La Masía y el referéndum
Monday, 7 de April de 2014 por Ramón
La única manera de parar a Artur Mas es celebrar un referéndum para saber cuántos catalanes quieren la independencia. Si son mayoría absoluta, o lo que se acuerde, se aplican las matemáticas, la democracia y el sentido común, y se procede a un divorcio consensuado con el menor daño posible para las partes. El precedente es Montenegro, al que ya he hecho referencia en otras ocasiones. Javier Solana organizó la consulta cuando era Mister Pesc en la UE con unas condiciones claras: más del 60% de participación y más un 55% de síes. Se superaron ambas barreras; la segunda por décimas.
La única vía para alcanzar un acuerdo sobre el referéndum es dejarse de eufemismos y engañabobos. La cuestión no es el derecho a decidir, sino alcanzar la independencia. Si hablamos claro es más fácil entenderse. También sería más sencillo que en lugar de dos preguntas con final laberíntico hubiera una: ¿Quiere usted que Catalunya sea un Estado independiente? Sí o no. Seamos valientes y responsables.
Estuve hace poco una semana en Barcelona. Es una ciudad fantástica en la que tengo muchos amigos y empiezo a recuperar una parte de mi familia. El debate de la independencia está presente en todas las conversaciones, incluso entre los inmigrantes. A algunos les preocupa cómo les vemos desde Madrid, a otros ya no les preocupa nada porque han soltado amarras, se ven navegando por el Mediterráneo.
En el argumentario general hay mucha consigna repetida machaconamente que se muestra como idea sólida cuando no lo es. “Madrid nos roba” ha calado tanto que, en las cuentas del haber y el debe, nadie suma las inversiones públicas, los JJOO que transformaron la ciudad colocándola en el mapa mundial de la modernidad y todos los gastos de Catalunya que paga el Estado, como el sueldo de los controladores. Puede que exista injusticia fiscal, pero no robo.
La reacción del Barça al castigo (provisional) de la FIFA es muy interesante porque copia los ejes del debate general, la victimización como arma política. “La Masia no se toca”, exclama el presidente Bartomeu, como si el problema fuera que unos hombres muy malos, ¡de Madrid, claro!, quisieran robar al Barça su esencia. Aquí nadie reconoce una mala gestión en la contratación de menores ni haberse saltado las normas de la FIFA. Es mejor hablar de mano negra. El nacionalismo y la religión se alimentan de la mentira y del miedo.
El debate catalán sobre ‘el derecho a decidir’ ha permitido a Mas esconder su legistatura, que nadie hable de su gestión, de los recortes, de sus fracasos. Todo lo malo es de Madrid. Así es fácil gobernar. Hay demasiado pensamiento único en los asuntos esenciales, lo que no deja de ser tóxico. Pocos se atreven a sostener en público una opinión divergente del independentismo. Es la hora del patriotismo, un valor excluyente que me es ajeno.
Para Madrid, y el resto, es hora de dejarse también de eufemismos y empezar a hacer un poco de política, que es el arte de hacer posible lo imposible. Lo imposible en este país es practicar el diálogo sosegado e inteligente, lo que prima es el insulto al contrario, la descalificacion machista y la bazofia intelectual. No me extraña que haya mucha gente que desee independizarse del esperanzaaguirrismo campante. Pero antes de cantar victoria deberían localizar el mismo virus en sus filas. El “muera la inteligencia” del franquismo nos sigue afectando a todos, con o sin referéndum.
Independencia… de la pobreza, de la ignorancia, de la desigualdad, de la corrupción, de la política cominera, de la irresponsabilidad, de los prejuicios… y una vez conseguido, si nos quedan ganas y fuerzas, pintemosle otra raya al viejo mapa de nuestros abuelos.
Difiero de lo de “Espanya ens roba”, a pesar de que el trato fiscal que recibe Catalunya me parece aberrante. En todo caso, muchos independentistas nos planteamos construir un nuevo país verdaderamente democrático. Aquí también tenemos a nuestra chusma parasitaria y también tenemos ganas de pegarles una buena patada.
Yo soy Catalan. No me gustan las banderas, no me gustan los independentismos. Personalmente me parece un discurso, pobre e infantil el que desgraciadamente estamos viviendo aquí. Parece que todo lo que no sea catalan “de la ceba” diem per aqui. que todo aquel que no sea independentista es una especie de apestado o fascista español…. No me siento ni español ni catalan (Cada uno nace donde el destino lo tira. y me parece pueril estar orgulloso de ser de Valladolid o de Lleida….)
Dicho esto, La actitud del gobierno del PP de NOOOOO a todo es algo idiota también.
No sé que se haga de un modo u otro la consulta y ya veremos que sale. De modo democratico tendremos que aceptarlo. Peeeeeeeeero yo no haría más paises. Haria muuuuchos menos.
Un placer descubrir este rincon
Unas reflexiones no muy bien hiladas:
La historia y las balanzas fiscales están para usarlas y manipularlas como convenga. Nos roba España (no redistribuimos la riqueza de nuestro territorio
Por razones históricas el País Leonés tiene más legitimidad que Vascongadas o Cataluña para la independencia, pero a la mayoría le suena ridículo (fallo de los leoneses actuales y de sus élites por no hacerse respetar y admirar).
Como en Ucrania, los buenos son los independientes de un imperio ruso opresor; pero son muy malos y manipulados los rusos que quieren volver, con el territorio que habitan, a la madre patria.
Bueno, como dicen en los pueblos (y siempre fue): “El que más chifle, ¡capador!”
El caso es que todos teneís razón. Si cada uno representaraís a un partido político creo que en una tarde resolviaís, casi a gusto de todo el mundo, este problema que sí existe pero que se está magnificando y radicalizando por momentos.
El Psoe buscando votos entre los pakistanies, Cdc buscándolos entre los Pérez y las chonis. El pueblo catalán no se merece estos representantes y el español todavía menos los que tiene. Ambos van contra el sentir de una gran parte de los gobernados.
Creo que para muchos independentistas este tema es más algo relacionado con los sentimientos que con lo económico.
El Barcelona efectivamente debe mirarse el ombligo para ver qué ha hecho mal en la masía, pero Florentino es capaz de eso y de más, por la sencilla razón de que ya lo hizo. Parece que hay coincidencia en apuntar que fue él quién le dijo al periodista de la Cope, Alcalá, el tema del doping en el Barsa.
green cofee…
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