Los primeros oasis
Monday, 12 de May de 2014 por Ramón
Tras el desierto, los primeros oasis, el verde-primavera. Huele a árbol, a huerta, a campo. Delante de los ojos, entre la bruma matinal, el Canigó, los Pirineos, otro tipo de inmensidad: gigantes de roca que te recuerdan la jerarquía de las cosas importantes. Una muralla repleta de pasos secretos. Por uno de esos pasadizos marcharon al exilio mis tías Salud y Pilar Lobo y mi tío Manuel Rivas Cherif.
A los de ciudad nos duele respirar aire no contaminado, caminar por ondulaciones de tierra. Me espera un bosque, escritura, introspección. Atrás quedaron la playa de los náufragos y el desierto con sus rutas dibujadas en el firmamento. Los hombres-mujeres de azul disfrazados de Ana, Lorenza, Juan Carlos y Bru hacen su trabajo reparador.
Estoy en un pueblo del Alt Empordà, en la Catalunya profunda: una inmersión idiomática, cultural, histórica, un aprendizaje de la diferencia vivida como tabla de salvación frente a las Españas negras. Yo, que soy navegante de frontera abierta, mitad de muchas cosas, incompleto en casi todo, aprendo palabras y sonrisas, acumulo generosidades.
El cuerpo y la mente sirven de almacén. Cada regalo recibido encuentra su ubicación exacta, como en la librería de casa. Si escojo el alfabeto para dar orden a mis libros, prefiero el caos para los sentimientos, las palabras y las imágenes. Los dejo entrar, mojarme, ser, con la esperanza de que ellos mismos sabrán hallar acomodo para la supervivencia.
Buenos días!
😀
Que te sea pleno, Ramón. Muchas veces en el Alt Urgell contemplo los montes de roca con crestas rosadas y imagino que son dinosaurios paciendo en los prados. Hay una felucidad interior que sólo podemos hallar cada uno..
Mi querido Ramón.
Disfruta mucho en tu búsqueda. Relájate y escribe, siempre disfruto leyéndote pero cuando estás en “modo espiritual” lo que escribes es más bonito … si cabe..
Feliz estancia en tierras lejanas !! 😉