que les diga adiós. Eso es lo peor. Los guardaespaldas, las novias efímeras y numerosas, no están nunca cuando se les necesita.
A nosotros seguro que nos auxiliaria aunque sea un vecino. Pero viven en esas fortalezas alejados de todo lo verdadero.
Demasiada gente de éxito en el cine, en el deporte, etc. termina así.
Es una forma de fracaso. Al final, después de una vida tan plena e intensa haciendo lo que más les apasiona, sus finales son propios de un perdedor.
La pena profunda de estar solo:…. sí, una verdad como una casa. Me recuerda tb a la última pareja de Mike Jagger: a simple vista, tan estupendos, divertidos, activos, exitosos ambos dos…pero tan prufundamente solos. Como decia mi padre (en euskera) “gozorik gabeko bizitza” vidas sin calidez …o algo así. Un fracaso, …y una pena. Dep
No entendiendo tú último párrafo. Creo que no debemos frivolizar sobre las causas que llevan a una persona a tomar la decisión de quitarse voluntariamente la vida. Existen muchos tipos de depresiones, causas que llevan a padecerlas: endógenas, exógenas, personas que ante idénticas situaciones reaccionan de diferente manera…es un tema muy complejo.
Supongo que con lo de “defecto de fabricación” te refieres a una mayor o menor propensión a padecer una depresión. Pasa lo mismo con cualquier otro tipo de enfermedad y, por tanto, merece el mismo respeto.
En cuanto lo de llamar la atención, creo que casi todos los suicidas han llamado más o menos la atención de alguna manera: en la mayoría de los casos son muertes anunciadas. Quizá sea que cada una tiene su particular forma de “pedir ayuda”.
No creo sea plato de gusto para nadie “abrazar los papeles del dolor” Una depresión es una de las peores enfermedades, tanto para quienes la padecen como para quienes están a su lado. Eso por no hablar del mundo de las drogas legales o ilegales vinculadas a las mismas.
No sé si hay que ser muy valiente o muy cobarde para acabar con ese calvario.
Quizá el mejor instrumento para combatir esa pena de estar solo, a la deriva y perdido sea intentar no estarlo. Rodearse de personas auténticas, que te quieran de verdad y a los que quieras de verdad.
“Bienaventurados lo que lo pasan mal, porque conocerán a sus amigos”
Eso pasa en Hollywood y en mi pueblo.
dolor de espalda y de cabeza
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