¿Dónde están los tocahuevos?
Wednesday, 11 de June de 2014 por Ramón
El patrono de los periodistas debería ser el apóstol Tomás, no Francisco de Sales. Si empezamos mal con los santos, acabaremos peor con los demonios. Nuestro deber es meter mano en lo evidente, no fiarnos de nadie y menos aún del poder aunque sea democrático. Nuestra obligación es husmear, infiltrarnos en las frases hechas, desmontar los eslóganes, las campañas publicitarias, buscar muertos en el armario, quebrar el pensamiento único. Y no distribuir jamás propaganda, aunque sea en nombre del Estado (léase élite).
No sé si es la crisis y la urgencia de socorros bancarios y gubernamentales, pero da la impresión de que se ha producido una renuncia colectiva a esos principios. Sobre todo en los medios tradicionales. Ha sido tan evidente y excesiva en el asunto de #ElReyAbdica que aún me bailan cabeceras y titulares sin saber cuál pertenece a quién. Este frenesí monárquico impide detectar que algo importante se cuece: la hartura ciudadana. ¿Nos hallamos ante un suicidio de una parte de la prensa de papel? ¿Nos hemos mudado de la crítica honesta a las revistas del corazón? ¿Qué es la lealtad, la sumisión o la crítica constructiva? Quedan excepciones, como El Periódico. Lo sé; no soy objetivo: colaboro en sus páginas.
La realidad que bulle no está escondida en el subsuelo, está en el aire que respiramos, a la vista de todos. Pese a tener tanta visibilidad no aparece en los medios tradicionales empeñados en festejar lo irreal desde un lenguaje frío, burocrático, alambicado. Todo parece dictado por un inconsciente colectivo, o un consciente singular, dada la unanimidad de contenidos y frases. Nunca me gustaron las unanimidades. Me resultan sospechosas.
La pluralidad pasó a las redes, al denostado Twitter (sin elecciones no hay criminalización ni telediario cotidiano), a blogs y medios digitales, y a otros alternativos de papel como La Marea, un ejemplo de resistencia. Y está en la calle, en las bocas de personas a las que nadie pregunta.
Cada vez son más los lectores que se sienten huérfanos de pensamiento crítico, de informaciones complejas y artículos inteligentes. Los sigo encontrando en El País, El Mundo, ABC, El Confidencial, etc. Son textos en grave peligro de extinción. Me gusta Infolibre (no soy objetivo) y El Diario. Me gusta A vivir que son dos días (tampoco soy objetivo) y Julia Otero. Me gusta la ‘gentuza’ de la Sexta: los Wyoming, Ana Pastor, Ferreras y Évole porque siguen en la brecha de lo que es la esencia del oficio: tocar los huevos. Y a dos manos si puede ser.
Feliz día rebosante de constitucionalidad.
[…] ¿Dónde están los tocahuevos? por Toftin a ramonlobo.com enviado: ____ El patrono de los periodistas debería ser el apóstol Tomás, no Francisco de Sales. Si empezamos mal con los santos, acabaremos peor con los demonios. Nuestro deber es meter mano en lo evidente, no fiarnos de nadie y menos aún del poder aunque sea democrático. Nuestra obligación es husmear, infiltrarnos en las frases hechas, desmontar los eslóganes, las campañas publicitarias, buscar muertos en el armario, quebrar el pensamiento único. Y no distribuir jamás propaganda, aunque sea en nombre del Estado (léase élite). etiquetas: ramón lobo, prensa, periodismo usuarios: 1 anónimos: 0 negativos: 0 compartir: sin comentarios actualidad karma: 10 (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({}); […]
Ramón, que cierto lo que dices, la mayoria de los grandes periódicos de papel han emulado a Hola y otras similiares pero lo hacen muy mal, es preferible originales que copias. En fin, esa postura de ofrecer misceláneas poco a poco les pasará factura. Habrá que esperarlos en la bajadita.
Patricio.
En estos tiempos de incertidumbre que vive el País , todo está en el aire, todo es cuestionable y parece como si todo lo que valía ayer , hoy en día no vale nada.
Para mi lo más importante sería que se cumpliera, de verdad , la Constitución. Es decir que todos los ciudadanos tuvieran derecho a una vivienda, derecho a un trabajo………
No hace falta, creo yo, cambiar nada por el momento. Simplemente cumplir esta Ley de Leyes pensando en los ciudadanos.
La Casta no se entera, ya que va a lo suyo y la gente está muy cabreada.
El futuro lo veo muy jodido , sobre todo para los jóvenes , y ya veremos lo que pasa Tomasa.
Patricio.
Se me olvidaba …….
Actualmente los periodistas ,salvo excepciones, de este País no son informadores.
¡¡Son vendedores de un producto adulterado!!.
Tanto en los periódicos “normales” como en las revistas del corazón, quieren convertir lo irrelevante (sean personas o hechos) en relevante. Fracasarán.
A mí también me gusta el “A vivir”, reflexiones pausadas y buena música, en medio de tanto grito vacuo. Además he podido participar alguna vez.
Puestos a ser críticos, no me gustan el ABC (tradicional hasta el hartazgo), ni El Mundo (lo que le hicieron a Zapatero fue de vergüenza), ni El Wyoming, con sus innumerables pisos y luego con discursos de izquierdas. Tampoco Ferreras, que convierte su tele en el chiringuito de Florentino Pérez.
Sí me gustan El diario, Julia Otero, Pepa Bueno, Jesús Cintora, Begoña Arce, Infolibre , ramonlobo.com…
[…] como dice el indispensable Ramón Lobo, la obligación del periodista es “husmear, infiltrarnos en las frases hechas, desmontar los […]
[…] raro; festeja “lo irreal” con un lenguaje frío, burocrático y alambicado, que dice Ramón Lobo (uno de los ajusticiados de El País) refiriéndose al periodismo nacional. La prensa tinerfeña […]