Progreso adecuadamente
Friday, 8 de August de 2014 por Ramón
Progreso, lo noto en las piernas, en los pulmones, en los brazos. Me duele todo, pero todo me duele un poco menos: los músculos afectados por el ejercicio se han organizado asambleariamente: toman relevos en su empeño de recordarme su existencia. En julio me sentía cansado, siempre con ganas de tumbarme. Como buen hipocondríaco irresponsable pensé en varias enfermedades catastróficas simultáneas. Ahora sé que solo era tontería, vaguería. El ejercicio me obliga a mantener un cierto orden vital.
He empezado una rutina: levantarme más o menos temprano, desayunar ligero, escribir y bajar al gimnasio. Tras 90 minutos de tute progresivo, vuelvo a casa, me ducho, más desayuno, más escritura. Pienso en los años perdidos por no hacer caso a quien me lo proponía insistentemente. Pido perdón, pero así de tontos somos los hombres, necesitamos demasiado tiempo para comprender.
Nunca me gustaron los gimnasios, y siguen sin gustarme, pero logro abstraerme de l@s notas que se suben a todo para hacerlo mejor que nadie: citius, altius, fortius. Me centro en mis pulsaciones, en mi mundo, en los que tienen más tripa que yo, que los hay.
Me he comprado un medidor de frecuencia cardiaca para no petar, algo que quedaría muy mal en las necrológicas, si las hubiera. También he comprado unas zapatillas especiales en un sitio especial: una tienda llamada Laister, en la Torre de Valencia frete al Retiro. Me la recomendó Máximo Pradera.
Hacen un estudio de los pies y te ofrecen las zapatillas adecuadas a tus defectos. En mi caso solo había un modelo con tres colores: el de cruzar la M-30 de noche y de día, el de cruzar la M-30 solo de día y el más o menos discreto, el elegido. Si vais por ahí preguntad por Alex y decid que vais de mi parte. No os cuesta nada y a mi me premia.
Las zapatillas son muy cómodas, dos guantes. Lo he notado en los ejercicios. Los hago con más brío y seguridad, me canso menos. Cambié el orden: primero media hora de elíptica, subiendo y bajándome las pulsaciones entre 120 y 135; pesas variadas, media hora de cinta sin correr, pero a buen paso y cinco minutos de bici además los estiramientos. En unos meses estaré como Murakami.
Cuando escribo mis trabajos periodísticos, y el libro que avanza a buen ritmo, noto que el oxígeno de las piernas y los brazos me alcanza al cerebro, me tonifica. Más allá del peso, que es la excusa para arrancar, he descubierto un vía para empezar a cuidarme. Ahora que el espacio es mayor, debo concentrarme en lo esencial: en mi. Os regalo esta canción regalada. Feliz viernes.
Qué bueno, Ramón. Nunca he visto a un buen periodista en el gimnasio. Si un día te hacen retos mayores, te propongo un entrenamiento HITT.
¡Saludo!
Patricio.
Ramón, solamente te hacen falta unos largos de piscina y te quedarás nuevo.
jejejeje yo también me he puesto con lo mismo…comparto el sentimiento y la esperanza jejejeje ánimo !
Si la natación, aunque sea muy suave, es en el mar, uffff… total
Muy buena suerte Ramón.¡Constancia! aunque quede un poco clerical.
Cuando baje diez kilos, empezaré a correr. Lo de la natación puede tene su punto. Gracias
Muy bien, veo que aún no has abandonado!!. Importante que lo hagas por tu salud, más que por la línea. Lo primero lleva a lo segundo. Y sí, a mí los gimnasios me parecen cárceles. No me gusta el olor a máquinas ni el esfuerzo desmedido. Yo, unos años iba con asiduidad y el problema es que en cuanto daba dos pedaladas a una bicicleta me ponía a 145 pulsaciones. Al final decidí sustituirlo por caminatas de varios kilómetros, nada aeróbico, sólo andar ligero y entonces cuando ya no hacía abdominales que me suponian un gran sufrimiento y a veces me tensionaban las cervicales, me quedé sin barriga ( yo ya de pequeña he sido de barriguita, no era algo debido a malos hábitos alimenticios o falta de ejercicio).
El regalo regalado genial. Gracias al primer regalador y al segundo. Oir las 4 primeras notas y te sale de golpe como agua fresca todo lo demás sin poderlo evitar, se pegó al alma hace muchos años. Una de las muchas músicas que no puedes despegar nunca del lugar donde se guardan estas cosas, cerebro? corazón? ambos? almario? como dicen los curas?
Claro! Es una disciplina que compensa. Y luego vendrá la etapa ropa y lo bien que sienta (la nueva) etc. Te felicito por la elección.
Mente sana en cuerpo sano(temo no escribirlo bien en latín)…Y esas zapatillas voladoras ….en serio que son tan mágicas?…me alegro que te haya gustado mi regalo..aquí te dejo una segunda entrega ….Sigue brillando diamante loco y cabalgando en la brisa de acero..
https://www.youtube.com/watch?v=xPL3O7NmgpI
¡Ya llevas una semana! ¡Y todos los días, así de golpe! Aguantar agujetas tantos días seguidos tiene su mérito ¿Eh? Si lo de crearse una rutina, a veces es conveniente….y ya estás equipado del todo.
Lo de las buenas zapatillas es vital. Yo necesitaría cambiar las mías, pero me da pereza. Ese sitio me milla un poco lejos. Tengo problemas en la planta y en invierno suelo llevar plantillas, así que todo lo que refiere a calzado me interesa: No puedo evitar que mi vista se fije directamente en los pies cuando me encuentro con otras personas, en la pescadería, frutería, peluquería, consulta del médico….dando sea, y a veces no me corto y tras evaluar la posible respuesta, les pregunto de la mejor manera que se me ocurre donde las han comprado y de que casa son.
A veces acierto y otras me estrello. Las últimas que me compré fueron unas sandalias de esas de “MBT”, tipo balancín y me las he puesto dos días. Es un diseño juvenil y combinable. Para andar, bien, pero tienen tantos velcros, dos de ellos atrás y todos lo que me roce el pie es que me molesta. Así que termino poniéndome las deportivas con calcetines.
En este caso no va a ser menos así que me atrevo a preguntar: ¿Qué zapatillas son? Que yo no vivo en Madrid.
Gracias y buen fin de semana.
Al ver que Rosa también se te ha unido y por los comentarios del resto tampoco lo dejan en verano…había pensado salir mañana temprano a andar, pero dada lo hora que es ya…..y mi problema de sueño (este es prioritario para mí) no sé, no sé. Creo que peso no me sobra (igual un poquito sí), pero no aspiro a ser perfecta a esta edad. Ahora endurecer un poco si puedo necesitar. Si lo dejas mucho tiempo cambias músculo por grasa.
¿Y la liberación de la hormona de la felicidad esa? L ¿endorfinas no? Vamos, que en todos los sentidos es conveniente.
Ánimo.
Gay Talese va (o iba hasta hace nada) al gimnasio todas las mañanas.
Rompiendo moldes 😉