¿De quién es la soberanía popular?
Thursday, 3 de July de 2014 por Ramón
Las listas electorales son un bicoca, sobre todo si te colocan en un puesto con posibles. Además del sueldo están los pluses por vivienda, los taxis, los gintonics, las dietas, los vuelos en Business y los planes de pensiones subvencionados, y todo legalísimo. Estar en la lista equivale a que te toque la primitiva. Solo hay que ser obediente, tener padrino y mucha suerte.
Los diputados, senadores, eurodiputados, concejales, alcaldes no se deben al ciudadano, que les vota en una lista cautiva, sino al jefe del aparato que decide quién tiene premio, quién castigo. El hacedor de la lista es el que tiene la soberanía popular.
Regeneración sería abrir las listas, permitir tachar. Las listas cerradas tuvieron sentido en la Transición; el objetivo era fortalecer los partidos, pero lo que se han fortalecido son los aparatos. Un aparato puede producir gonzalezpons, pepinesblancos y carlosflorianos sin que nadie se eche las manos a la cabeza. En los aparatos funciona la obediencia debida, no la capacidad. La democracia es debate, dar explicaciones, someterse a la crítica y a las leyes. Lo contrario son las castas, el secuestro de la voluntad popular, los aforados.
La elección directa de alcalde no es un globosonda. Es lo que desean imponer en septiembre para salvar Madrid y Valencia, entre otras plazas. La idea es una demostración de que sus autores no se han enterado de qué va el cabreo de la ciudadanía. Si nos empeñamos en demostrar que votar no sirve de nada después no son quejemos con las algaradas.
Los autores no han leído la Constitución. ¿Para qué? Solo necesitan leer los nombres de los magistrados que componen el tribunal.
¿Cómo podrá gobernar en Madrid una Ana Botella, por un poner dramático, si la mayoría es de izquierda? ¿Abolimos el valor de las mayorías? Con la reforma del PP, Susana Díaz no gobernaría en Andalucía. Los votos del PSOE e IU no valdían de nada.
Lo que más me sorprende de todo son los titulares que compraron el asunto de la regeneración. Hay periodistas que no están haciendo bien su trabajo. Después lo llamamos crisis.
Hay periodistas que están adoctrinados, Ramón. Intereses para mantener la posición y un mendrugo de pan.